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La familia de Rijk visita la biblioteca de la UPV/EHU en honor al lingüista holandés

  • Crónica

Fecha de primera publicación: 08/05/2023

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De derecha a izquierda Tim Lew, Miren Azkarate, Cindy Lew, Itziar San Martin y Junkal Gutierrez | Foto: Mitxi. UPV/EHU

Hoy, 5 de mayo, Tim Lew y su esposa Cindy Lew han visitado la biblioteca Rudolf de Rijk. Procedentes de Seattle, han querido conocer durante su breve estancia en Bilbao la biblioteca que alberga el legado bibliográfico de su tío. Tim Lew es sobrino de Virginia, la esposa de Rudolf de Rijk, que al conocer que se dirigían al País Vasco, les animó a que conocieran la biblioteca.

“I am very proud of my aunt 's and uncle' s work and passion for the Basque Country and people”, nos ha declarado Tim Lew. Pero, al propio tiempo, nos ha confesado que pretendían saber más, entender mejor por qué amaban su tía y su tío tanto a Euskal Herria.

Y por qué aquí los tenemos tan presentes todavía: “We are humbled by your interest and gracious welcome for our upcoming visit.  This just shows the lasting impact my aunt and uncle have on you and your country.  Our decision to visit evolved over time and has become a "special purpose" as well.  My Aunt Virginia, (aka Junny) and Uncle Rudolf have been a source of inspiration to read and travel throughout our lives.  During a visit to their home in Amsterdam many years ago, I regret not fully comprehending their contributions to the Basque country at the time.  My aunt and uncle were more interested learning about our busy lives than to talk about their own.  As I’ve become older and now retired, I am amazed at the stories and accomplishments of my family.  It’s better to be late than never to learn more about them and especially experience first hand through travel and meeting you.  It has been twenty years since my uncle’s passing; what better way to honor his life than to visit the country he so admired”.

Es precisamente lo que hemos pretendido explicar al matrimonio Lew en su visita de hoy: cuál fue la aportación de Rudolf de Rijk. Les hemos mencionado dos fuentes en especial: El volumen, obra de Patxi Goenaga, que le dedicó la colección Bidegileak; y el texto dedicado por Pello Salaburu a la biblioteca Rudolf de Rijk en la página web de Euskara Institutua. Como escribía Patxi Goenaga, Rudolf tuvo tres pasiones fundamentales en esta vida: su esposa, el euskera y el ajedrez. En primer lugar, Virginia, su esposa. Aunque nuestros visitantes lo conocen sobradamente, hemos de recordar el lugar que ocupaba Virginia en la vida de De Rijk. Gracias a ella se logró que se arreglaran correctamente los materiales del sólido volumen A progressive Grammar of Standard Basque que Rudolf, al fallecer, había dejado inconcluso, enlazando las hebras sueltas que había dejado entre los manuscritos, etc. Mucho le debe la propia biblioteca a Virginia de Rijk.

“Y su tercer amor: el euskera. El euskera fue para De Rijk una afición vivencial, una pasión que le duró hasta su muerte”, en palabras de Patxi Goenaga. Sus conocimientos abarcaban todos los aspectos, conocía los autores actuales y los de antaño (en particular, a estos últimos), y se desenvolvía con absoluta comodidad entre ejemplos en suletino y en vizcaíno. Los fondos de la biblioteca lo atestiguan.

Sin embargo, no se limitó a conocer y leer a autores vascos. Contribuyó de manera muy relevante a la lingüística vasca, comenzando por su tesis doctoral, Studies in Basque Syntax: Relative Clauses, que defendió en 1972 en el prestigioso MIT.

Su lengua materna, naturalmente, era el neerlandés, pero también dominaba el inglés, el alemán y el francés, así como el castellano, el italiano y el serbocroata. También era capaz de leer en chino. Le resultaba especialmente atractiva la cultura china, incluyendo la lengua, la música y la cocina. Había comenzado, incluso, a modo de pasatiempo, a elaborar un breve diccionario de cantonés que contiene unas siete mil entradas. Son aficiones que también saltan a la vista en la biblioteca de Rijk.

De Rijk colaboró, asimismo, con la Universidad del País Vasco. Desde la creación de la Facultad de Letras, De Rijk formó parte de los tribunales de tesis con frecuencia. También dirigió algunas de ellas. Tenía criterio y era fiable en cualquier campo. En agradecimiento a toda esa labor, además de publicar una excelente colección de sus artículos –en 1998 vio la luz De Linguae Vasconum: Selected Writings–, sus colegas, estudiantes y amigos, de nuestra Universidad y de muchos otros lugares, decidimos, en reconocimiento, coronar de laurel al profesor de Rijk con motivo de su jubilación. Le dedicamos una selección de artículos, un volumen de treinta y nueve jugosos escritos: Erramu Boneta: Festchrift for Rudolf P.G. de Rijk.

Rudolf de Rijk recibió asimismo el mayor honor que puede ofrecer la universidad: lo reconoció como el vascófilo internacional más relevante y le nombró Doctor Honoris Causa en 2002. Por desgracia, resultó imposible celebrar el multitudinario y elegante acto académico público correspondiente en la propia universidad. Se hallaba ya muy enfermo y recibió en su casa de Ámsterdam el acta de nombramiento y demás distintivos en un acto familiar.