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Demuestran que una molécula produce una mejora cognitiva en roedores con principio de alzhéimer

Un estudio de la UPV/EHU prueba que el fármaco WIN55.212-2 protege el cerebro y revierte los daños cognitivos iniciales de la demencia, y explica su mecanismo

Fecha de primera publicación: 14/01/2025

De izquierda a derecha, Gorka Pereira, Marta Moreno, Ivan Manuel, Rafael Rodriguez-Puertas, director del grupo de investigación, Alberto Llorente, Jonatan Martinez, en el laboratorio del departamento. | Foto: Laura López. UPV/EHU.

El grupo Neuroquímica y Neurodegeneración de la UPV/EHU ha dado con un fármaco que es un candidato potencial para abordar el déficit de memoria en estadios iniciales de la enfermedad en roedores. La investigación ha mostrado que el fármaco activa el sistema de neurotransmisión cannabinoide (que protege el cerebro), y este estimula el colinérgico (que controla la memoria y el aprendizaje) mediante el aumento de la síntesis de acetilcolina (un neurotransmisor que controla la memoria y el aprendizaje en el cerebro). Estos resultados abren un enfoque terapéutico prometedor.

Más de 20 años de investigación han llevado al grupo Neuroquímica y Neurodegeneración de la Universidad del País Vasco (UPV/EHU), liderado por el doctor Rafael Rodríguez Puertas, a descubrir una prometedora vía para el desarrollo de nuevas terapias que mejoren la memoria en casos de deterioro cognitivo en enfermedades neurodegenerativas como el alzhéimer o el párkinson. El estudio realizado por la doctora Marta Moreno Rodríguez en el grupo de la UPV/EHU ha mostrado que los receptores de los neurotransmisores de la familia de los cannabinoides y ciertos lípidos que contienen colina en el cerebro contribuyen a la mejora cognitiva en ratas.

“Gracias a los análisis realizados durante años a una muestra muy amplia de tejido cerebral de autopsias de pacientes que estaban en diferentes etapas de desarrollo de la patología — explica el investigador Rodríguez Puertas—, curiosamente hemos visto que cuando empiezan los primeros síntomas clínicos de alzhéimer, debidos a que uno de los sistemas de transmisión entre las neuronas, el sistema colinérgico (que controla la memoria y el aprendizaje y utiliza la acetilcolina como neurotransmisor), está dañado en la zona que se ve afectada inicialmente en los pacientes; sin embargo, hemos visto que otro sistema de neurotransmisión, el sistema cannabinoide, esta aumentado”. Asimismo, el equipo ha detectado que a medida que avanza la enfermedad el sistema cannabinoide acaba también dañado: “Es como que este sistema cannabinoide tiene una respuesta inicial de protección frente al daño del sistema colinérgico e intenta proteger el cerebro —afirma—. Se trata, pues, de una diana terapéutica sobre la que actuar”.

Tras probar el efecto del fármaco WIN55.212-2, que interactúa con receptores cannabinoides, en roedores en estadios iniciales de la enfermedad, el equipo ha constatado “que estos llegaban a comportarse igual que los que no tenían daño en el cerebro: aprendían y recordaban la orientación espacial de la misma manera —explica Marta Moreno—. Se podría decir que de alguna manera el fármaco revirtió el daño o protegió el cerebro”.

Una novedosa técnica para identificar y localizar lípidos en el cerebro

El grupo de investigación ha podido entender el mecanismo de esta mejora cognitiva “empleando una novedosa técnica desarrollada y puesta a punto en la UPV/EHU por el grupo de investigación, que permite identificar y localizar de manera anatómica los lípidos en el cerebro. Así, hemos visto que, tras el tratamiento, había aumentado la actividad del sistema cannabinoide; que, además, había aumentado la actividad de los receptores neuronales colinérgicos que estaban dañados en los pacientes, y que había aumentado también la síntesis de algunos lípidos que contienen colina y son precursores de la acetilcolina, un neurotransmisor que controla la memoria y el aprendizaje en el cerebro”, explica Rafael Rodríguez. Es decir, “los receptores cannabinoides se vieron activados y aumentaron los niveles de acetilcolina en el cerebro. El fármaco restauró el sistema colinérgico y mejoró la memoria”, añade Moreno.

Rafael Rodríguez considera que “esta molécula podría llegar a convertirse en un fármaco para tratar los síntomas de la demencia, por lo menos en estadios iniciales de la enfermedad; porque ya hemos visto que el organismo por sí solo, fisiológicamente, intenta hacer algo similar”. “Con estos tratamientos farmacológicos podríamos ayudarle a potenciar ese efecto, o incluso se podría aplicar un tratamiento mixto de fármacos cannabinoides con precursores de la acetilcolina”, sugiere.

Buscan moléculas similares para pasar a los estudios clínicos

Aunque los resultados de las pruebas en roedores han resultado muy prometedores, y el subsiguente paso debería ser estudiar su toxicidad y pasar a los análisis clínicos en humanos, el equipo de investigación se ha encontrado con el obstáculo de que la molécula es de uso libre, es decir, “se trata de una molécula de síntesis que se utiliza ampliamente en experimentación; no la hemos sintetizado nosotros. No es una molécula que una determinada empresa farmacéutica pueda explotar. Los estudios de toxicología y los ensayos clínicos suponen una gran inversión para el sector farmacéutico y esta molécula no les ofrece la posibilidad de una futura explotación comercial”, por lo que ahora trabajan en buscar y sintetizar moléculas similares a la WIN55.212-2 que puedan ser de interés para la industria farmacéutica y abrir así el camino hasta llegar al estudio clínico de esta nueva vía terapéutica. Para ello, trabajan en colaboración con el CIC bioGUNE y la Universidad de Vigo.

Información complementaria

Este estudio es el fruto de muchos años de trabajo ininterrumpido y de la tesis doctoral de la investigadora Marta Moreno Rodríguez, llevados a cabo bajo la dirección de Rafael Rodríguez Puertas, investigador doctor permanente y líder del grupo de investigación Neuroquímica y Neurodegeneración de la Universidad del País Vasco (UPV/EHU). Marta Moreno trabaja actualmente en el Barrow Neurological Institute, en Arizona (EE. UU.).

Las muestras de tejido analizadas durante años proceden del Biobanco Vasco, del Hospital Universitario Central de Asturias y del Barrow Neurological Institute (EE. UU.).

Referencia bibliográfica