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Izaro Antxia Pulido, primera transexual en competir federada en un equipo de futbol femenino en España

Izaro Antxia: «Pediría adaptar los reglamentos de las federaciones para que podamos hacer deporte sin perjudicar a nadie»

  • Entrevista

Fecha de primera publicación: 16/05/2024

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Antxia Pulido, deportista y activista transexual

Bizkaia Aretoa acogió ayer la mesa redonda ‘2024 año olímpico. El transgénero a debate ante los Juegos Olímpicos de París’. Organizada por EHUgune, el evento abordó el intenso debate generado en la comunidad deportiva y feminista respecto a la participación de atletas transgénero en las grandes competiciones deportivas. Una de las participantes fue Izaro Antxia Pulido, deportista y activista transexual, a quien entrevistamos para conocer su opinión al respecto.

Las personas trans suelen vivir un largo y dificultoso proceso interno de descubrimiento y aceptación de su propia identidad de género antes de manifestarla a través de cambios externos e incluso a través de documentos oficiales. Por tal razón resulta imprescindible que estas personas cuenten con un contexto normativo y social que haga llevadero y no obstaculice dicho proceso.  Por esto la universidad aprobó en julio de 2020 el “Protocolo para el cambio de nombre de las personas trans y no binarias en la UPV/EHU”.

La Ley 4/2023 para la igualdad real y efectiva de las personas trans y para la garantía de los derechos de las personas LGTBI (comúnmente conocida como La ley trans), que permite a las personas transgénero competir en categorías de acuerdo con su identidad de género, ha sido objeto de críticas por parte del movimiento feminista. Antxia asistió a la mesa redonda para debatir y encontrar un equilibrio entre la inclusión de las personas trans en el deporte y la protección de los derechos y oportunidades de las mujeres deportistas. Quien se mostró partidaria de competiciones mixtas en muchas disciplinas deportivas.

¿Tiene ventaja una atleta transgénero en una competición deportiva femenina? 

Es difícil responder esa pregunta. No todos los deportes son iguales, habría que estudiar caso por caso. Por ejemplo, el caso de Lia Thomas, una nadadora transgénero que ha batido récords en la Universidad de Pensilvania, no ha hecho sino avivar aún más este debate.

Si en una competición deportiva la primera saca dos cuerpos y medio a la segunda, evidentemente ahí pasa algo raro. Tenemos que proteger los derechos a competir de las atletas trans, pero también debemos proteger la equidad competitiva en las pruebas. En casos como este podríamos baremar los resultados o hacer las pruebas médicas necesarias para saber si es posible que tome parte o no. Por ejemplo, si la deportista trans tiene unas capacidades musculares y óseas muy superiores, se podría baremar su resultado respecto a sus ‘ventajas físicas’ o, directamente, no permitir la participación.  

A pocos meses de celebrarse los JJOO el Comité Olímpico Internacional ha puesto un nuevo requisito para los deportistas transgénero que quiera participar: deberán haber completado su transición antes de los 12 años. ¿Cree que esos impedimentos responden a un propósito de proteger a las mujeres deportistas o que responden a una cuestión de transfobia?

No creo que sea una cuestión transfóbica, es más bien desconocimiento. El Comité Olímpico Internacional se equivoca de cabo a rabo, ya que es muy difícil que un niño o niña antes de los 12 años complete su transición. En mi caso, yo lo completé con 33 años, y te aseguro que la mayoría no lo tenemos claro antes de los 12 años.

Por otra parte, retomando lo que te decía de la transfobia, creo que la palabra transfobia se utiliza con demasiada alegría. Yo entiendo que una deportista profesional tenga dudas con respecto a una atleta trans con la que compite. Se está jugando el pan; es normal, por lo tanto, que recele de los resultados que pueda obtener su contrincante.

Si tú estás compitiendo, haciendo uso de ventajas físicas, sería como si te dopases. Es decir, los niveles de testosterona y muchos otros se controlan en todas las mujeres para así evitar las practicas dopantes. Por ello, sería igual de lógico que en mujeres transexuales se revisen otras cosas y pongan unos límites y no solo los niveles de testosterona, reducirlo a eso sería un error, ya que está demostrado científicamente que esos niveles no son algo absoluto que defina si hay ventaja o no, a parte que cada deporte tiene sus particularidades y, a lo mejor, se deberían de hacer más pruebas médicas antes de que una licencia profesional sea expedida. 

Algunas personas piensan que se solucionaría este conflicto si se “adaptase” una categoría en la que las personas transexuales compitiesen en igualdad de condiciones entre ellas.

Eso es una burrada. Habría disciplinas en las que solo participarían una o dos personas. Yo quiero competir con otras mujeres, ya que para mí el deporte es parte esencial de mi vida. Siempre he hecho deporte y de alguna forma me ha ayudado a sobrellevar todo lo que me ha pasado en la vida. No estoy demandando que nos permitan participar en competiciones de deporte femenino simplemente por decir que somos mujeres. Eso sería una auténtica barbaridad y podría adulterar por completo, sin ninguna duda, cualquier competición. Lo que pediría es una modificación de los reglamentos de las federaciones para que puedan adaptarse a personas que también tenemos derecho a hacer deporte sin que suponga ningún perjuicio para nadie, también podemos hablar de competiciones mixtas en muchas disciplinas deportivas, aunque eso habría que reglamentarlo bien.

Hablando más de tu trayectoria personal, ¿alguna vez te has encontrado en situaciones de rechazo en el deporte por el hecho de ser una persona transgénero?

La verdad que solo me ha ocurrido una vez. Como persona trans solo me he sentido discriminada en un partido de fútbol en el que jugaba de portera y un grupo de hombres aficionados del equipo rival, me profirió insultos tránsfobos durante el encuentro, a pocos metros de la portería. Con el paso de los minutos, me cansé y pedí al árbitro parar el partido para llamar a la Policía Municipal. En ese momento pararon de insultarme.

¿Cómo lo afrontaste?

No es agradable, lógicamente; pero te puedo decir que he sufrido mayor discriminación por el hecho de ser mujer, que por ser una mujer transexual.

En algún equipo de futbol anterior en el que he jugado hemos tenido que compartir un campo de futbol 7 con el alevín masculino, estando nosotras en categorías mayores que el principal equipo masculino. He visto como las subvenciones para la sección de fútbol femenino acaba en el masculino. Otro claro ejemplo también es que la hora a la que tanto entrenamos como jugamos es la peor, siempre somos las últimas y nos meten prisa para ducharnos rápido y salir cuanto antes.

Pero no siempre es así, ahora mismo, por ejemplo, tanto el Club Deportivo Zuazo, en la que juego al fútbol, o el equipo ciclista Bizikume, que es un equipo constituido y formado por mujeres, con el que compito nos da un trato exquisito.

¿Crees que hay pocos referentes deportistas que puedan ser inspiración para los niños y niñas transexuales?

Sí que creo que hay referentes en el deporte y pienso que todas ellas tienen una gran responsabilidad. Yo no me considero un referente como tal, ya que soy una persona “normal”, pero sí que es verdad que, gracias a haber sido la primera federada en un equipo femenino en España, me dio mucha visibilidad. Eso también ha conllevado a que mucha gente me haya preguntado, entrevistado, pedido ayuda para trabajos de fin de grado… Y yo estoy siempre encantada de poder ayudar.

¿Tuviste algún referente transgénero en tu juventud?

Siendo sincera, en mi juventud no quería saber nada de esto. Intentaba ocultar lo que me estaba pasando y no fue hasta los 33 años que decidí dar el paso de la transición.

En alguna entrevista hemos leído cómo has expresado tu rechazo a la Ley Trans que entró en vigor el pasado año. ¿Qué problemas le encuentras?

Como bien dices, estoy totalmente en contra de la Ley Trans. Hemos pasado de tener que estar dos años hasta poder cambiar el nombre, a tan solo acudir al registro civil y decir “yo soy hombre o mujer” y punto, pudiendo acudir al mes siguiente para rectificarlo si se quiere. Nos hemos pasado de calvos a tres pelucas

Nos estamos cargando todo el acompañamiento psicológico, por ejemplo, y me parece ofensivo, que algunos desalmados aprovechen estos “vacíos legales” para utilizar esta ley en beneficio propio, como el caso de un hombre que solicitó cambiar de sexo para librarse de la cárcel tras ser condenado por maltratar a su expareja. Nos estamos convirtiendo en un meme.

También, me gustaría aclarar que el acompañamiento psicológico (en el proceso de transición) no debe de ser como un interrogatorio carcelario en el que se nos insta constantemente a cambiar de opinión o se nos tilda de hombres o mujeres en base a estereotipos sexistas, sino algo que realmente ayude y nos permita esclarecer todo lo que sentimos.