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Directora de Igualdad de la UPV/EHU
Maggie Bullen: «Me gustaría reforzar el carácter feminista de la Dirección para la Igualdad, teniendo en cuenta la diversidad»
- Entrevista
Fecha de primera publicación: 06/03/2025

Margaret (Maggie) Bullen (Nedging, Suffolk, Reino Unido, 1964) es una antropóloga feminista afincada en el País Vasco desde 1991. Desde 2005, es profesora de Antropología Social en la Universidad del País Vasco, en la Facultad de Educación, Filosofía y Antropología. Es licenciada en Filología Hispánica y Francesa (Bristol, 1987) y doctora en Antropología Social (Liverpool, 1991). Sus líneas principales de investigación son la migración, el lenguaje y la diversidad por un lado; y el género, las fiestas y los rituales por otro. En los últimos años ha investigado sobre los cambios que han impulsado las mujeres en las festividades que se celebran en Gipuzkoa (los Alardes de Bidasoaldea, el Alarde del Moro de Antzuola, la Tamborrada de Donostia-San Sebastián, entre otros). Es miembro de AFIT (Grupo de Investigación en Antropología Feminista). En cuanto a los trabajos de gestión realizados, ha sido directora del departamento, luego vicedecana y acaba de asumir el cargo de directora de Igualdad. Desde que la UPV/EHU creó esta dirección en 2006, Maggie Bullen será la sexta responsable.
Eres la nueva directora de Igualdad. ¿Cómo asumiste esa oportunidad?
¡Fue una sorpresa! Cuando me llamó la vicerrectora Ixone Fernández da la Bastida para hacerme la propuesta le solté un “¡cachís!”, porque ese mismo día había empezado a redactar el plan para los 6 o 7 años que me quedan en la UPV/EHU. ¡Y dicho plan no preveía la dirección, sin duda! Pero me lo tomé como un gran premio, porque me pareció que esa oferta reconocía mi trayectoria en la UPV/EHU y que sería una buena manera de culminar ese recorrido, aunque también un gran reto a su vez. Además, sentía que hoy en día en la universidad tenemos una red feminista potente, y que la dirección no sólo sería mi responsabilidad, sino que tendríamos que trabajar “entre todas las personas”. Sabía que tendría a mi lado un equipo técnico experto y con experiencia y que recibiría la ayuda de los que me rodean.
¿Cómo ve la universidad desde el punto de vista de la igualdad?
Veo que desde que empecé, hace veinte años, muchas cosas han mejorado. De hecho, la propia Dirección de Igualdad nació en 2006 y gracias al trabajo realizado por las anteriores directoras, hemos avanzado en el camino de la igualdad de forma sincera y firme.
Por un lado, hoy en día tenemos muchas posibilidades de hacer estudios e investigación feminista en nuestra universidad. Los trabajos de fin de grado y máster y las tesis que cada año premiamos lo atestiguan. Tenemos programas de máster y doctorado, y grupos de investigación especializados en el feminismo. En consecuencia, ofrecemos a nuestro alumnado la posibilidad de incorporarse a un mundo laboral relacionado con la igualdad y, a través de dicho alumnado, el feminismo se traslada y se implanta a la sociedad.
Por otro lado, nuestros sindicatos han realizado y realizan una larga y profunda labor para defender los derechos de igualdad de nuestras comunidades y lograr unas condiciones cada vez mejores. Además, en el programa Akademe abordamos las competencias de capacitación en el liderazgo y ofrecemos un variado programa de formación.
«Como ‘malas hierbas’ que crecen en cualquier lugar”, las feministas debemos poner en cuestión un paisaje bonito pero injusto»
Sin embargo, hay muchos rincones a los que no llegamos y en algunos campos, en lo que al feminismo se refiere, he oído decir a algunas de mis compañeras que viven como en el desierto. Por ello, me gustaría mencionar el ejemplo de “malas hierbas” que propone Mari Luz Esteban. Dice que no deberíamos medir nuestras fuerzas con “las ciencias fuertes o con aquellos que ocupen posiciones poderosas en la sociedad” sino que debemos mostrarnos “como malas hierbas que crecen en cualquier lugar”, protestar y aflorar una y otra vez un paisaje bonito pero injusto a su vez.
¿Cuáles serían sus prioridades para los próximos seis años?
Mis prioridades son: a corto plazo, conocer y escuchar a las comunidades que formamos la universidad. Nuestra universidad es plural y trabajamos a favor de la igualdad de diferentes maneras. Quiero acercarme a las comisiones de grado de nuestra facultad y escuela y descubrir sus realidades, inquietudes y deseos. En función de eso, podría planificar el plan de 6 años. ¡Pero es posible que para hacerlo necesite todo el curso pasado!
Posteriormente, me gustaría reforzar el carácter feminista de la Dirección de Igualdad. ¿Qué significa eso? No hablamos solo de igualdad entre mujeres y hombres, sino de igualdad entre todas las personas también. Para ello, tendremos que revisar, por un lado, el concepto de género y, por otro, tener en cuenta la diversidad entre las personas. Nuestra sociedad es cada vez más diversa y la diversidad sexual se tiene cada vez más en cuenta en nuestra universidad (tal y como lo reflejan el premio Empar Pineda y la propia red), pero también habrá que tener en cuenta otras variables como el origen, la edad, el movilismo...
En julio de 2024 se aprobó el IV Plan para la Igualdad de la UPV/EHU. El objetivo principal es que en 2028 la UPV/EHU sea un entorno más igualitario, diverso, seguro y protector. ¿Cuál de esas áreas le preocupa más?
Además de la interacción entre la igualdad y la diversidad a la que me he referido, lo que me preocupa es el aumento de la violencia de género. Si queremos que la universidad sea un lugar seguro, tenemos que eliminar la violencia en sus múltiples manifestaciones. Desde que he asumido el cargo, los casos que más atención me han requerido han sido los casos relacionados con la violencia de género, y eso debería ser inaceptable. No me gustaría que la Dirección de Igualdad se convirtiera exclusivamente en un espacio de lucha contra la violencia machista. No quiero decir que no debamos luchar, pero no se puede decir que esa sea nuestra única misión.
«Para que las mujeres nos sintamos más seguras en nuestros campus, los hombres deben entender qué es la violencia»
En una universidad, en una sociedad, tenemos que hacer un trabajo de prevención y los hombres tienen que participar y asumir esta lucha. ¿De qué manera? Para que las mujeres se sientan más seguras en nuestros campus, los hombres, tanto PTGAS como profesorado y alumnado, deben entender qué es la violencia y, en función de ello, adaptar su actitud. Ofrecemos formación para ello, pero el número de hombres que se inscriben es menor que el de las mujeres. ¿Cómo hacerlo? Obligar no gusta a nadie, pero tal vez podamos encontrar una manera de forzar que todos los que ingresen en la universidad hagan dicha formación.
De hecho, la UPV/EHU también quiere ser un referente en la lucha contra las violencias de género, reforzando nuestro protocolo. ¿Cómo debería reforzarse?
Tendremos que revisar el protocolo, puesto que desde que entró en vigor en el año 2018 no lo hemos revisado y, como es normal, habrá que adaptar algunos aspectos a la realidad actual. Los casos en los que se ha utilizado el protocolo en los últimos 7 años nos han permitido analizar qué ha funcionado y qué ha fallado. Queremos convocar al grupo de trabajo que se creó en el primer momento, para que vuelva a participar en el proceso, y abrir la convocatoria para que participen las personas que así lo deseen. Asimismo, recogeremos la experiencia de nuestro equipo técnico, así como la de algunos expertos externos. Y vamos a contrastarlo con los protocolos existentes a nivel estatal.
El reto de las universidades de todo el mundo es promover vocaciones científicas entre chicas y mujeres, deconstruyendo roles, y reduciendo la doble barrera existente en las disciplinas STEAM. ¿Cómo se puede hacer?
Para empezar, creo que deberíamos replantearnos qué es lo “científico”, porque está muy extendido que las ciencias son las que silo se llaman ciencias “duras” (física, química, biociencias...) y que todas las demás, las ciencias sociales, las artes y las letras, son “suaves” y no se valoran tanto. Yo creo que ahí está la primera barrera. El problema no es sólo que las mujeres no apuestan por las ciencias, sino que los hombres no se animan – y la sociedad no lo acepta ni lo ensalza – a formarse en educación, enfermería o incluso historia o filología. Además, la juventud de otro origen no se anima a intentar entrar en la universidad, y la mayoría optan por la carrera profesional. Como he dicho antes, debemos tener en cuenta la interseccionalidad.
«Tendremos que revisar el protocolo contra las violencias de género y adaptar algunos aspectos»
Dicho esto, se está haciendo un gran esfuerzo para atraer a las mujeres a las disciplinas STEAM. Este año, por ejemplo, tendremos campamentos de verano en el Campus de Bizkaia. Entre nuestra sociedad, las mujeres científicas están haciendo un trabajo impresionante, tal y como hemos podido comprobarlo en febrero, en el día de las niñas y mujeres científicas.
Para terminar, el sábado, 8 de marzo se celebra el Día Internacional de las Mujeres. ¿Por qué es importante seguir celebrándolo? ¿Cuál debería ser la prioridad en la actualidad?
Hay quien dice que no hay que “celebrarlo” porque su inicio fue trágico y es día de lucha. Yo creo que lo uno no quita lo otro. Debemos recordar las luchas que nos enfrentamos tanto en el pasado como hoy en día, y renovar nuestro compromiso para mejorar la situación de las mujeres. También debemos celebrar las aportaciones de las mujeres en esta lucha, en nuestro caso la aportación académica de las mujeres, así como los esfuerzos para mejorar la convivencia y las condiciones laborales en la universidad. En el acto que hemos organizado, premiaremos al alumnado que haya realizado trabajos de redacción o investigación a nivel de grado, máster y doctorado por su contribución especial a la igualdad. Por otro lado, homenajearemos a 6 mujeres que trabajan en nuestra universidad, entre ellas Elena Leiñena, la anterior directora de Igualdad, a quien sucedo.