Carlos Santamaría y su obra escrita

 

Carlos Santamaría. Doctor honoris causa por la UPV. «La Universidad tiene que reaccionar contra el periodo acultural que vivimos»

 

El Mundo, 1992-02-12

 

Andoni Alonso

 

    Carlos Santamaría fue investido doctor honoris causa por la Universidad del País Vasco la pasada semana. Sus desvelos y trabajos por una Universidad vasca han tenido fruto, además de sus labores por promover los estudios de filosofía, euskera, matemáticas y otras especialidades.

 

 

    Doctor honoris causa por la Universidad del País Vasco. ¿Qué supone ese galardón?

    Me llena de satisfacción y debo agradecérsela a mis amigos en la Universidad. Sin embargo, tampoco hay que darle demasiada importancia porque a los 82 años ya hecho de todo y ves las cosas desde una perspectiva especial.

 

    Â¿Qué destacaría de sus años vinculado a la docencia y a la Universidad?

    Los comienzos fueron muy complicados. No había ningún centro oficial en el País Vasco y desde Madrid no veían con buenos ojos que quisiéramos crear nuestra propia Universidad. Pensaban que romperíamos la unidad cultural del país.

 

    Fueron años complicados y difíciles para todos.

    El franquismo destruyó nuestras vidas porque no se podía hacer nada y todo estaba controlado. A pesar de todo, conseguimos crear nuestras Facultades públicas, la primera la de Empresariales en Bilbao (1960) y la segunda la de Derecho en San Sebastián (1968).

 

    Ahora el panorama es completamente distinto.

    Antes nos teníamos que ir a Madrid, Valladolid o Zaragoza a estudiar. Yo me doctoré en Ciencias Exactas en Madrid y me quedé en San Sebastián con una academia en la que formar a los estudiantes guipuzcoanos de cara a los exámenes de ingreso de Ingenieros y Derecho. Ahora ya no tiene que ir fuera.

 

    Todo ha cambiado...

    Desde luego, ahora el estudiante vasco tiene Facultades de sobra para realizar sus estudios aquí. Nuestra Universidad quizá tendrá sus fallos, como todas, pero que es muy importante para la sociedad.

 

    Sin embargo, hay sectores que critican su actividad, limitada a extender títulos.

    No puede centrarse únicamente en ello. La Universidad tiene que ser una gran institución cultural que llegue a todos los sectores de la sociedad, que intervenga en la vida cultural, rodeada por un prestigio y una estima que no tiene ahora.

 

    Â¿Cómo se podría conseguir esa estima?

    La Universidad debe dar informes y publicar documentos. El problema que existe actualmente es que hay muchos asuntos que sólo son tratados políticamente y deben de tener un estudio más profundo. Es esa la función donde se encuentra el lugar que debe ocupar la Universidad.

 

    Para ello hace falta tener unos presupuesto holgados.

    En estos momentos la Universidad está mal dotada, no tiene dinero para pagar a sus profesores. De esta forma es imposible que atraiga a las personas que más pueden aportar, porque no es posible ofrecerles las compensaciones económicas necesarias.

 

    Pero, en esta sociedad trabajar por la cultura es una labor complicada.

    Pasamos por una temporada de acultura, en la que no se da importancia a la cultura. Por ese camino vamos muy mal. Tenemos que reaccionar contra ese movimiento de acultura, aunque con las tendencias sociales que existen, de vivir bien y no preocuparse de nada, lo tenemos muy difícil.

 

    Además de la docencia, también tuvo ocasión de probar durante una temporada el mundo de la política...

    Fue una experiencia más, como Consejero de Educación del Consejo General Vasco, pero fue muy poco tiempo, dos años.

 

    Â¿La recuerda como experiencia positiva o negativa?

    Tuvo sus puntos positivos, aunque a mí lo que en realidad me gustaba y quería hacer era enseñar. La docencia ha sido mi preferencia. Tenía que dedicarme a cuestiones administrativas y era un trabajo de mucha sujeción. Entré con 65 años y ya no estaba para esos trotes, y al final presenté mi dimisión a Garaikoetxea.

 

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