Eduardo Ginestal Gómez (Madrid, 1957) falleció en la madrugada del pasado 23 de agosto víctima de una enfermedad que debutó al poco de jubilarse, y venía combatiendo durante el último año. Licenciado en Medicina y Cirugía por la Universidad del País Vasco, su vida ha estado ligada a nuestra universidad. Especialista en Estomatología y doctor en Medicina, área de Neurociencias, fue profesor titular de la UPV/EHU en el Departamento II de Estomatología. Durante sus más de 35 años al servicio de la UPV/EHU, Eduardo ha dedicado su vida profesional a la enseñanza y a la investigación en la Unidad de Dolor Orofacial y Trastornos Temporomandibulares, del Departamento de Estomatología en la Facultad de Medicina y Enfermería.

Conocí a Eduardo en 1988 al poco de llegar a la UPV/EHU. Por aquel entonces, él se acaba de incorporar como profesor al citado Departamento, y combinaba su actividad docente con la investigación y la clínica odontológica. Eduardo enseguida me propuso investigar el papel de la neurotransmisión GABAérgica en los núcleos del trigémino, que inervan la región orofacial y, por tanto, tienen importancia en el procesado de la información sensorial discriminativa y la modulación de los reflejos motores en dicha región. Las técnicas para realizar dicho trabajo estaban disponibles en el recién fundado Laboratorio de Neurobiología en el Departamento de Neurociencias, y aunamos esfuerzos para acometer esa investigación traslacional, que fue publicada en una revista internacional de prestigio, y que sería ampliamente citada después. Fue, por tanto, una confluencia de la investigación biomédica básica y traslacional que contribuyó al esclarecimiento de las bases celulares y moleculares del dolor orofacial y de los movimientos parafuncionales como el bruxismo. Recuerdo a Eduardo trabajando los fines de semana, a menudo acompañado de sus hijas Irene y María, que se pasaban el día haciendo dibujos mientras él procesaba muestras sin cesar con música de jazz y canciones de Dina Washington. Culminó así, a base de esfuerzo y horas extras, su brillante trabajo de tesis doctoral, que fue la primera que dirigí y que no puedo menos que recordar con cariño, y también ahora tras su marcha, con nostalgia.

Eduardo trabajó y colaboró con numerosos colegas de la Facultad de Medicina y Enfermería. Además de su trabajo sobre la relación del estrés crónico con el bruxismo, que afecta hasta el 20 % de la población, se interesó más recientemente por el estudio del síndrome de la boca ardiente que aparece en patologías psiquiátricas y otras enfermedades.

Eduardo Ginestal vivió su pertenencia a la UPV/EHU con intensidad y pasión. Luchó por mejorar las condiciones docentes y organizativas de su Departamento, contribuyó con su trabajo y dedicación a la formación de un gran número de odontólogos y estomatólogos. En su última etapa fue director del Máster en Dolor Orofacial y Trastornos Temporomandibulares, participando así mismo en numerosos cursos de Formación Universitaria de Postgrado.

Eduardo ha sido un valiente defensor de una buena Universidad Pública, y de la necesidad de tener presente la salud oral del paciente sin olvidar la faceta médica de la odontología. Los que tuvimos la suerte de conocerle de cerca siempre tendremos presente su buen hacer profesional, así como su entusiasmo por la UPV/EHU. Y su sonrisa permanente.

Carlos Matute Almau, Departamento de Neurociencias