XIX Seminario Fernando Buesa
Palacio de Congresos Europa (Vitoria-Gasteiz)
TRANSTERRADOS
Dejar Euskadi por el terrorismo
La trágica experiencia del terrorismo en el País Vasco dio lugar a muy diferentes realidades y expresiones. Una de ellas, de las que más se ha hablado y de las que menos se sabe, es la de los transterrados, aquellas personas que tuvieron que dejar su territorio por la amenaza violenta o por la presión social que la acompañaba. De manera silenciosa y anónima o con manifestación expresa del hecho, muchos y muchas trasladaron fuera de nuestros límites su actividad, su negocio, su familia o simplemente su residencia, tratando de buscar un refugio donde huir de un escenario hostil para ellos o para lo que podían representar. Fue la expresión más visible de aquella “espiral de silencio” del terrorismo, aplicada a invisibilizar a todos cuantos no formaban parte de su propuesta de sociedad homogeneizada, tan exclusiva como excluyente. Porque otros muchos, todavía más incontables que estos, debieron optar por el “exilio interior”, por la renuncia forzada a proyectarse conforme a sus capacidades en la sociedad en que vivían, a participar decididamente en ella, como ciudadanos que eran.
El XIX Seminario Fernando Buesa Blanco quiere dar voz a algunas de aquellas personas para que nos trasladen su experiencia de vida, sin duda representativa de otros muchos de su misma sensibilidad, profesión y actitud. También se trata, en lo posible, de aportar al conocimiento de cuántos, quiénes, de qué manera, mediante qué procedimientos, en qué momentos… se vieron forzados a esa salida. El tema siempre ha estado revestido de ignorancia, suposiciones y afirmaciones poco sustentadas, y es conveniente por eso proporcionar toda la luz al respecto que sea posible. Del mismo modo, interesa conocer si se desplegaron estrategias para acompañar esas salidas o para facilitar los regresos, igual que poner en relación nuestra experiencia con algunas de las muchas que por desgracia acompañan en el mundo a cada trauma colectivo. El transterramiento, en definitiva, como la consecuencia más numerosa y silenciada, solo supuesta, de un proyecto de exclusión social y política soportado en la contundente amenaza del terrorismo.
Una atención a quienes no pudieron o a quienes se les indicó que no debían soportar más esa presión que, sin embargo, no cuestiona otra realidad: la mayoría de la ciudadanía vasca amenazada de alguna manera permaneció en el lugar, resistiendo y contribuyendo así también a ganar ese pulso.