Un mandato de transición
Gonzalo Maestro
Gizarte eta Komunikazio Zientzien Fakultateko dekano ohia eta Zuzenbide konstituzionaleko katedradun ohia
Desde la perspectiva que da el tiempo a las propias experiencias, transcurridos ya más de veinte años de mi mandato como decano de la Facultad, podría definirlo como decanato de transición. Transición desde varias perspectivas:
Generacional. En el profesorado y en el personal de administración. Cuando dejé la Facultad, antes de jubilarme, podría decir que no conocía a la mayoría de los profesores, supongo que lo mismo pasará con el resto de profesores de mi generación. La misma sensación me producía pasar por la secretaría. Refuerza esta sensación encontarme en la página web de la Facultad con la noticia del homenaje a Manoli Alvarez, que fue administradora del centro durante mi mandato. Una de tópicos: ¡Cómo pasa el tiempo!
Como todos los que hemos ocupado algún puesto de gestión quiero pensar que ha pasado para bien. Tanto el número de profesores como su cualificación ha aumentado de forma significativa, conformando un patrimonio de la Facultad muy importante.
Equipamientos y dotaciones. Forzoso es recocer que mi predecesor Manuel Gonzalez Portilla, hizo un enorme esfuerzo en este sentido, completarlo era continuar con su gestión, aunque el desarrollo posterior ha sido espectacular. No solo en equipamientos sino, más en general, en infraestructuras, con el culmen representado con la remodelación del centro. Realmente puede decirse que la Facultad, en este sentido, es irreconocible.
Académicamente. Ya en aquellos momentos se empezaba a trabajar en la reforma de los planes de estudio. En comunicación el dilema era continuar con el modelo que gestó la facultad o acentuar el perfil corporativo marginando a las materias no directamente vinculadas a la comunicación. Siempre he pensado que unos estudios como los de comunicación, especialmente los de periodismo precisan de un carga consistente de conocimientos generales que son en definitiva los que permiten al comunicador mantener su autonomía y discernir los contenidos que permiten fortalecer a una sociedad democrática, pero la racionalidad nunca tuvo posibilidades frente al corporativismo y la autoafirmación estéril. La presencia actual de estos conocimientos es residual en los estudios de comunicación. Algo parecido ha sucedido en los estudios de ciencias sociales, especialmente en la sociología que, olvidando sus orígenes, ha reducido los conocimientos de Economía, Derecho e Historia. Desde esta perspectiva ,la deriva de las ciencias sociales ha sufrido una corporativización tecnicista que sin duda ha perjudicado a estos estudios, solo salva a nuestra Facultad el hecho de que la tendencia es general. Muchas veces he comentado con mis compañeros docentes que tenía la sensación de que leía muchísima más sociología yo, que derecho los de sociología. En fin son cosas que nos traen los nuevos vientos.
Una preocupación, en aquellos momentos, para el equipo decanal era establecer un sistema de prácticas que completase la formación teórica recibida en el centro y que permitiera una capacidad de relación y cooperación con otras enseñanzas. Original, interesante y desgraciadamente fracasado fue el intento de colaboración con el Centro de Formación Profesional de Erandio que en aquellos momentos tenía una buena acreditación en tecnología. La idea era aprovechar las capacidades de la FP maximizando los nuestros, para liberar a nuestros docentes en comunicación de la carga puramente técnico-instrumental fomentando una enseñanza más creativa. Pero, los celos y una extraña necesidad de autodefensa, que entendían podía hacer peligrar su función, por parte de nuestros profesores acabó frustrando la iniciativa. Forma parte de las nubes que enturbian el cielo de mis recuerdos.
Consolidación y estabilidad institucional de la Facultad. No podía faltar en estas pequeñas reflexiones- recuerdos sobre el periodo de mi mandato como Decano una referencia a las duras circunstancias que vivió, la entonces joven Facultad, como consecuencia del conflicto que se suscitó con un grupo de profesores de la Universidad que se oponían al diseño de carrera docente entonces establecido. Durante casi un curso nuestra vida académica fue convulsa, crispada, de ruptura de la propia comunidad docente y académica, en el que no faltaron episodios de enfrentamientos personales. La Facultad no fue normal en esos momentos, además, fue el epicentro del conflicto, que, aunque planteado de forma general, se cebó en nuestro centro, al que pertenecían la mayoría de la profesores que protagonizaron el conflicto. Fue un intento de desestabilización de la Facultad y posiblemente el periodo más complicado de su ya larga historia. Recordar los argumentos y la legitimidad de los mismos no viene al caso. Además, la historia y la patética imagen de la pancarta a la entrada del campus es suficiente juicio de la sinrazón. Sin embargo, es forzoso decir que el esfuerzo del equipo decanal, en gran parte, estuvo concentrado en sostener a la Facultad frente a semejante agresión, lo que mermó energías para las tareas de gestión y mejora de la Facultad.
Una ultima referencia a la posición de la Facultad en el concierto universitario de la UPV/EHU. Desde el mandato anterior, pero más evidente durante el periodo que lo ocupé la posición de la Facultad se revalorizó, no solo en el conjunto del campus sino de la Universidad. Pasó a ser un centro relevante políticamente tanto por su representación institucional, como por su influencia, ocupando una posición paritaria con otros grandes centros. Es significativo que en los años siguientes fuesen elegidos rectores de la UPV/EHU dos miembros de nuestro centro. La posición del centro en el seno de la Universidad ha sido siempre determinante en la defensa de sus intereses específicos, de ahí que quiera señalar este aspecto. La sensación que externamente se percibe ahora no es la misma.
Mi balance personal de este periodo es altamente satisfactorio, en especial por mi relación con el equipo decanal que me acompañó en esta experiencia, para ellos mi recuerdo y agradecimiento sobre todo por los buenos amigos que hice. Un especial mi recuerdo que permanece muy vivo, en mi memoria, es para uno de ellos, un gran amigo: Josemari Garmendia. Si algún sentido tienen estas pequeñas reflexiones es ser un tributo a su memoria. Para mi, sin él todo hubiera sido de otra manera. Es mi mejor recuerdo.