Carlos Santamaría y su obra escrita
Los «snob»
El Diario Vasco, 1967-02-12
Hubo, en tiempos, en nuestra ciudad, un señor, el doctor Gandolfi, que se dedicaba a clasificar las angulas por sus tamaños y lugares geográficos de aparición, con objeto de investigar la misteriosa genealogÃa o el periplo vital de estos seres acuáticos, cuyo verdadero y auténtico elemento es el «pil-pil». Publicaba largas y curiosas estadÃsticas que a mÃ, lo confieso, me solÃan dejar perplejo.
Ignoro si las investigaciones del señor Gandolfi contribuyeron o no a aclarar definitivamente el enigma del origen, migración y transformación de las angulas; pero para el caso es lo mismo, porque aquà no se trata de otra cosa que de introducir este artÃculo mediante un tema que pueda resultar apetitoso. Los escritores nos vemos obligados a hacer verdaderos juegos malabares para que el lector no se nos duerma entre las lÃneas. A mà se me durmió una vez uno y no pueden ustedes figurarse lo apurados que anduvimos.
Yo no pretendo tratar aquà de las angulas; no, señor. De lo que quiero hablar, y bien claro lo dice el tÃtulo, es de los «snob». E incluso habÃa escrito ya la primera frase del artÃculo, que era ésta: «La genealogÃa de los «snob» resulta casi tan difÃcil de investigar como la de las angulas».
Conste que la frase estaba ya escrita cuando, de pronto, la memoria del doctor Gandolfi y el recuerdo imaginativo de un extraño uniforme suyo que, según creo, está en el Museo Oceanográfico de San Sebastián —o a lo mejor no está, mis recuerdos se pierden y se entremezclan cada dÃa más— han irrumpido tumultuosamente en mi agobiado espÃritu, embarullándolo todo y dando lugar a que este artÃculo se encuentre a punto de salir del segundo cuarteto sin siquiera haber abordado el primero.
¿Qué es un «snob»? ¿Cuáles son las notas esenciales y paradigmáticas del «snob»? «That is the question». (Eso conviene ponerlo en inglés barato).
Después de consultada una abundante bibliografÃa, el «The book of Snobs» de W.M. Thackeray, el tratado «Du Snobiste» de Fatta, «Le Snobisme» de monsieur Ph. du Puy de Clinchamps y, por supuesto, mi viejo Espasa abreviado, edición del año 35, compañero infatigable de incoherencias, durante tantos años de vida pensante, puedo afirmar autorizadamente que nadie sabe con certeza lo que es un «snob», ni en qué consiste el «snobismo».
Hay quien ve en ello «admiración infundada por todas las cosas que están de moda». Otros le dan sentido de «afectación ridÃcula, ostentación e hipocresÃa vanidosa». No faltan quienes le atribuyen el significado de «clan pseudo-aristocrático». E incluso un filólogo mal informado, y peor intencionado aún, ha llegado a decir que los «snobs» «son personas groseras que imitan a otros medios sociales pretendidamente distinguidos». Afirmación, esta última, que aproxima la noción de «snob» a la de «hortera» y por la que, francamente, no paso.
Avanzando en mis penosas investigaciones he descubierto luego que hay una fauna amplÃsima de «snob»: que existen profesores «snob», escritores «snob», polÃticos «snob», jóvenes «snob», viejos «snob», artistas «snob», marxistas «snob», e incluso curas y teólogos «snob».
¿Cómo resumir en un único artÃculo tan breve como éste toda la ciencia adquirida en asunto de semejante importancia? ¿Cómo sintetizar en un solo concepto cuasi-geométrico los caracteres zoológicos de toda esa inmensa fauna de seres «snob»?
Renuncio, aunque tarde, a mi propósito inicial. (Ojalá hubiera pensado en hacer el artÃculo acerca de las angulas, hubiera sido seguramente mucho más fácil).
En cuanto a los «snob», la verdad es que no les hace a ustedes maldita la falta que los definamos, porque los tienen ustedes ahÃ, al alcance de la mano. Los encontrarán en todas partes y acaso dentro de ustedes mismos. En efecto, confesémoslo, en nuestro tiempo todos tenemos que ser un poco «snob», aunque no sea nada más que los miércoles de tres a cinco. (¡Ah! ¿Pero qué es «snob»?).
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