Carlos Santamaría y su obra escrita
«Inteligencia sentiente», de Zubiri
El Diario Vasco, 1981-02-08
Dejando de lado momentáneamente el tema del absurdo y el misterio —sobre el que ciertamente volveremos pronto— nos ocupamos hoy de la nueva obra que, a sus ochenta y un años, con plena lucidez y agilidad de espÃritu, acaba de publicar este gran amigo nuestro, el filósofo donostiarra Xabier Zubiri.
Es importante que esta obra tenga aquÃ, en el ámbito de la cultura vasca, un eco inmediato, y que —con el tiempo— la filosofÃa zubiriana encuentre en nuestro pueblo dignos continuadores y cultivadores que puedan desplegarla o desarrollarla plenamente.
Pienso por ello que cuando nuestro sistema educativo se ponga en marcha y, en especial, cuando la universidad esté —como ha de estarlo pronto— en nuestras manos, deberá darse entrada en ella a un estudio minucioso de la obra filosófica de Zubiri. Al fin y al cabo, se trata de algo «nuestro», sin dejar de ser al mismo tiempo algo universal, porque la verdadera cultura no reconoce fronteras.
Zubiri «no se limitó a nacer» en nuestra ciudad —valga la expresión— sino que en el curso de su larga vida ha mantenido un constante y entrañable contacto con ella y con la tierra natal vasca. El prólogo de este nuevo libro suyo está fechado precisamente en Hondarribia, el pasado verano, y es allÃ, junto a la hermosa rÃa bidasotarra, donde debió de trabajarlo y ultimarlo.
Siempre fue Zubiri entre nosotros alguien a quien se tenÃa como «de casa» —«etxeko»— alguien a quien desde muchachos habÃamos visto con enorme admiración y nuestros padres nos lo señalaban con el dedo diciendo: «Mira. Ese señor que va ahà es Zubiri». Y luego, más tarde, pudimos tratarlo y gozar de su gran afabilidad y de su gran sabidurÃa.
Que Zubiri ha debido de recibir a través de innumerables vivencias suyas, desde la cuna, unas raÃces o un modo de ser genuinamente vasco, es para mà cosa evidente y creo también que ese mismo carácter vasco —nada fácil de determinar, por cierto— ha debido de imprimirse de alguna manera en su obra filosófica.
Hasta qué punto la obra de un filósofo, de un pensador, de un artista, está marcada por su medio nativo o nacional —que para el caso viene a ser lo mismo— es asunto complicado y que exigirÃa una investigación seria para cada caso. Pero, de cualquier manera, bien puede afirmarse en principio que la filosofÃa de Zubiri es, en sus entrañas, una filosofÃa vasca.
A mi modesto juicio, lo más genuino de la cultura vasca, de la que tanto hablamos ahora —yo me pregunto si no debiéramos también hablar de cuando en cuando de la «incultura vasca»— se encuentra fundamentalmente en la lengua, de cuya conservación y desarrollo hemos hecho muchos un objetivo vital. Pero no debemos pretender encerrar la cultura exclusivamente en la lengua porque ello equivaldrÃa a recortarla y empequeñecerla lastimosamente.
La nueva obra de Zubiri se titula «Inteligencia sentiente». Está escrita con gran rigor, como lo estaba también su «Sobre la esencia». Con un rigor que casi llega al rigor matemático, dicho sea con perdón de los filósofos. Esto hace algo difÃcil o trabajosa la lectura para el que quiera tomarse la cosa en serio.
Algunos se preguntan «¿Pero qué es eso de la inteligencia sentiente? ¿En qué consiste y para qué sirve?».
Voy a tratar de dar a estas preguntas una respuesta suficientemente clara, y al mismo tiempo, completamente fiel a la obra.
Para ello necesitaré —y no es mucho pedir— un para de «Aspectos» por lo menos.
El sistema de búsqueda busca una sucesión de letras dada (no funciona con lematizador y no realiza análisis lingüístico).
Busca las formas que comienzan con la sucesión de letras dada, y no contempla dicha búsqueda en interior de palabra (el resultado de la búsqueda barc será barca, barcos, Barcala, Barcelona, barcelonesa..., pero no embarcación, embarcarse...).
Se pueden buscar sucesiones de palabras (pacifismo cristiano, por ejemplo, o partido comunista francés).
Es posible especificar el corpus: solo en textos en castellano / solo en textos en euskera / en todos los idiomas (euskera, castellano y francés).