Carlos Santamaría y su obra escrita
Cultura de los negocios
El Diario Vasco, 1980-08-10
A partir de los años cincuenta del siglo pasado empieza a aparecer en la mayor parte de las naciones occidentales una filosofÃa utilitaria muy caracterÃstica, que algunos han llamado: cultura de los negocios. ¿Qué es? ¿En qué consiste, la cultura de los negocios?
Toda cultura se apoya en unos cuantos valores o conceptos en torno a los cuales se construyen todos los demás. En el caso de la cultura de los negocios esos puntos centrales son: la inversión, la rentabilidad, el desarrollo económico, el enriquecimiento acelerado.
Lo no directamente rentable —arte, pensamiento, religión, ciencia o investigaciones puras— pasa inevitablemente a un segundo plano; lo cual no significa —claro está— que tales actividades no sean tenidas en cuenta: lo que ocurre es que las mismas son únicamente valoradas, y, en su caso, pagadas, como posibles inversiones, o como lujo, adorno, diversión, ocio y tiempo perdido.
En la cultura de los negocios la actividad seria e importante es —de todas maneras— el negocio. El negocio es el valor positivo por excelencia; el ocio, en cambio, el valor negativo. Lo cual es falso, porque incluso etimológicamente hablando, el ocio es lo positivo y el negocio lo negativo: negocio, «nec otium», negación del ocio.
«La cultura de los negocios —escribe Erich Fromm— pone de manifiesto la pequeñez de imaginación de una gente y de una clase social que creen que la inversión y la utilidad constituyen el significado mismo de la vida».
En algunas zonas del PaÃs Vasco, y muy especialmente en Bilbao, la cultura de los negocios empieza a funcionar intensamente después de terminada la segunda guerra carlista.
Aquel Bilbao de finales y principios de siglo, el Bilbao de la nueva siderurgia, de la fiebre minera, de las navieras, de la inquietud bursátil, Unamuno lo refleja perfectamente, en 1891 con cuatro frases cogidas al vuelo en las calles de la villa nervionera.
— «¿A cómo?».
— «A veintitrés».
— «¿Las cubas?».
— «¿Me toma usted?».
— «¿Qué tal está?».
— «Ahora mejor. Este invierno pasé un reuma que...».
— «No. No quiero decir eso... Que tal está de intereses...».
— «¡Ah!».
Y Unamuno comenta para sus adentros, o, más bien, para sus afueras:
«Al diablo se le ocurre dudar de la pregunta... ¿Que qué tal está? ¡Pues... de cuartos!».
Luego, dando unos pasos adelante, extrae esta otra perla:
— «Murió anoche».
— «¡Mal negocio!».
Y vuelve a comentar Unamuno:
«¡Hasta al morir llaman aquà negocio! ¿Al morir? ¡Y al ir al cielo!; el gran negocio de nuestra salvación».
En aquel Bilbao —y quizás también en este de ahora— la religión, para hacerse interesante, tenÃa que disfrazarse de negocio. ¡Cultura de los negocios!
El sistema de búsqueda busca una sucesión de letras dada (no funciona con lematizador y no realiza análisis lingüístico).
Busca las formas que comienzan con la sucesión de letras dada, y no contempla dicha búsqueda en interior de palabra (el resultado de la búsqueda barc será barca, barcos, Barcala, Barcelona, barcelonesa..., pero no embarcación, embarcarse...).
Se pueden buscar sucesiones de palabras (pacifismo cristiano, por ejemplo, o partido comunista francés).
Es posible especificar el corpus: solo en textos en castellano / solo en textos en euskera / en todos los idiomas (euskera, castellano y francés).