El modelo educativo propio de la UPV/EHU (2019), la estrategia i3 consiste en multiplicar el aprendizaje por la investigación y por la sostenibilidad: un crecimiento exponencial de cada uno de los términos que posibilite procesos y productos inéditos y se desarrolla mediante a partir de programas o iniciativas que producen experiencias de alto impacto formativo para el alumnado. Se despliega a través de varias líneas de actuación entre las que destaca “experimentar con la idea de co-direcciones de TFG y TFM con equipos de investigación, entidades y empresas externas de forma que el alumnado pueda conocer de primera mano estos contextos reales y mantener relaciones de enseñanza-aprendizaje con agentes externos”. Esta línea da respuesta a uno de los objetivos de la nueva Ley Orgánica del Sistema Universitario (2023) “hacer de la universidad una herramienta útil para toda la ciudadanía, conectándola con los diferentes agentes de nuestra sociedad y buscando una colaboración virtuosa entre las universidades y las instituciones públicas, las empresas, y las entidades sociales”.

La UPV/EHU forma parte de la red REDS-SDSN Spain cuya principal misión es crear espacios de conexión y de diálogo, que, en el marco de la década de la acción para alcanzar los ODS, pongan el foco en iniciativas que faciliten la involucración real de las universidades en los procesos de transición hacia la sostenibilidad que están viviendo nuestras ciudades y territorios.

Una de estas grandes transiciones es la descarbonización de las ciudades, que en la Unión Europa es impulsada por la misión «100 ciudades climáticamente neutras e inteligentes antes de 2030». En España, son siete las ciudades que forman parte de esta iniciativa (Barcelona, Madrid, Sevilla, Valencia, Valladolid, Vitoria-Gasteiz y Zaragoza) y, con el fin de apoyar la consecución de este objetivo, se ha creado la plataforma de colaboración para la neutralidad climática de las ciudades españolas (citiES 2030), una infraestructura de acción pública, orientada a prestar servicios a las localidades para facilitar y acelerar su transición hacia la descarbonización y resiliencia. 

Para lograr todas estas ambiciones, es fundamental conectar a la comunidad universitaria con los agentes externos de la sociedad, en particular las personas con responsabilidades políticas y técnicas en los municipios, con la ciudadanía y agentes colaboradores para que las universidades sean un actor estratégico en los procesos de transición hacia la neutralidad climática de las ciudades en la que se ubican. Por ese motivo se han desarrollado binomios universidad-ciudad, como espacios de trabajo para intercambiar aprendizajes e identificar y poner en marcha buenas prácticas y acelerar la replicabilidad de iniciativas que contribuyan a la transformación de las ciudades en colaboración con las universidades.