Las Aulas de Empresa son un mecanismo de transferencia de conocimiento en el que se mezcla docencia e investigación. El pasado 21 de marzo se presentó en la Escuela de Ingeniería de Bilbao Room4Steel, la nueva Aula patrocinada por el Clúster de Siderurgia Siderex. Empresas del clúster siderúrgico vasco y la SPRI patrocinan este nuevo espacio que entrará en funcionamiento en el próximo curso 2021-2022 con proyectos propuestos por los ocho socios del clúster que se han implicado: Sidenor, Aceros inoxidables Olarra, Grupo Tubos Reunidos, ArcelorMittal, Grupo Tubacex, Grupo Sarralle, Idom y Fives Steel Spain.
Las aulas son un sistema de organizar la transferencia que tiene una larga tradición en la Escuela y que se ha exportado a otras facultades. Una empresa o grupo de empresas (clústeres, por ejemplo) aporta una serie de proyectos para ser realizados por parte del alumnado de últimos cursos en forma de TFMs o TFGs. La parte empresarial firma un convenio marco con la universidad, un contrato de transferencia de conocimiento a través de oficinas como Euskoiker, y habitualmente también aportan materiales para acondicionar el espacio de trabajo (equipos informáticos u otros equipamientos dependiendo de los proyectos).
“La aportación económica,” nos comentaba Alberto Oleaga, director del Aula Siderex, “sirve para remunerar con una pequeña cantidad a los alumnos que participan en los proyectos, exactamente igual que se compensan las prácticas en empresa; otra pequeña cantidad para remunerar al personal docente que tutoriza esos proyectos y para el mantenimiento del aula.”
La Escuela, por su parte, cede el espacio en el que trabajará el alumnado y organiza la actividad del aula, que puede incluir formación reglada o no reglada, tutorización de proyectos y otras actividades, dependiendo de las características de la iniciativa. El grueso del trabajo de los proyectos se realiza en el espacio de la propia Escuela, aunque por supuesto los proyectos pueden requerir visitas a las empresas.
Las aulas se configuran como espacios de cooperación en los que convergen los intereses de las empresas, de los y las estudiantes y del personal docente e investigador de la universidad.
Asier San Millán, responsable del clúster Siderex, destacaba que “uno de los principales problemas que tiene nuestro sector es la falta de capacitación especializada de las personas egresadas de los centros educativos. Existen puestos transversales a todas las industrias, y ahí no tenemos problemas, pero en algunos ámbitos necesitamos gente especializada.” Cristina Bilbao, responsable de innovación de Siderex, concretaba aún más: “con los cambios que ha habido en la escuela en los últimos años, detectamos que se estaba perdiendo el énfasis el conocimiento específico relativo a materiales y, más concretamente, lo que interesa a los miembros de nuestro clúster son los materiales metálicos, que habían quedado relegados a un master muy específico. Así observábamos que el conocimiento del alumnado recién egresado sobre los tipos de acero era muy básico o casi nulo.”
Para contrarrestar esta situación, el aula Room4 Steel propone un itinerario formativo con docencia especializada en materiales que serán de interés para el alumnado participante y que incluso puede atraer también a trabajadores de las empresas involucradas que quieran reciclarse.
Por otro lado, tenemos una cuestión de imagen. Alberto Oleaga nos contaba que, a pesar de su historia, “el sector siderúrgico en general no tiene tanto atractivo para los y las futuras ingenieras en el País Vasco, en parte por una imagen errónea vinculada al recuerdo de la reconversión industrial y al imaginario colectivo de ese momento, que la señalaba como una industria muy poco amigable con el medio ambiente y responsable de la contaminación atmosférica de Bilbao. Pero claro, el sector ha cambiado drásticamente y hoy en día cuando uno entra a una acería no se encuentra nada parecido a lo que había hace 40 años. Ya tuvo su reconversión industrial y es un sector ahora mismo saneado y con mucho futuro.”
“Esa es la otra cara de la tarea pedagógica que tenemos por delante," explicaba Asier San Millán. “Una parte tiene que ver con que las personas que participan del aula se acerquen a los conocimientos específicos que nos interesan, pero la otra, y quizás más importante, es comunicar cómo se ha modernizado este sector y acabar con esa imagen sucia, peligrosa o anticuada, que no se corresponde para nada con lo que es trabajar en la siderurgia hoy en día.”
Y, por supuesto, los proyectos del alumnado vendrán a ofrecer soluciones a algunos de los retos apasionantes que este sector tiene por delante, que son muchos y variados: la integración del hidrógeno verde en sus procesos de producción para sustituir al gas natural, mejoras en los sistemas de gestión de residuos, la digitalización y el big data, la industria 4.0, predicción de averías, aprovechamiento del calor residual de los hornos y un largo etcétera.
En general, una buena parte del alumnado de la Escuela de Ingeniería de Bilbao termina realizando sus prácticas y TFG/TFM en el marco de un aula de empresa. Al existir tantas aulas distintas, no se trata de una opción elitista, pero si es cierto que el propio proceso de selección de las aulas tiende a favorecer a las personas mejor cualificadas o más interesadas por su temática.
Alberto Oleaga explicaba que “cada aula tiene una comisión técnica formada por la dirección del aula, la dirección técnica (docente de la Escuela con conocimientos específicos del sector) y dos o tres personas por parte de la empresa. En Room4Steel vamos a tener 8 proyectos este primer año, uno por cada empresa participante, y la selección la van a realizar la persona responsable de ese proyecto por parte de la empresa, quien ejerza la dirección del aula y la dirección técnica. Aunque la empresa suele tener la última palabra.”
Para el futuro egresado o egresada, formar parte de una de estas aulas supone orientar su perfil y especializarse un poco más en los conocimientos que interesan a las empresas de ese sector. También hace sus primeros contactos profesionales a través de la relación con el tutor o tutora de la empresa y el profesorado externo encargado del itinerario formativo. Por último, el resultado del proyecto tendrá una utilidad para una empresa y no se quedará en un mero trabajo académico.
Al estar dentro de un convenio de cooperación educativa se realiza un seguimiento y evaluación de la calidad del proceso, exactamente igual que con otras ofertas de prácticas.
Cristina Bilbao señalaba, recordando la jornada de presentación del Aula Siderex que tuvo lugar la Escuela de Ingeniería de Bilbao el 16 de marzo, que le gustó “ver que la iniciativa atrajo la atención de bastantes alumnos en general, pero de muchas mujeres en particular. La mitad de las solicitudes que hemos recibido ya a través de la web son de alumnas y eso nos parece muy positivo porque nos indica que esa imagen de sector muy tradicional está desapareciendo.”
Por un lado, el aula realiza un desarrollo y una investigación en una dirección que la empresa ha marcado previamente. “Cada proyecto que se lanza es algo que les interesa,” explicaba Alberto Oleaga. “Puede ser algo que se esté trabajando ya dentro de la empresa y quieren que alguien vaya desarrollándolo a la vez que recibe formación de cara a una posible contratación. La contratación en ningún caso está asegurada pero las empresas ven las aulas como un modo de poder conocer mejor a las personas de cara a una futura selección”
Por otro, en una línea parecida, Asier San Millán reiteraba que “este tipo de aulas nos parecen un formato fabuloso. Al final que alumnos y alumnas puedan trabajar en retos del interés de las empresas en colaboración con el profesorado de los centros educativos me parece muy positivo de cara a retener talento en nuestro sector.” La atracción y retención de talento es una preocupación en muchos sectores y la siderurgia no es ajena a ello. Según Alberto Oleaga, “las empresas tienen mucho interés en estar presentes en la universidad para poder seleccionar a sus profesionales entre lo mejor del alumnado. Y una forma excelente de estar muy presente en la Escuela es a través de un aula”.
Finalmente, en el caso de Room4Steel, uno de sus objetivos es acercar esa actividad siderúrgica a personas egresadas de la universidad, cambiar las preconcepciones que puedan existir y comunicar la realidad de un sector con mucha proyección, muy innovador y en continuo cambio.
Las aulas de empresa pueden tener también interés para el profesorado de la UPV/EHU como punto de contacto con las empresas que las patrocinan. En algunas ocasiones, a partir de ese contacto han surgido otros proyectos de investigación en convocatorias externas, proyectos de transferencia de conocimiento u otro tipo de colaboraciones más informales.
Algunas aulas también terminan impartiendo formación reglada dentro de la estructura de la universidad, como un máster o un título propio, del que el PDI puede participar como docente.
Más allá de todo eso, para el personal docente de la UPV/EHU, son un medio para mantenerse en contacto con un área de investigación de su interés y de dirigir proyectos relacionados que, además, puedan tener una pequeña remuneración.
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