Escándalo artístico

El Diario Vasco, 1959-07-19

      Una exposición artística ha tenido lugar en Moscú. Esto no tiene nada de particular: pero si lo tiene el que por primera vez en la Historia se hayan presentado allí algunos lienzos abstractos y post-impresionistas exhibidos, con extremo impudor, en el pabellón de Polonia. El escándalo ha sido enorme en los medios artísticos moscovitas. Algunas revistas publican fotografías de artistas y aficionados discutiendo acaloradamente ante las pinturas abstractas. ¿Cómo ha podido permitirse la entrada en Rusia de semejante basura burguesa?

      Como es sabido, la pintura rusa responde a los principios del realismo marxista. Para los comunistas el arte debe «expresar la verdad proletaria frente a la mentira capitalista». (En esto de querer «expresar la verdad», como en otras cosas, hay una curiosa coincidencia entre los «progresistas» del Este y ciertos retrógrados occidentales). El arte «comprometido» se halla al servicio del pueblo y de la revolución proletaria. El arte por el arte no tiene sentido y no debe ser tolerado en el clima revolucionario. El arte, en definitiva, forma parte de la propaganda.

      El «artista del pueblo», señor Serov, ha publicado un artículo en los «Izvestia» condenando este género de pintura que «no despierta sentimientos claros». «¿A quién se dirige este arte y qué clase de mensaje lleva dentro?».

      La pregunta del señor Serov, cuyas opiniones sobre el arte abstracto no comparto, tiene, en realidad, mucha miga.

      Â¿El arte se dirige a alguien? ¿Existe un arte para todos? La creación artística ¿puede ser popular en el momento en que nace? ¿Pueden recrearse ante una misma obra una persona sumamente conocedora del proceso artístico y otra que lo ignora todo a este respecto?

      Pintores como Picasso han dado suficientes pruebas de su capacidad en el arte figurativo para que se pueda poner confianza en ellas. Necesitan ir más allá. Para un hombre que tiene una enorme cultura pictórica, un simple trazo puede evocar mundos de formas y de colores que el no iniciado nunca será capaz de imaginar. Pedir al hombre que se detenga en un modo artístico determinado es una contradicción, es pretender que un círculo sea cuadrado.

      En cierto modo la pintura abstracta exige y presupone toda la historia de la pintura, de la misma manera que el existencialismo presupone toda la historia de la filosofía. Sin Aristóteles, sin Descartes, sin Kant y Hegel, no hubiera habido existencialismo, de la misma manera que sin el Greco, sin Goya, sin Renoir, Cézanne y Van Gogh, no hubiera existido Picasso.

      A medida que se va desarrollando históricamente la Humanidad, va resultando cada vez más difícil que exista un arte para todos.

      El arte, como la ciencia, va constituyéndose en un «mundo aparte», donde sólo pueden entrar los iniciados, los que han vivido dentro de sí mismos, en el corto período de una vida humana, todo el proceso de las generaciones.

      La creación artística no es ni puede ser una repetición, un ensimismamiento. Es y tiene que ser una profecía. Los profetas siempre fueron maltratados por sus pueblos. Son los gajes del oficio. A pesar de todo debe ser maravilloso ser profeta.