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Resistencia a antibióticos en un Servicio de Medicina Intensiva

Un estudio coordinado por la UPV/EHU no detecta incremento de sensibilidad a los antimicrobianos tras la aplicación del protocolo DDS

  • Research

First publication date: 02/12/2019

De izquierda a derecha, Andrés Canut, jefe del Servicio de Microbiología Clínica del HUA, la doctoranda Yanire Llorens y Alicia Rodríguez. Foto: Nuria González. UPV/EHU.

La investigación, realizada en colaboración con el Servicio de Microbiología y con el Servicio de Medicina Intensiva del Hospital Universitario de Álava, en el que en el año 2002 se implantó un protocolo de descontaminación digestiva selectiva (DDS), no detectó un incremento en la tasa de adquisición de resistencia a los antibióticos, y esa tasa no fue superior a la de Servicios de Medicina Intensiva españoles sin ese protocolo.

La investigadora Alicia Rodríguez Gascón, del Laboratorio de Farmacia y Tecnología Farmacéutica de la Universidad del País Vasco/Euskal Herriko Unibertsitatea, ha coordinado un estudio cuyo objetivo fue comparar las tasas de sensibilidad a los antimicrobianos en un Servicio de Medicina Intensiva (SMI) antes y después de la introducción de la descontaminación digestiva selectiva (DDS) y, además, confrontarlas con los datos de sensibilidad de otros SMI españoles sin DDS. La investigación, que lleva por título ‘Antibiotic susceptibility trend before and after long-term use of selective digestive decontamination: a 16 year ecological study’, ha sido publicada en la revista Journal of Antimicrobial Chemotherapy y ha sido destacada por la Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica (SEIMC) en su boletín del mes de octubre. Este trabajo forma parte de la tesis doctoral de Yanire Llorens Villar, estudiante de doctorado de la UPV/EHU.

La descontaminación digestiva selectiva consiste en la aplicación tópica de antimicrobianos no absorbibles en la orofaringe y el intestino, y se ha asociado a un mejor pronóstico de los enfermos críticos en los Servicios de Medicina Intensiva. Aunque existe una alta evidencia de las ventajas de la DDS, no se ha implantado de forma generalizada en la práctica clínica debido a que se tiene la idea de que favorece el desarrollo de microorganismos resistentes a los antimicrobianos. Sin embargo, en un estudio reciente basado en meta-análisis, no se encontró relación entre la DDS y el desarrollo de resistencias.

El estudio, llevado a cabo por un equipo multidisciplinar con personal del Servicio de Microbiología Clínica, Servicio de Medicina Intensiva y Servicio de Farmacia Hospitalaria del Hospital Universitario de Álava (HUA), y del Área de Farmacia y Tecnología Farmacéutica, y del Departamento de Economía Aplicada de la UPV/EHU se planteó evaluar la tendencia en la sensibilidad bacteriana antes y después de la implantación de la DDS en el Servicio de Medicina Intensiva del HUA. “El protocolo de la DDS se aplica a pacientes que van a ser sometidos a ventilación mecánica, e incluye una mezcla al 2% de gentamicina, colistina y anfotericina B aplicada en la mucosa bucal, y una suspensión de los mismos antibióticos en el tracto digestivo a intervalos de 6 horas. Además, durante los tres primeros días de ventilación mecánica, se administra ceftriaxona intravenosa”, explica la profesora Rodríguez Gascón. Hay que decir que la DDS se implantó en el HUA en el tercer trimestre del año 2002.

Después de tener en cuenta diversas variables, se desarrolló un modelo estadístico de series temporales interrumpidas en las que la DDS era la intervención y, según el cual, la tasa de sensibilidad se podía expresar en función del consumo de antibióticos y de la implantación de la DDS. Los resultados revelaron que, de las 48 combinaciones agente antimicrobiano/microorganismo estudiadas, las diferencias en la sensibilidad antes y después de la implantación de la DDS fueron significativas solamente en 3 casos: Escherichia coli y Proteus mirabilis frente a amoxicilina/ácido clavulánico, y Enterococcus faecalis frente a alta dosis de gentamicina, siendo la sensibilidad menor tras la implantación de la DDS (una reducción del 20% y 27% en los casos de E. coli y P. mirabilis frente a amoxicilina/ácido clavulánico, y del 32% en el caso de E. faecalis frente a alta dosis de gentamicina). Cabe indicar que estos pocos casos significativos puedan deberse más al incremento de la resistencia a los antibióticos que se han producido en España y en Europa, relacionadas con el aumento del consumo en los últimos años, que a la utilización de la DDS en el SMI. Además, no se detectó un incremento en la tasa de adquisición de resistencias tras la implantación de la DDS.

En conclusión, el estudio no detectó cambios relevantes en la tasa de sensibilidad general después de la implantación de la SDD y, además, esa tasa no fue inferior a las de los Servicios de Medicina Intensiva españoles sin SDD.

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