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La salud microbiana de las colmenas mejora cuanto más natural sea su ubicación

Según un estudio recogido por la revista Scientific Reports, al disminuir la antropización de las colmenas aumenta la cantidad relativa de sus bacterias beneficiosas

  • Investigación

Fecha de primera publicación: 23/02/2023

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Las investigadoras del grupo Applied Genomics and Bioinformatics Andone Estonba e Iratxe Zarraonaindia en la isla Unije, preparando las colmenas para el estudio, junto a sus colegas croatas (Marin Kovačić ć / Universidad de Osijek).

En un estudio internacional, el grupo Applied Genomics and Bioinformatics de la UPV/EHU ha investigado la situación de las abejas en zonas de agricultura intensiva, en zonas seminaturales y zonas naturales, tomando como unidad la colmena. Han observado que el conjunto de microorganismos de las abejas varía considerablemente dependiendo del grado de antropización. Tras mantenerlas durante 16 días en un hábitat seminatural se ha atenuado el desequilibrio microbiano provocado por la agricultura en las colmenas.

La abeja melífera occidental (Apis mellifera) está en peligro debido a muchos de los factores de estrés que sufren en zonas dependientes de los seres humanos, como la mala nutrición, los pesticidas y los patógenos. “Desde hace varios años se está evidenciando que la mortalidad de las abejas ha aumentado mucho; es por eso que hace unos 6 años empezamos a investigar qué factores influyen en la microbiota de la abeja y qué relación tiene esto con las enfermedades o la salud de las abejas”, explica Iratxe Zarraonaindia, investigadora Ikerbasque de Applied Genomics and Bioinformatics. Los investigadores atribuyen gran importancia a la antropización de las zonas, es decir, “a la agricultura intensiva, los productos químicos utilizados, etc.”. 

En colaboración con tres universidades croatas, hemos tenido la oportunidad de investigar algunas colmenas situadas en la isla croata de Unije, lejos de la influencia humana. Durante diez años estas colmenas no han recibido tratamiento alguno; se sabía que sus abejas tenían una larga supervivencia a pesar de la presencia del ácaro Varroa, causante de un mal que hace enfermar y morir a las abejas. Queríamos investigar cómo influye la antropización en la microbiota o comunidad de microorganismos de las abejas. Para ello, hemos comparado las colmenas de la isla de Unije con la microbiota de dos colmenas situadas en zonas rurales”, dice Zarraonaindia. 

Para que las dos colmenas de la zona agrícola fueran comparables, se han utilizado "hermanas genéticas" (colmenas formadas por abejas que contienen el mismo material genético que las de la zona agraria), una de las cuales se ha trasladado a una zona seminatural. “Hemos visto claramente que la antropización tiene un impacto importante, ya que sólo 16 días después detectamos que el desequilibrio microbiano por estrés agrícola se había atenuado en la colmena trasladada a la zona seminatural”, explica la doctora. Esto demuestra que la microbiota de las abejas melíferas tiene una gran capacidad de adaptación. “No suponíamos que la composición de la microbiota fuera a cambiar tan rápido”, dice. 

Los investigadores han encontrado un claro gradiente relacionado con el grado de antropización y la comunidad microbiana de la colmena: “La microbiota de la colmena de la isla Unije está más equilibrada, su proporción de microorganismos beneficiosos es mayor y en ambiente seminatural la proporción va reduciéndose, mientras que en el ámbito agrícola la colmena tiene una composición muy desequilibrada, se encuentran más bacterias oportunistas y es más sensible a las enfermedades”, explica Zarraonaindia. Según la investigadora, “en las zonas agrícolas los factores de estrés están muy activados”. 

Investigación del apibioma 

Estas conclusiones han permitido al grupo investigador determinar biomarcadores que aportarán información sobre la salud de las abejas. Por ejemplo, los investigadores han detectado que una bacteria determinada, Arsenophonus, es muy abundante en las zonas agrícolas, que está menos presente en las zonas seminaturales, y que apenas aparece en las zonas naturales.  

Han estudiado la colmena en su totalidad, no sólo las abejas. Esta es una de las claves más importantes de esta investigación: “Este enfoque es innovador. Hemos estudiado el apibioma: el conjunto de microorganismos en los nichos presentes en la colmena. Hemos estudiado el intestino de las abejas, la entrada de la colmena, el pan de abeja (la sustancia de la que se alimentan las abejas) y el aire interior de la colmena”. Como se ha comentado anteriormente, la bacteria Arsenophonus es la más frecuente en la zona agrícola, y se trata de una tendencia que se ha encontrado en todos los nichos. Por lo tanto, es un biomarcador muy adecuado para medir el impacto de la agricultura en las colmenas y medir su salud; además, “este método no es invasivo, ya que se puede llevar a cabo tomando una muestra de la entrada de la colmena”. 

Los investigadores han dado a conocer este estudio en la revista Scientific Reports de Nature. La investigación recogida en el artículo solo representa un año de trabajo. Y las investigaciones continúan: “Ahora hemos trasladado la colmena de la zona seminatural a una zona natural para observar si se le equilibra la microbiota y llega a ser la misma que la de las abejas de la zona natural. Esto nos permitirá conocer el alcance tanto de la contribución genética como de la contribución ambiental”. 

Información complementaria 

Esta investigación es el núcleo de la tesis que la doctoranda June Gorrochategui Ortega está realizando en el Departamento de Genética, Antropología Física y Fisiología Animal, dentro del programa IKERTALENT, financiado por Departamento de Desarrollo Económico, Sostenibilidad y Medio Ambiente del Gobierno Vasco. La investigación se ha llevado a cabo en colaboración con grupos de la Universidad de Osijek, la Universidad de Zadar y la Universidad de Zagreb de Croacia. 

Referencia bibliográfica