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Programa Arrakasta: premio a la tenacidad

El proyecto recibe un reconocimiento por sus buenas prácticas en el apoyo a jóvenes acogidos por las diputaciones en su paso por la Universidad

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Fecha de primera publicación: 13/06/2019

Estudia Derecho, tiene 21 años y, aparentemente, una vida como cualquier otra estudiante de su facultad. Pero algo es diferente: lo tuvo casi todo en contra para acceder a la Universidad y, a pesar de ello, ha conseguido terminar la carrera. De pequeña vivió en programas de protección a la infancia y adolescencia y desde los 18 en un piso de emancipación para jóvenes de la Diputación Foral de Gipuzkoa. Gracias a las becas, al programa Arrakasta de la Universidad del País Vasco, pero, sobre todo, a su esfuerzo, ha conseguido romper los pronósticos. Este año se gradúa y comenzará el master que le permitirá ejercer como abogada.

Ese era, precisamente, el propósito de la Universidad cuando puso en marcha el programa Arrakasta, junto con la Diputación Foral de Gipuzkoa, en 2017: facilitar el acceso a la Universidad y que pudieran continuar y acabar con éxito sus estudios jóvenes que han llegado a la mayoría de edad y que viven bajo medidas de protección a la infancia y la adolescencia e inclusión social.  

Ahora, dos años después, el proyecto ya consolidado, cuenta con el compromiso de las tres diputaciones y el patrocinio de la Fundación Santa María. Este curso 2018/2019 Arrakasta ha dado servicio a 14 estudiantes (12 mujeres y 2 hombres) procedentes de Gipuzkoa y Araba y acaba de recibir el reconocimiento de V. Convocatoria de Buenas Prácticas de la Red SIOU (Servicios de Información y Orientación Universitarios), que se celebró recientemente en la Universidad de Málaga, donde miembros del Servicio de Orientación Universitaria de la UPV/EHU presentaron el proyecto y los resultados.

El origen: Una tesis doctoral

La idea era novedosa y no se había aplicado en ninguna otra universidad cercana. Surgió, como tantas otras propuestas, resultado de una investigación: Joana Miguelena, del Grupo de investigación Garaian, se encontraba realizando su tesis doctoral en la que analizaba los itinerarios educativos de jóvenes que llegaban a la mayoría de edad y que vivían en pisos de emancipación de la Diputación Foral de Gipuzkoa.

La investigadora de la UPV/EHU descubrió que muy pocas personas apostaban por ir a la Universidad; la mayoría prefería cursar estudios de menor duración. Se dio cuenta que la entrada en la Universidad  coincidía con la mayoría de edad y, por lo tanto, con el fin de la protección que las instituciones facilitan a estos jóvenes. Estas circunstancias hacen que, a pesar de tener un buen historial académico la mayoría de estas y estos jóvenes no contemplen la Universidad como una opción posible.

Joana Miguelena se puso en contacto con responsables de la Universidad y les animó a encontrar soluciones que permitieran facilitar la formación universitaria a jóvenes que partían en situación de desventaja. La UPV/EHU y la Diputación Foral de Gipuzkoa coincidieron en la importancia de la propuesta y firmaron los acuerdos que permitieron la puesta en marcha del Programa Arrakasta.

Dejar de trabajar para estudiar

Son ya varias las estudiantes que participaron en la investigación de Joana Miguelena. Una de ellas ha finalizado sus estudios de Derecho y ha realizado su Trabajo Fin de Grado sobre temas relacionados con la asistencia formativa a jóvenes bajo tutela. El próximo curso comenzará el Máster que la habilitará como abogada.

Esta joven insiste en la visión que tuvo la investigadora y los beneficios que está produciendo sobre un colectivo estigmatizado en numerosas ocasiones, como la propia Miguelena advertía recientemente

“Arrakasta te da mucha tranquilidad cuando te planteas estudiar en la Universidad”, subraya.  Esta estudiante accedió al programa cuando ya cursaba tercero de Derecho. Hasta entonces, había compatibilizado estudios y trabajo para poder conseguir los ingresos con los que poder salir adelante.

“Ahora solo trabajo en verano –explica- y el resto del año me pago los gastos con la beca y lo que me aporta Arrakasta”. Es una gran defensora del programa y demanda una mayor sensibilización entre las y los jóvenes que proceden de entornos protegidos: “Es importante que sepan que tienen esta puerta abierta –argumenta-, que, si quieren, pueden seguir con los estudios. Luego… que elijan lo que quieren hacer, pero que no renuncien, sin más”.

El programa Arrakasta ha duplicado las cifras: ha pasado de 7 a 14 estudiantes del curso 2017/18 al actual y el objetivo del programa es seguir sensibilizando a cuantos más jóvenes mejor. “Cada vez llegan más estudiantes, porque más jóvenes se plantean la universidad como una opción real”, explica Montse Maritxalar, directora de Alumnado.

Además de una subvención económica, Arrakasta les ayuda con un seguimiento y asesoramiento individualizado realizado por el equipo técnico del Servicio de Orientación Universitaria, que se coordina con el personal técnico de las respectivas Diputaciones.  El tipo de apoyo logístico es, entre otros, préstamos o financiación de material para llevar a cabo los estudios. Además, el alumnado que así lo solicita, cuenta con un/a tutor/a académico en su centro universitario, que le sirve de referente a lo largo de su itinerario educativo.

Como explica la directora de Alumnado, "Los y las estudiantes de la UPV/EHU que proceden de los sistemas de protección de las Diputaciones, o que reciben apoyo en los sistemas de inclusión social de las mismas, dan significado a la palabra Arrakasta del programa: gracias a su exitosa trayectoria han podido llegar a la Universidad, a pesar de todos los obstáculos."