“Tanto en el taller como profesor, he trabajado por amor al arte. No he esperado reconocimientos, en el arte nunca alcanzas lo que esperas, y piensas que será el exterior el que sancione tus logros. Es una contradicción, y más cuando alguna vez he sido propuesto para el Gure Artea y lo he declinado, porque pedía un poco más de tiempo para trabajar. Soy lento trabajando”, ha explicado Ángel Bados. “Piensas que hay tanta gente que está antes que tú, que han desaparecido o trabajan en el más absoluto silencio, que no te lo mereces, pero estoy aprendiendo a agradecer la felicitación”, ha añadido.

El jurado del premio ha estado formado por la artista ganadora de la pasada edición, Ángela de la Cruz, la catedrática de Arte Contemporáneo Estrella de Diego, la comisaria de exposiciones Blanca de la Torre y la directora de actividades de Laboral, Centro de Arte y Creación Industrial, Karin Ohlenschlager, entre otros.

El trabajo escultórico de Bados ha estado siempre muy conectado con su vocación docente desarrollada en la Facultad de Bellas Artes, un campo en el que ha destacado como figura esencial para varias generaciones de artistas. Bados fue profesor del Departamento de Escultura en los años 80 y, después, desde 1995 hasta su jubilación en 2007. Posteriormente, siguió vinculado a la UPV/EHU a través del Máster Investigación y Creación en Arte, del que fue profesor invitado hasta hace cinco años. “Me lo he pasado bien dando clases. Es un placer trabajar en la libertad que da el arte”, indica.

Asimismo, Bados estuvo al frente, junto a Txomin Badiola, de los cursos de escultura de Arteleku (1994-1998) en los que lograron dirigir y potenciar la obra de muchos artistas del País Vasco como Itziar Okariz, Jon Mikel Euba, Ana Laura Aláez o Sergio Prego entre otros.