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Un ecosistema en la puerta de la facultad

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Fecha de primera publicación: 17/11/2022

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Lidia Caño y Pedro Ayerbe junto a la charca del Campus de Gipuzkoa, situada junto al Centro Elbira Zipitria | Foto: Nagore Iraola. UPV/EHU

La charca del Campus de Gipuzkoa es el lugar donde podemos ver y escuchar a la naturaleza en nuestro propio entorno de trabajo. La charca es un ecosistema vivo y cambiante. En primavera y verano está exuberante, las plantas exhibiendo sus flores y ofreciéndoselas a los polinizadores, las libélulas de colores pasando a pocos centímetros de nuestras cabezas o posándose para ser vistas con detalle, las ranas croando en un coro incesante…Y en otoño e invierno, aunque menos visibles, los secretos de la charca también son accesibles a quien sepa observar unos minutos en silencio.

A lo largo del día la charca también cambia. Son las 8:15 de la mañana. Aún está amaneciendo.  Al oír los primeros pájaros cantando la mente se calma, se respira hondo el olor de la hierba húmeda de la mañana, y se empieza el día con más ganas. “Eso que se escucha es una malviz”, nos instruye un alumno de las Aulas de la Experiencia, que entran a esa hora. Por las tardes, cuando el ajetreo de las clases ha terminado, las niñas y niños se acercan desde el parque adyacente para ver a la rana. Los insectos revolotean, si es verano, los grillos nos acompañan.

Cuando ambos coincidimos en la facultad, nos acercamos a la charca a ver qué está pasando (como hoy al ir a hacernos esta foto). Un grupo de avispas merodea un rincón en el borde la charca ¿cuál es su presa? ¿qué están buscando? Mientras tanto dos ranas asoman sus ojos en la superficie del agua inmóviles. Parecen inmutables, indiferentes a su entorno, y sin embargo vigilan atentamente ¿esperan algo? De repente, una avispa desciende su vuelo hasta tocar el agua. Hacemos nuestras hipótesis, creemos que está bebiendo agua. Pero se demora en exceso. Demasiado tarde. Una de las ranas se abalanza bruscamente sobre la avispa y solo tenemos tiempo de ver su boca abierta saltando hacia el lugar donde se encontraba la avispa. Ya no queda rastro de ella. La rana se sumerge. Y lo hemos visto todo. La rana celebra su triunfo y nosotros nuestra suerte. 

Y por eso la charca es nuestro txoko.

Este es el lugar elegido por Lidia Caño, profesora del Departamento de Didáctica de las Matemáticas, Ciencias Experimentales y Sociales, y Pedro Ayerbe, conserje de la Facultad de Educación, Filosofía y Antropología (edificio II). Ambos miembros del proyecto proyecto IHGEL (Ecosistema y Laboratorio Natural de los Grados de Educación para el Aprendizaje para la Sostenibilidad). Ellos son también los autores de las líneas anteriores.

Cómo llegar: 43°18'47.5"N 2°00'33.3"W