El corazón de la economía: la empresa familiar. Amaia Maseda y Txomin Iturralde
AMAIA MASEDA Y TXOMIN ITURRALDE. Catedráticos de Economía Financiera y Contabilidad. Miembros fundadores de la Cátedra de Empresa Familiar
Fecha de primera publicación: 21/03/2024
La globalización de los mercados, la aceleración del cambio tecnológico y la irrupción de la inteligencia artificial, las consecuencias del cambio climático y los conflictos internacionales, con sus efectos en los mercados energéticos, financieros y de materias primas, entre otros, están causando profundas perturbaciones en el entorno empresarial, formado mayoritariamente por pequeñas y medianas empresas (pymes), muchas de ellas de carácter familiar. Estas organizaciones destacan en el vasto paisaje empresarial, no solo por su contribución económica, sino también por su historia de arraigo, valores intrínsecos y dinámicas únicas. Este modelo de negocio, transmitido de generación en generación, ha sido y es un pilar fundamental en el tejido económico, encarnando la esencia de la perseverancia, resiliencia y visión a largo plazo.
Las empresas familiares se enfrentan a retos similares a sus homólogas no familiares. Sin embargo, poseen también una serie de singularidades derivadas de la participación de la familia en la empresa, que deben tenerse en cuenta para asegurar su continuidad. Los lazos familiares y el gobierno y dirección del negocio deben conjugarse de forma adecuada, creando las actitudes y los instrumentos necesarios para superar con éxito los momentos críticos en el ciclo de vida de estas empresas, momentos críticos como puede ser el cambio generacional. En este sentido, destaca la apuesta en común realizada en 2007 por la Diputación Foral de Bizkaia y la UPV/EHU con la creación de la Cátedra de Empresa Familiar, con la finalidad de convertirla en punto de referencia en formación, sensibilización, investigación y transferencia sobre y para las empresas familiares y familias empresarias de nuestro entorno. La cátedra mantiene acuerdos de colaboración estables con CEBEK (Confederación Empresarial de Bizkaia) y la Cámara de Comercio de Bilbao, lo que ha permitido unificar esfuerzos y convertir su programa de actividades, desarrollado conjuntamente y de forma ininterrumpida desde 2012, en el más importante de Euskadi en su ámbito. El programa cuenta con un abanico de 15 actividades en formato de jornadas, talleres y conferencias, al que acuden anualmente una media de 800 personas vinculadas o interesadas en la empresa familiar. El Programa 2024 titulado “Conectando generaciones: innovación y continuidad empresarial” se inauguró formalmente el pasado 7 de marzo1.
¿Qué es una empresa familiar?
Una empresa familiar es más que una simple entidad mercantil; es una extensión de la familia misma. En su esencia, se caracteriza por tener el control en manos de una o varias familias propietarias, cuya identidad está profundamente entrelazada con la historia y la cultura de la familia fundadora. Desde pequeñas y medianas empresas locales hasta conglomerados multinacionales, las empresas familiares abarcan una amplia gama de industrias y tamaños, pero comparten un denominador común: el compromiso personal y emocional de sus propietarios con el negocio.
El hecho de ser empresas de propiedad familiar no las convierte en una realidad común. Cada empresa familiar es diferente, ya que existen muchas formas de configurar los tres círculos de influencia que definen a este tipo de organizaciones: la empresa, la propiedad y la familia. El círculo de propiedad se refiere a la influencia ejercida por las propietarias y propietarios de la empresa, lo cual determina el control accionarial. El círculo de empresa determina la implicación de la familia tanto en el gobierno como en la dirección del negocio, y en qué medida los miembros familiares influyen en las decisiones estratégicas y son responsables de su actuación y resultados. El círculo de familia determina la influencia de los vínculos familiares y lazos afectivos en el devenir de la empresa, como son la perpetuación del legado del fundador o la fundadora, la preservación de la dinastía familiar y la vinculación de próximas generaciones al negocio, el sostenimiento de los valores que determinan la cultura empresarial, así como la reputación, la legitimidad y las relaciones personales, entre otros aspectos.
La importancia de la empresa familiar en la economía
La empresa familiar es una fuerza impulsora en el panorama económico global. Representa una parte significativa de las empresas en todo el mundo, contribuyendo de manera sustancial al empleo, la innovación y el crecimiento económico. Las estadísticas hablan por sí solas: según las estimaciones publicadas por diferentes instituciones tanto a nivel internacional como estatal, las empresas familiares representan entre el 70 y 80% de las sociedades mercantiles, son responsables del 60% del empleo generado en el sector privado y de alrededor del 57% del Producto Interior Bruto (PIB). Similares proporciones se mantienen en el conjunto del País Vasco.
Retos y oportunidades
Una de las características más distintivas de las empresas familiares es su enfoque a largo plazo. Arraigadas en la tradición y con la mirada puesta en el legado que dejarán a las generaciones futuras, estas empresas tienden a adoptar estrategias de inversión más sostenibles. La orientación al emprendimiento de la empresa familiar que se deriva de su compromiso con la continuidad generacional, determina su apuesta por la innovación y la búsqueda de nuevas oportunidades de negocio. Esta mentalidad no solo contribuye a su estabilidad económica a largo plazo, sino que también fortalece la relación entre empresa, empleados y entorno. Una cultura empresarial única, fundamentada en valores familiares como la confianza, el compromiso y la lealtad, pueden ser un poderoso motor de cohesión y motivación, creando un sentido de pertenencia que impulsa la productividad y la calidad del trabajo.
Si bien las empresas familiares poseen una serie de ventajas distintivas, también enfrentan desafíos específicos que requieren atención cuidadosa. Uno de los principales desafíos es la sucesión. La transición de una generación a otra puede ser un proceso complejo, marcado por conflictos familiares, falta de planificación y resistencia al cambio. Sin embargo, cuando se maneja correctamente, la sucesión puede convertirse en una oportunidad para revitalizar y fortalecer la empresa, permitiendo que la visión y los valores fundamentales continúen prosperando. Otro desafío importante es la profesionalización. A medida que las empresas familiares crecen y se expanden, es crucial incorporar prácticas de gestión y gobierno corporativo más formales. La contratación de talento externo y el establecimiento de estructuras claras de toma de decisiones pueden ayudar a garantizar la viabilidad a largo plazo de la empresa, promoviendo la eficiencia operativa y la innovación continua.
En cuanto a las oportunidades, su capacidad para tomar decisiones ágiles y orientadas al cliente puede ser una ventaja competitiva significativa en un entorno empresarial en constante evolución. Además, las empresas familiares suelen tener una ventaja única en términos de reputación y credibilidad. La conexión personal entre la empresa y la comunidad puede generar una base de clientes leales y aumentar la resistencia ante las crisis económicas, ofreciendo una base sólida para el crecimiento y la expansión futuros.
En resumen, la empresa familiar es mucho más que una entidad económica; es un símbolo de tradición, valores y resiliencia. A medida que enfrenta los desafíos del futuro, la capacidad para adaptarse y evolucionar será fundamental para su éxito continuo y su contribución duradera a la economía global.