Itziar Alkorta Calvo, Aline Chiabai y Néstor Etxebarria
One Health Living Lab: Una estrategia para la salud del mañana
Profesora de Bioquímica y Biología Molecular, economista ambiental y profesor de Química Analítica, respectivamente
- Cathedra
First publication date: 12/12/2024
Artikulu hau jatorriz idatzitako hizkuntzan argitaratu da.
El pasado mes de noviembre se celebró en la Estación Marina de Plentzia (PiE-UPV/EHU) un taller de trabajo titulado ‘Co-design of our One Health Living Lab’, una iniciativa colaborativa liderada por los proyectos BlueAdapt y HOBE, y que reunió a investigadores e investigadoras de PiE-UPV/EHU, JRL Environmental Antibiotic Resistance y BC3 Basque Centre for Climate Change. El objetivo era comenzar a diseñar un laboratorio interdisciplinar centrado en la salud del sistema socioecológico del estuario de Plentzia desde una perspectiva One Health, y abierto a todos los actores de la sociedad. Se busca comprender y fomentar esfuerzos colaborativos para diseñar actividades innovadoras que impulsen la experimentación dentro de un Living Lab.
El concepto de One Health (Una Salud) es un enfoque interdisciplinar que reconoce la interconexión entre la salud humana, la de todos los organismos y la ambiental. Este modelo busca promover la colaboración entre diferentes áreas científicas y sectores para abordar los problemas de salud pública desde una perspectiva global, teniendo en cuenta la interdependencia de los seres vivos y su entorno. A medida que la globalización, el cambio climático y la intensificación de la actividad humana continúan afectando las relaciones entre los humanos, los animales y el medio ambiente, One Health ha evolucionado como una respuesta a los retos emergentes de salud desde una visión unificada.
Evolución del concepto de One Health
El origen del concepto de One Health se remonta a varias décadas atrás, aunque ha ganado un enfoque más formal y global en los últimos años. Inicialmente, el término se utilizaba de forma limitada para describir la relación entre la salud humana y la veterinaria. Fue a mediados del siglo XX cuando el médico veterinario Calvin Schwabe acuñó el término One Medicine, al destacar la necesidad de abordar la salud de los seres humanos y los animales de manera conjunta, especialmente en lo que respecta a enfermedades zoonóticas. Durante los siguientes años, One Medicine extendió su alcance hasta incluir los aspectos ambientales, reconociendo que el entorno natural y las relaciones con todos los animales eran esenciales para comprender mejor las enfermedades que afectaban tanto a humanos como a animales. Este concepto fue formalizado y ampliado por diferentes organizaciones internacionales, como la Organización Mundial de la Salud (OMS), la Organización Mundial de Sanidad Animal (OIE) y la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), que comenzaron a trabajar de forma conjunta para abordar problemas comunes de salud pública. En 2004, la FAO, la OMS y la OIE firmaron una declaración tripartita, que consolidó oficialmente el enfoque One Health a nivel global. Este acuerdo formalizó la importancia de la colaboración entre las tres organizaciones para abordar las amenazas a la salud humana, animal y ambiental de forma integrada. En la última década, el concepto ha continuado evolucionando para incluir la relación entre la salud humana, animal, ambiental, social y económica, destacando la importancia de los factores ecosistémicos en la salud.
Los brotes de enfermedades infecciosas zoonóticas, como la gripe aviar (H5N1), el síndrome respiratorio de Oriente Medio (MERS), el ébola y, más recientemente, la pandemia de COVID-19, han sido recordatorios dramáticos de la necesidad de aplicar un enfoque global e integrado en salud pública. Estos eventos han resaltado cómo las enfermedades pueden cruzar las fronteras entre especies, regiones y países, afectando no solo a la salud humana, sino también a la economía, el bienestar animal, la biodiversidad y la sostenibilidad ambiental.
El enfoque One Health hoy: Salud Global e Interconexión
En la actualidad, One Health se ha convertido en un principio fundamental para abordar los problemas de salud pública, particularmente aquellas enfermedades que se originan en los animales y que tienen el potencial de convertirse en pandemias globales. One Health aboga por la colaboración multidisciplinar y el trabajo conjunto entre personas vinculadas a medicina, veterinaria, biología, ecología, medio ambiente y políticas públicas.
Las enfermedades zoonóticas, que son aquellas que se transmiten entre los animales y los humanos, continúan siendo una preocupación clave en la salud global. De acuerdo con la OMS, más de 60% de las enfermedades infecciosas emergentes son zoonóticas. Algunas de las más conocidas, como el VIH, el SARS, la gripe aviar, el MERS y la COVID-19, han tenido efectos devastadores tanto en la salud humana como en la económica. La resistencia a los antimicrobianos (AMR) también es un desafío importante bajo el enfoque One Health, ya que el uso indiscriminado de antibióticos en la medicina humana, veterinaria y en la agricultura ha contribuido al desarrollo de cepas resistentes que afectan a los seres humanos y los animales por igual.
El cambio climático, la deforestación, la exposición crónica a contaminantes y la degradación ambiental también son factores críticos que afectan a la aparición y propagación de enfermedades. Las alteraciones en los hábitats de los animales, las migraciones forzadas y los cambios en los ecosistemas pueden crear nuevas oportunidades para que las enfermedades se transmitan entre especies.
La perspectiva One Health se ha ido ampliando recientemente para abordar también las enfermedades infecciosas no zoonóticas transmitidas por el agua, debido, por ejemplo, al riesgo de propagación de microorganismos como consecuencia del desbordamientos de agua residuales durante las inundaciones, cuya frecuencia e intensidad tienden a aumentar con el cambio climático.
La presencia de contaminantes en agua, aire y suelo, y sus interacciones con la salud humana y animal, es otro tema que necesita un enfoque One Health. En este contexto, One Health no solo trata de prevenir y controlar enfermedades, sino también promover un ambiente saludable y sostenible para todos los seres vivos.
El potencial de crear un Living Lab para One Health
El concepto de Living Lab ha surgido como una estrategia innovadora para abordar problemas complejos en contextos reales. Para ello es necesario integrar el conocimiento científico con la participación de las comunidades y todos los actores interesados. En el contexto de One Health, un Living Lab podría convertirse en un espacio experimental donde se exploren soluciones para los desafíos en la gobernanza de la salud, utilizando el enfoque práctico y colaborativo de este concepto.
Un Living Lab para One Health sería un centro de ensayos en el que personas usuarias y productoras pueden crear soluciones de forma conjunta. Su principal objetivo es generar conocimiento, productos, servicios e infraestructuras adaptados a las necesidades reales de la sociedad. Este laboratorio viviría a la vanguardia de la investigación aplicada en salud, permitiendo probar en tiempo real nuevas tecnologías, enfoques y políticas relacionadas con la salud humana, animal y ambiental. Las soluciones desarrolladas podrían ser implementadas a escala local, regional o incluso global.
Las características clave de un Living Lab para One Health podrían incluir:
Colaboración Interdisciplinar: Profesionales de todos los ámbitos de la salud, ciencia y tecnología, y ciencias sociales trabajarían juntos para identificar y abordar problemas de salud pública y del medio ambiente interrelacionados.
Investigación Aplicada y Participativa: El laboratorio no solo se enfocaría a la investigación científica básica, sino también a probar nuevas prácticas y tecnologías en entornos reales. Además, los miembros de las comunidades afectadas tendrían voz y participación activas en el proceso de desarrollo de soluciones.
Monitoreo y Gestión de Enfermedades: El Living Lab podría incorporar sistemas de monitoreo para detectar enfermedades emergentes, incluyendo las zoonóticas, y evaluar la efectividad de las políticas de prevención y control.
Desarrollo de Soluciones Sostenibles: Al integrar la sostenibilidad en el enfoque, el Living Lab ayudaría a diseñar políticas y estrategias que no solo respondieran a los brotes de enfermedades, sino que también contribuyeran a la preservación del medio ambiente y la biodiversidad, como fundamento para mejorar el estado de salud de los seres humanos y los animales.
Educación y Capacitación: El laboratorio se conceptúa como un espacio para educar a la población local y global sobre la importancia de One Health y sobre cómo sus acciones individuales pueden afectar a la salud de la humanidad, los animales y el planeta.
En resumen, la creación de un Living Lab para One Health puede ofrecer un enfoque innovador y práctico para enfrentar los retos interrelacionados de salud pública, conservación y sostenibilidad. Aprovechando la colaboración interdisciplinar y el trabajo en tiempo real, este modelo tiene el potencial de transformar la manera en que abordamos la salud global y responder de manera más eficaz a las amenazas emergentes. Un Living Lab no solo serviría como centro de investigación, sino también como un catalizador para el cambio social, político y ambiental que necesitamos con el fin de proteger la salud de todos los seres vivos.
Itziar Alkorta Calvo
Profesora de Bioquímica y Biología Molecular, coordinadora del JRL-EAR
Aline Chiabai
Economista ambiental, coordinadora del grupo de investigación ‘Salud y Cambio Climático’ en BC3
Néstor Etxebarria
Profesor de Química Analítica. Estación Marina de Plentzia