Cerca de 44 estudiantes de quinto curso de la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de la UPV/EHU participan en la cuarta edición de Concéntrico, Festival Internacional de Arquitectura y Diseño de Logroño, que tendrá lugar del 27 de abril a 1 de mayo. El objetivo de este evento cultural es reflexionar y analizar el ámbito urbano y la ciudad.

Los estudiantes de Arquitectura, de las asignaturas de Arquitectura del Paisaje y Laboratorio de Experimentación Proyectual, bajo la dirección de los profesores Mario Sangalli e Iñigo Viar, realizarán una actuación en la Casa Farías, actualmente propiedad de Cáritas y ubicada en el casco medieval de la capital riojana. Tras un proceso de selección que contó con la participación del arquitecto Javier Bueno, presidente de la Asociación Atari Cultura Arquitectónica, resultó ganadora la propuesta ‘Vacío encerrado’, del equipo formado por Haizea Latxaga, Izaskun Soto, Ane Santamaría, Henar Merino y Erminia Barone, estudiante Erasmus de la Università degli Studi di Napoli Federico II. No obstante, tanto el desarrollo de la solución definitiva como su construcción en Logroño serán llevados a cabo por el conjunto del alumnado de las dos asignaturas implicadas. Organizados en cuatro equipos (diseño / construcción / comunicación / expedición) los 44 alumnos participantes han abordado los diferentes aspectos asociados a un proyecto de estas características: desde tomar decisiones que permitan transformar la idea en un objeto construido, hasta organizar el traslado y la estancia de los participantes, pasando por documentar y comunicar el proceso. Los alumnos han participado, además, en la elaboración de las piezas que conforman el conjunto, contando para ello con las instalaciones del FAB LAB (taller de fabricación digital) de la Escuela Técnica Superior de Arquitectura del País Vasco.

La propuesta denominada ‘Vacío encerrado’ es “una estructura que se compone, de piezas idénticas de madera (58,6x58,6cm) con el fin de crear una estructura autoportante. Estas piezas se encajan entre sí geométricamente, mediante ranuras creadas en las mismas piezas, sin necesidad de ningún tipo de unión externa. Además, el desarrollo de la forma recuerda a la cestería; son cuatro filas, consiguiendo como altura máxima algo menos que 2,44m. Esa forma de construcción, la cual impide una visión directa del interior crea un sentimiento de frustración al espectador, ya que las aberturas entre las uniones solo dejan entrever la tierra del suelo, invitando así al espectador a acercarse a la obra, para descubrirla e interactuar con ella”, explica la alumna Izaskun Soto.

Vacío cerrado

“Para formalizar la idea -añade su compañera Haizea Latxaga- se pensó en el círculo como geometría pura y clara y como símbolo de unión. El círculo es también símbolo de protección y significa la eternidad, ya que en su forma no hay interrupciones. Un círculo se cierra sobre sí mismo, y por ello representa la unidad, lo absoluto y la perfección. A su vez, el círculo recuerda a la forma de la huella que deja una copa de vino en la mesa, a una barrica. El círculo es una forma geométrica que contrasta con las formas que podemos encontrar en el casco medieval de Logroño enfrentando la curvatura de la instalación frente a las líneas rectas que se generan en el casco medieval”. Para Ane Santamaría este contraste hace que sea “una forma intrigante para el viandante, suscitando la curiosidad en el usuario, que se siente atraído hacia la instalación. Así como la intersección creada entre el patio privado y la calle pública, mediante un círculo que atrapa un nuevo espacio. Atravesando el muro existente esta forma es capaz de colonizar tanto el patio como la calle”.

Siendo Logroño, capital de La Rioja y, por ende, del vino, el alumnado de Arquitectura de la UPV/EHU pretende representar esa cultura vinícola, a través del material dado, del pavimento, del color… “dejando siempre una libertad de interpretación propia al espectador”-aclara Henar Merino. “Estas interpretaciones pueden recordar de alguna manera al interior de una barrica, con los tablones de madera impregnados en vino, o incluso la tierra de los viñedos”. “Pero, aunque el objeto parezca cerrado -continúa Erminia Barone- incluye ciertas aberturas que ofrecen interacción al espectador, creando visuales que atraviesan dicho objeto. Además de las estrechas aberturas, el cambio de pavimento crea cierta incertidumbre en el espectador, que duda si puede entrar o no, creando la duda de si el espacio interior de la instalación es restringido o no. El pavimento interior está compuesto por tierra de los viñedos de La Rioja, trayendo así al centro histórico de la ciudad los campos que rodean Logroño”.

Web festival: http://www.concentrico.es

Web Proyecto: http://concentrico.es/vacio-encerrado/

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