Información - La Escuela: El Saltillo - Testimonio de la donación

Donación del Saltillo a la Escuela Oficial de Náutica de Bilbao

Las gestiones para la donación del Saltillo, comenzaron una mañana de noviembre de 1968, con la oferta del barco a la Escuela Oficial de Náutica de Bilbao. El capitán de yate don Pedro Galíndez, gran deportista y mejor marino, consideró que su goleta podía continuar prestando buenos servicios, dedicándola a la formación de futuros marinos. Un importante legado para un importante cometido. Como resultado de los trámites administrativos, el barco fue recibido y puesto a disposición de la Náutica, que amarró la goleta en su boya de Santurce.

Esta Escuela nuestra de Bilbao, se ha distinguido siempre por su afán de que los alumnos participen en faenas marineras así como en ejercicios de instrucción y adiestramiento a bordo.

Para estos fines, años antes, nuestro Centro poseía el Marqués de Chávarri, un vapor de 100 pies de eslora.

Este buque, allá por el año 1945, quedó en estado inservible y fue dado de baja, por lo que a partir de entonces, las prácticas marineras se efectuaban en las embarcaciones menores.

Con la incorporación del Saltillo a las tareas docentes de la escuela, la Instrucción Marinera comenzaba a desarrollarse en el primer curso de carrera con enseñanzas teóricas y prácticas sobre el manejo de balsas y embarcaciones menores, tanto a remo como a vela, o a motor. Con estos ejercicios se practicaba el deporte en vela ligera.

Así cuando en los cursos siguientes los alumnos embarcaban en el Saltillo, ya estaban iniciados en faenas marineras.

Entre estos alumnos, la Jefatura de Estudios repartía "hojas informativas" con la descripción, nomenclatura y objeto de las diferentes velas, aparejos y accesorios.

Así mismo se repartían hojas con "Instrucciones Generales" de aplicación: a) Antes de la salida; b) En navegación; c) A la llegada.

Para un conocimiento más profundo, en determinadas tareas de interés, se consideró conveniente distinguir siete destinos con funciones muy precisas y que todos los alumnos debían desempeñar por turnos rotativos.

Estos "destinos" eran : Ayudante de derrota; Secretario; Señalero; Timonel; Motores; Radio; Seguridad interior.

El Saltillo era un Aula Flotante donde se estudiaba y practicaba el arte de navegar.

Al objeto de obtener el mayor rendimiento posible en esta empresa, se solicitó a los profesores información sobre los ejercicios que para cada asignatura podían desarrollarse en la goleta. Con esta información se pudo confeccionar un "Rol de Ejercicios". Estos ejercicios prácticos y los simulacros podían ser una aplicación de cualquiera de las materias que se estudiaban en la Escuela, como Astronomía, Navegación, Oceanografía, Motores, Transmisiones, Seguridad Interior...

Los viajes de rutina se realizaban los sábados aprovechando que no había clases.

También se efectuaban salidas nocturnas.

Próximos a finalizar los cursos lectivos, el Saltillo emprendía viajes a otros puertos del Cantábrico. Para mayor aprovechamiento, estos viajes se complementaban con visitas instructivas y culturales por los puertos visitados.

Antes de la salida, se celebraba una reunión en la que se exponía el plan de viaje y se disponía la distribución de tareas. Al regreso, en otra reunión "debreafin" se comentaban las incidencias de la expedición y se tomaban notas sobre aquellos detalles que merecían ser corregidos para el futuro.

Con independencia de las tareas antes señaladas, específicamente docentes, el Saltillo se ofrecía a organismos y centros para otras actividades, como por ejemplo la participación de la goleta en los actos con los que Guetaria conmemora el primer viaje de circunnavegación. El Saltillo representó el papel de la nao Victoria.

En los años que el Saltillo ha servido a la Escuela, le ha tocado navegar con toda clase de tiempos si haber sufrido el menor percance ni siquiera haberse visto en situaciones que plantearan alguna dificultad para el barco o para sus tripulantes. No se recuerda que haya sido necesario destapar el frasco de Mercromina, ni pegar una tirita sobre alguna herida.
 

Era al mismo tiempo muy aprovechable. La doble calidad de velero y buque de motor, confería al barco las ventajas de la velocidad regulable y la autonomía, sin los límites que padecen las motonaves. Por otra parte, en estos últimos buques el motor y el combustible requieren amplio espacio, mientras que en el Saltillo, los motores ocupan un pequeño rincón en la popa, dejando una gran capacidad interior disponible para habitabilidad o para la instalación de equipos de enseñanza o investigación. Y esto es muy importante a la hora de buscar, con codicia, que no se desperdicie ni un solo centímetro de extensión.
Las condiciones de este buque están probadas y puede rendir provechosos servicios a la Universidad, al tiempo que puede dedicarse a otros cometidos, como el de promoción o representación a nuestro Puerto de Bilbao, de tanta tradición marítima.

Gaspar Azpiazu
Ex-capitán del Saltillo
Ex-director de la ESMC