Carlos Santamaría y su obra escrita
Las pasiones polÃticas
El Diario Vasco, 1981-12-06
Al leer el precedente tÃtulo de este artÃculo algún lector habrá pensado que me propongo defender en él la necesidad de moderar y acallar las pasiones polÃticas. No es ese mi propósito. Pienso al contrario que en este momento hace falta avivar las pasiones polÃticas, las grandes y nobles pasiones polÃticas, —se entiende— porque a falta de ellas no se puede propiamente hacer historia.
Durante las últimas semanas la mediocridad de la polÃtica española está llegando al colmo. Parece haber caÃdo en el empantanamiento. No avanza ni retrocede. Se limita a girar sobre sà misma sin dirigirse ya a ninguna parte.
Es evidente que el espectáculo de este acontecer, con todo su cortejo de trapicheos y personalismos, en nada beneficia al prestigio de la democracia. Nada tiene de extraño, ante esta situación, que una parte creciente de la opinión pública en España se sienta cada vez más indiferente y alejada de la cosa polÃtica.
Notemos sin embargo que lo más grave que está ocurriendo no es que haya demasiadas pasiones polÃticas. Lo que sucede es que las pasiones que hay son demasiado pequeñas o —si se me permite la expresión— demasiado ruines, para que a base de ellas se puedan afrontar los problemas.
Hegel dice en su FilosofÃa de la Historia que «sin pasión, nada grande se ha realizado en el mundo».
Aplicado este principio a la vida pública puede decirse que no cabe construir una gran polÃtica allà donde no existan grandes pasiones polÃticas.
El mismo Hegel define la pasión como una concentración de apetitos y energÃas hacia un solo objetivo con olvido de todos los restantes. Se trata de una invasión psÃquica con riesgo de monopolización de la voluntad del sujeto.
Claro está que esta descripción lo mismo puede ser aplicada a la colectividad que al individuo.
Las pasiones colectivas son fenómenos sociológicos fácilmente localizables a lo largo de ciertos perÃodos de la historia. En la Edad Media la pasión religiosa sostiene a los pueblos europeos contra enemigos terriblemente poderosos. La pasión de la aventura, de la invención, del descubrimiento y del dominio de la naturaleza, mueve a los pueblos del Renacimiento y más tarde está presente también en la aparición del industrialismo. En la revolución francesa funciona la pasión de la libertad. En el nacimiento del socialismo, la pasión de la justicia, etcétera.
La escolástica tomista dio una gran importancia al estudio de las pasiones, considerándolas como grandes fuerzas que no deben ser destruidas, sino dirigidas por la razón. Más tarde la idea de pasión se desacreditó. Algunos maestros hicieron consistir la vida moral en lo que se llamaba la lucha contra las pasiones. Pero Ferrater Mora piensa que actualmente las pasiones empiezan a recobrar su antigua vigencia y que no se puede prescindir de ellas en una concepción moderna de la economÃa humana.
Ahora bien, no olvidemos que estamos en una sociedad de consumo en la que se echa en falta son precisamente las grandes pasiones de otros tiempos. Fuera de los nacionalismos y de ciertas corrientes patrióticas la construcción polÃtica carece de verdadera base pasional. EgoÃsmo, utilitarismo e individualismo son los móviles más generalizados.
A las ideologÃas calientes han sucedido las ideologÃas frÃas.
El socialismo justiciero ha degenerado en gran parte en socialismo cientÃfico. La polÃtica se convierte cada vez más en ingenierÃa. IngenierÃa polÃtica queremos decir. Y lo que es peor aún en nuestra sociedad, en ingenierÃa de vÃa estrecha.
Valga lo que valga, tal es nuestra interpretación de fondo del actual marasmo polÃtico. AquÃ, señores, lo que nos están faltando son grandes pasiones.
El sistema de búsqueda busca una sucesión de letras dada (no funciona con lematizador y no realiza análisis lingüístico).
Busca las formas que comienzan con la sucesión de letras dada, y no contempla dicha búsqueda en interior de palabra (el resultado de la búsqueda barc será barca, barcos, Barcala, Barcelona, barcelonesa..., pero no embarcación, embarcarse...).
Se pueden buscar sucesiones de palabras (pacifismo cristiano, por ejemplo, o partido comunista francés).
Es posible especificar el corpus: solo en textos en castellano / solo en textos en euskera / en todos los idiomas (euskera, castellano y francés).