‘El ojo de la ballena’: arte y ciencia en una exposición
El grupo GOBE presenta los resultados de su investigación del ojo del cetáceo varado en Sopelana, a través de una muestra fotográfica que no deja indiferente
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First publication date: 20/02/2020
(Opens New Window)Las ballenas ven en blanco y negro y con muy poca nitidez; a pesar de ello, tienen muy desarrolladas las células con las que detectan la intensidad de la luz y, gracias a ello, son capaces de distinguir si es de día o de noche.
Son algunas de las conclusiones a las que llegó el Grupo de Oftalmo-Biología Experimental (GOBE), que dirige la catedrática de Biología Celular e Histología, Elena Vecino, tras investigar el ojo de la ballena que quedó varada en la playa de Sopelana (Bizkaia), en febrero de 2019.
La científica muestra ahora algunos de los resultados de estos meses de investigación en “El ojo de la ballena”, una exposición a caballo entre lo científico y lo artístico que no deja indiferente.
Un panel de una enorme ballena preside la exposición. “Quería que quien la visite sienta las dimensiones que tiene un animal de estas características, quería que sienta su grandiosidad”, explica la científica. Con 16 metros y 30 toneladas de peso, el rorcual encontrado muerto el pasado año en la playa de Sopelana, pertenece a una de las familias de cetáceos más grandes del planeta, tras las ballenas azules.
Son fotografías obtenidas con distintos microscopios de gran aumento, que permiten ver con detalle las partes minúsculas del ojo de la ballena y que reflejan que, a pesar de que a tamaño real seamos muy diferentes, en lo diminuto somos muy similares. “Quería hacer ese ejercicio de comparar el tamaño real con el microscópico”, explica Vecino.
Como detalla esta especialista en problemas de visión, “el tamaño biológico tiene unos límites organizativos y, aunque en la proporción, aspecto y tamaño macroscópico somos diferentes, en lo microscópico somos muy similares”.
Exposición sin barreras
Vecino es especialista en glaucoma y otros problemas oculares que provocan la ceguera. Y ello no podía dejar de reflejarse en la exposición: además de las 16 fotografías y vídeos obtenidas durante la investigación, las dos maquetas y el gran panel con la ballena impresa, la muestra se ha adaptado a las personas con dificultades de visión; para ello han impreso en relieve las imágenes y dispuesto paneles explicativos en Braille. “Conseguir adaptar estas imágenes es lo que más ha costado”, reconoce la organizadora de la exposición.
Asimismo, la muestra se completa con un servicio de audioguía que explica cada imagen mediante la lectura de códigos QR, señalizados en textura para que puedan escanearlo y escuchar la explicación de cada foto”.
“Se puede disfrutar de ella a distintos niveles: tanto en su apartado artístico, disfrutando de los cuadros y de la estética; como mirando y tocando los relieves con zonas resaltadas de las imágenes, de manera que también las personas de baja visión, puedan participar de ello”. Un aspecto este último que, reconoce, “ha sido el que más me ha costado conseguir”.
Mensaje ecológico
Al lado de la maqueta de la ballena, reposan plásticos y otro tipo de residuos recogidos a lo largo de un día en la playa de Sopelana, que quieren representar la contaminación y los peligros a los que están sometidos los animales. “Ese tipo de plásticos pudieron ser el alimento de la ballena, la causa de su extrema delgadez y, quién sabe, quizá de su muerte”, medita la investigadora. Con ello como eje central de la muestra Elena Vecino quiere también concienciar hacia la ecología, la limpieza y el respeto a los mares”.
De acceso libre, el equipo de científicas y científicos que componen el GOBE ha organizado, además, una serie de visitas guiadas para estudiantes y para personas con la visión reducida, a quienes les ha explicado lo aprendido y lo que queda por conocer sobre la visión y la falta de ella, gracias al regalo que nos hizo este majestuoso animal que llegó a nuestras costas hace ahora un año.
La exposición sigue abierta hasta el 21 de febrero en horario continuo de 8:00 de la mañana a 20:00 horas de la tarde.
Tras su paso por el Bizkaia Aretoa, la exposición se trasladará a la Universidad de Burdeos, la Universidad de Oporto y el Clare Hall College de Cambridge, entre otros destinos.