Sareak, un homenaje a las rederas vascas

En la oscuridad se intuyen las figuras de las cinco intérpretes, como si estuvieran sentadas en una playa realizando pequeños movimientos al amanecer. La iluminación sugiere el perezoso despertar del día. Una quietud que contrasta lo que está por venir. El espectáculo se moverá después por muy diferentes registros, desde la opresiva angustia de un pez atrapado en las redes hasta la exhilarante conversación que acompaña el trabajo, pasando por distintas fases de la vida y la tarea de las rederas vascas. Sareak es una obra de danza contemporánea que nos traslada al universo emocional, sonoro, expresivo e, incluso reivindicativo de este colectivo. En todo momento, el propio objeto de su actividad, las redes, tienen una presencia física evidente en el escenario.

“Sareak es un homenaje al trabajo de estas mujeres,” explicaba Natalia Monge, profesora del Departamento de Didáctica de la Expresión Musical, Plástica y Corporal de la UPV/EHU, y directora de la obra, “que han tenido un trabajo muy poco reconocido, pero a la vez muy importante en la historia de nuestra industria pesquera. Me parecía que se había hablado poco sobre ellas, sobre la precariedad y disponibilidad absoluta de sus trabajos, pero también sobre otros muchos aspectos de su cotidianeidad.”. Es una obra llena de contrapuntos e ironías en la que se dejan pocos rincones sin explorar.

La obra se estrenó el 21 y 22 de septiembre en Kultur Leioa y ha sido representada también en octubre en el BAD (Festival de Teatro y Danza Contemporánea de Bilbao). La obra ha sido preparada en tres intensos meses de investigación, proceso creativo y ensayos. No es la primera vez. La compañía, Organik, ha producido otras obras de danza contemporánea inspirada en distintos elementos del imaginario vasco, como son Irrintzi, Txapeldun o Carneros. “Siempre parto de una inquietud que tengo,” explicaba Natalia, “y  las últimas creaciones están relacionadas con un icono de la cultura vasca. En este caso, son las rederas.”

El proceso de investigación incluye una primera parte común a cualquier otro tipo de investigación, en la que se estudia la documentación disponible, incluyendo también documentales audiovisuales y documentos gráficos. “Después, como directora de la obra, me acerqué a distintos pueblos pesqueros para establecer un primer contacto y, seguidamente, ya acudí con el compositor musical para realizar el registro sonoro que va inspirar la obra. Realizamos muchas entrevistas informales en varios puertos y, además, varias entrevistas grabadas a rederas mientras realizaban su labor en Ondarroa.” Algunas de las declaraciones directas de estas profesionales del mar se pueden escuchar durante el espectáculo.

La obra ha sido producida gracias a varias subvenciones públicas del Gobierno Vasco (producciones de danza y consolidación de compañías) y al apoyo de Pyrenart, un proyecto de desarrollo regional financiado por la Unión Europea. Además de Natalia como directora, han trabajado en el espectáculo dos personas más ayudando en la dirección, cinco intérpretes, un compositor musical que crea la música original, un diseñador de iluminación, un diseñador gráfico, un realizador de video, un diseñador diseña elde vestuario y otra persona que colabora con la gestión de la compañía. “Para que cada uno de estos espectáculos adquiera la forma que puedes ver finalmente en el escenario, tienen que colaborar muchos profesionales diferentes,” apuntaba Natalia.

La conexión con la universidad

El trabajo de dirección que Natalia ha realizado para Sareak es un proyecto de transferencia de conocimiento que ha sido tramitado a través de Euskoiker. Conecta así el mundo profesional de la escena con su tarea como docente en la UPV/EHU. “La asignatura que imparto ahora mismo, Educación Física y su Didáctica,” nos explicaba, ”tiene un bloque de contenidos titulado Expresión Corporal y la Comunicación. La mayoría de los docentes que imparten esta la asignatura de Educación Física en Primaria provienen más del ámbito deportivo, con lo que un perfil como el mío, que conozco el mundo del deporte pero también he trabajado directamente en proyectos de expresión corporal en una compañía de danza, creo que le aporta una dimensión más amplia a la asignatura. Invito a mi alumnado a la introspección y a explorar a unos valores relacionados con la transmisión de sentimientos y emociones, con la seguridad en uno mismo o con la desinhibición, potenciando su capacidad creativa a través del cuerpo. Es una perspectiva muy diferente a la deportiva, que normalmente tiene una orientación del cuerpo mucho más funcional.” 

El trabajo con el cuerpo va mucho más allá de del deporte o la danza, y permite trabajar tanto competencias básicas como transversales.  “Me interesa hacer entender a mi alumnado que la creatividad es un aspecto fundamental en la educación y que a través del cuerpo hay posibilidades infinitas”, nos contaba Natalia. "De esta manera, trabajamos mucho interdisciplinarmente. ¿Cómo se podrían trabajar las matemáticas o las ciencias a través del cuerpo? Hacen propuestas fascinantes en las que descubren un nuevo lugar desde donde trabajar, a partir de la búsqueda de respuestas divergentes. Es decir, no buscamos una única respuesta a la propuesta sino varias posibles respuestas. Así, orientamos esa proyección en la escuela, donde el niño o la niña pueda decidir y crear libremente, bien sea individualmente o en grupo, favoreciendo también la dimensión social."

Es curioso observar cómo hay muchas similitudes en aspectos metodológicos de ambos ámbitos. “En un proceso creativo de danza, no acostumbramoso a decir a los bailarines cómo se deben mover,” explicaba Natalia,“sino que se les da pautas para que busquen desde sus cuerpos pensantes y así puedan encontrar materiales de movimiento libremente. El enfoque pedagógico en la escuela sería muy similar: ofrecer un marco al niño o niña para que pueda buscar, explorar y hallar respuestas. Creo que la vía corporal le ayuda al alumnado a romper con la rutina de estar sentado tantas horas, facilitándole la liberación de tensión, la canalización del estrés, la interacción social y el desarrollo de la capacidad creativa.”

En definitiva, la experiencia que Natalia ha adquirido en el mundo de las artes escénicas se traslada directamente a su docencia universitaria en la Facultad de Educación, donde trata de explorar y ahondar en las posibilidades expresivas y comunicativas del cuerpo, aspectos relacionados con el autoconocimiento y la socialización, ambos imprescindibles en el ámbito educativo.