DÓNDE: Matxitxako (Bermeo). CUÁNDO: 13 de noviembre de 2022. QUIÉN: Ibon Cancio. Departamento de Zoología Biología Celular Animal. Estación Marína de Plentzia.

Hoy he estado en Bermeo, y he recorrido toda la parte de la costa conocida como Harribolas hasta Matxitxako. Antes de llegar a las planchadas de Matxitxako y al lado del dique que construyeron durante las obras de la plataforma de gas, se encuentra punta Lazareto, y en la punta de esa punta se sitúa la roca de Potorratx (o Potorroatxa).

Nosotros, en Bermeo y Bakio, le llamamos en euskera “potorro” al cormorán. El término “lazareto”, sin embargo, en todos los sitios denomina el recinto sanitario cerrado utilizado para la observación y tratamiento de posibles portadores de alguna enfermedad contagiosa. Un lugar donde “apartar” a los enfermos. En el año 1885 se produjo una epidemia de cólera en Santander, y en tres días se construyó un lazareto para albergar durante la cuarentena a los 178 pasajeros que transportaba un barco que hacía la travesía de Santander a Bermeo. 

Encima del flysch dentro de un cercado, forales y carabineros vigilaban a los enfermos, bajo la inspección de un grupo de médicos a cargo del médico de Bermeo. Según las noticias de la época, solamente fallecieron dos hombres y un niño. En 1882 Koch describió la bacteria de la tuberculosis, y en 1883 descubrió la bacteria Vibrio del cólera durante un viaje a Egipto e India. No queda, por supuesto, ningún resto del lazareto, salvo en la toponimia... Hoy en día, frente a él, en la plataforma Gaviota, otros seres humanos conviven a turnos en otro cercado.

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