En esta línea analizamos los efectos positivos de compuestos bioactivos presentes en los alimentos, así como de alimentos funcionales elaborados con estos ingredientes, en la obesidad y algunas de sus complicaciones, tales como el hígado graso y la resistencia a la insulina. También describimos los mecanismos de acción por los que estos efectos se producen.

Para muchas alteraciones de la salud o del bienestar no se dispone aún de biomarcadores apropiados o bien, los que tenemos, no son fácilmente accesibles y útiles u obtenibles de forma suficientemente precoz. En general, si no se dispone de buenos biomarcadores no es posible demostrar efectos beneficiosos sobre funciones o procesos, o efectos de reducción de riesgo de enfermedad.

En esta línea de investigación abordamos, mediante el empleo de tecnologías ómicas, la búsqueda de marcadores de diagnóstico, pronóstico y de respuesta a tratamientos, un aspecto fundamental para el avance hacia una nutrición personalizada o de precisión.

En 2010, la UNESCO incluyó la dieta mediterránea en la lista del Patrimonio Cultural Inmaterial. Existe una clara evidencia científica que demuestra que la dieta mediterránea produce numerosos efectos beneficiosos sobre la salud.

Hemos participado en el proyecto PREDIMED, en el que se demostró que entre las personas con alto riesgo cardiovascular, una dieta mediterránea suplementada con aceite de oliva extra virgen o frutos secos reduce la incidencia de eventos cardiovasculares graves. En la actualidad colaboramos en el desarrollo del proyecto ha PREDIMED PLUS con los grupos reclutadores y de intervención. En él se evalúa el efecto de una intervención intensiva con objetivos de pérdida de peso, basada en el consumo de dieta mediterránea hipocalórica, promoción de actividad física y terapia conductual en la prevención de enfermedades cardiovasculares.

Hoy en día es generalizado el convencimiento de la importancia que tiene la alimentación en la mejora de la calidad de vida de las personas en todas sus etapas, y particularmente en la tercera edad. En la actualidad, el reto de este sector es alcanzar dietas con un perfil nutricional adecuado en base a alimentos que permitan garantizar la nutrición e hidratación adecuadas, con una ingesta agradable, y conseguir además una alimentación saludable, segura y organolépticamente atractiva. La nutrición de las personas de edad presenta una serie de peculiaridades que están condicionadas por cambios fisiológicos, físicos y sociales que conforman paulatinamente los procesos de envejecimiento desde la edad adulta hasta la senectud.