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Iker Zirion Landaluze

Una reflexión crítica sobre el rearme de Europa como estrategia de paz y seguridad

Profesor de Derecho Internacional Público y miembro del Instituto Hegoa

  • Cathedra

Lehenengo argitaratze data: 2025/03/20

Iker Zirion Landaluze | Argazkia: Miguel Espiga. UPV/EHU.

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Dicen que es hora de rearmar Europa. En eso coinciden la Unión Europea, sus Estados miembros e incluso la ciudadanía. Al menos, así lo parece si atendemos a los medios de comunicación. Hasta se lo he escuchado al alumnado en clase estos últimos días. Según cuentan, Estados Unidos nos ha abandonado. Trump no nos va a defender, estamos indefensos, y nos toca asumir esa tarea. Es nuestra responsabilidad hacer todo lo que sea necesario para garantizar nuestra paz y seguridad. Si no lo hiciéramos, seríamos inconscientes, estúpidos o —peor aún— idealistas.

Es hora de ser realistas, señalan. Y como los 325.000 millones de €[i] gastados en defensa por los miembros de la Unión Europea en 2024 (30.000 millones en España[ii]), no son suficientes, tenemos que romper la hucha. Lo antes posible, además. La presidenta de la Comisión europea, Ursula Von der Leyen, ha propuesto destinar otros 800.000 millones lo antes posible. Y los máximos responsables de los Estados miembros se han mostrado dispuestos rápidamente. Trump se va a alegrar mucho. Por un lado, porque desde su primer mandato exigió a los miembros de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) un aumento significativo de los gastos de defensa (llegar, al menos, a un 2 % de su Producto Interior Bruto, cifra que ahora ya no parece suficiente). Y, por otro, porque, aunque hoy día ya el 65 % de las armas que compra Europa son estadounidenses, las empresas de ese país tienen de sobra para vender. Sin duda, un negocio redondo, aunque nos quieren hacer creer que esa no es la razón de esta escalada armamentística. Al parecer, su papel de ‘mediador’ en el conflicto ucraniano ha convertido a Trump en un pacifista acérrimo, y ya no piensa en los negocios. La paz mundial es ahora su principal preocupación. Por su parte, a este lado del océano, entre otros, Francia, Alemania, Italia y España (y “sus” empresas de armas, esas a las que apoyan fielmente), también están contentos. Esos cuatro países están cada año en la lista de los 10 principales exportadores de armas del mundo, y también van a sacar tajada. Finalmente, la Unión Europea logrará con el rearme estrechar su cohesión interna y recuperar algo del protagonismo internacional que tanto ansía, además de fomentar la economía (de guerra) y el empleo en la eurozona. Todos contentos.

Dicen que es hora de preparar la paz a través de las armas. Como la antigua máxima, que dice ‘si vis pacem para bellum’, esto es, que, si queremos la paz, debemos prepararnos para la guerra. Disuasión y control, argumentan. Miedo y desconfianza, me parece a mí. ¿Si realmente queremos la paz, es la guerra lo que debemos preparar? Si preparamos la guerra, será guerra lo que obtendremos. Aquí o allí, más tarde o más temprano, pero el resultado será la guerra. No hay duda. Las armas no traen ni paz ni seguridad. El militarismo y el belicismo fomentan la violencia, la dominación, las violaciones de derechos humanos y las guerras. Dolor y destrucción. Si realmente queremos paz, paz es lo que debemos preparar. ¿Cuánto dinero, tiempo, energía, formación, intereses y discursos se han destinado a lo largo de la historia (y también ahora) a promover el militarismo? ¿Y cuánto, sin embargo, a promover una cultura de paz sólida? La importancia que uno y otra tienen en nuestra forma de pensar, en nuestro día a día y en las políticas de nuestros gobiernos no es casualidad. El militarismo nos ha colonizado.

Si “es hora” de algo, es de ser valientes y creativos; de defender políticas sociales, políticas que cuiden la vida; de promover la convivencia, la solidaridad, la educación para la paz, el bienestar y los derechos humanos de todas las personas en todas partes. De manera cotidiana, permanente y de lo local a lo global, además. Esas sí son verdaderas herramientas (y políticas) de paz y seguridad.

Por cierto, no, no me he olvidado. Aquí también tenemos "lo nuestro". SAPA, Sener, Tecnalia, ITP Aero, Satlantis, Aernnova, BBVA, entre otras empresas vascas que, de maneras diversas, participan en el negocio de las armas también están muy contentas. Más aún, tras escuchar a Mikel Torres, vicepresidente del Gobierno Vasco y Consejero de Economía (¿casualidad?) quien a principios de febrero afirmó, en un foro económico, que "no debemos tener miedo” a la industria armamentística. Desde entonces, otros miembros del gobierno han reproducido el mensaje. Son declaraciones coherentes con una política firme e histórica de apoyo, con dinero público, a la industria militar vasca. Son, también, y, sobre todo, declaraciones muy irresponsables. Yo lo tengo claro: “no con mi dinero”. Hace años que decidí dejar de apoyar a bancos que invierten en la industria de armas y a empresas que participan en su fabricación, por muy incidental que sea su participación o muy vascas que puedan ser; y también decidí empezar a realizar cada año la objeción fiscal al gasto militar en mi declaración de la renta (es más sencillo de lo que pueda parecer). En este momento, la reflexión y el debate público, sosegado, plural y transparente sobre la reconversión del sector industrial militar son más necesarios que nunca. Sin ambigüedades, debates maniqueos ni manipulaciones informativas interesadas.

‘La guerra empieza aquí’, denunció hace ya tiempo el Movimiento Feminista de Euskal Herria, y lo ha vuelto a reafirmar este pasado 8 de marzo. No en vano, aquí se producen y se exportan armas que se utilizan después en todo el mundo. Yo sí tengo miedo a las armas. Quizás, porque he vivido en un contexto de conflicto armado (en Kivu Norte, Este de la República Democrática del Congo, atacado hoy de nuevo por el grupo armado M-23 con apoyo de Ruanda) y he visto lo que hacen las armas y las guerras. Por eso ahora prefiero apoyar (de verdad) la paz.

 

[i] Fuente: Comisión Europa: https://www.consilium.europa.eu/es/policies/defence-numbers/

[ii] Fuente: Centre Dèlas d’Estudis per la Pau: https://centredelas.org/actualitat/espana-y-el-gasto-militar/?lang=es