Sergio Parrillas recibe el V Premio Izaskun Heras Prado
Ha sido reconocido por su Trabajo Fin de Master realizado en el ámbito de la discapacidad y las necesidades educativas especiales
- Crónica
Fecha de primera publicación: 13/02/2023
Sergio Parrillas Manchón ha sido galardonado en la quinta edición del Premio Izaskun Heras Prado, por su Trabajo Fin de Master realizado en el ámbito de la discapacidad y las necesidades educativas especiales. El premio lo otorga el Servicio de Atención a Personas con Discapacidades de la Universidad del País Vasco, a través del Vicerrectorado de Estudiantes y Empleabilidad. El trabajo galardonado lleva por título: ‘La sensibilidad al efecto de etiquetaje lingüístico en niños del espectro autista’.
Sergio Parrillas subraya que el premio recibido supone “el reconocimiento del trabajo que he realizado junto a mi grupo de investigación, Lindy Lab. Valoro enormemente que investigadores (en su mayoría, investigadoras) del ámbito de la lingüística y de la filosofía, principalmente, pero también psicólogas, terapeutas ocupacionales y pedagogas, hayamos hecho el esfuerzo interdisciplinar que el conocimiento nos requiere. No hay mejor forma de empezar una tesis doctoral financiada por el Gobierno Vasco que con un premio bajo el brazo, te inspira cierta confianza en una trayectoria profesional muy incierta que se refleja en la salud mental de los doctorandos de todos los ámbitos. La discapacidad, como constructo que engloba realidades físicas y mentales muy diversas, no puede entenderse desgajada de las condiciones de producción en que nos vemos inmersos. Por eso, a mí como persona que se encuentra dentro del espectro autista, y también como hijo de personas que no nacieron siendo discapacitadas, pero que han pasado a serlo por trabajar más de lo que un cuerpo puede soportar durante toda una vida para sacar adelante a una familia en una de las zonas más pobres del Estado, este premio otorgado por el Servicio de Discapacidad tiene un claro valor simbólico. Ya desde el propio premio en sí, pues nunca pensé que tendría un iPad entre mis manos. En el colectivo «disca», y como gran precedente tenemos a la magnífica Izaskun Heras, luchamos a contracorriente, muchas veces desde los márgenes a los que nos expulsa la sociedad, para tener la oportunidad de hablar sobre nosotros mismos en un ámbito científico. Siempre se nos ha construido como sujetos desde la mirada del otro. Pero también debemos hablar por las personas que no tendrían voz ni, aunque se les pusiese un altavoz, porque todavía no nos hemos esforzado lo suficiente como sociedad por comprender cómo se comunican y conceptualizan el mundo. Hablo de las personas autistas mínimamente verbales, pero esto mismo también se podría haber dicho en un contexto colonial. La brecha epistémica, en nuestro caso, trasciende lo histórico.”
Por otro lado, sobre su trabajo galardonado explica que “las personas neurotípicas, durante su infancia, son sensibles al llamado efecto de etiquetaje lingüístico. Dicho efecto se muestra al presentarle a un niño un objeto con una propiedad no obvia, no perceptible de forma inmediata, como, por ejemplo, el tintineo que emite al agitarlo. Al asignarle una etiqueta lingüística (un nombre como «pirno»), se establece un vínculo entre las propiedades de ese objeto y la etiqueta asignada. Al mostrarle un segundo objeto con esa misma etiqueta, independientemente de lo distinto o parecido que sea al primer objeto, el niño espera encontrar ese mismo sonido. Si, en cambio, se le presenta un objeto muy parecido, pero con una etiqueta distinta («trepi»), el niño no generaliza el sonido al nuevo objeto, interpretando que pertenecen a categorías distintas. Por tanto, compartir nombre es un criterio de categorización más poderoso que tener un aspecto similar. Este fenómeno es importante porque actúa como una fuente de adquisición de conceptos a través del lenguaje. El objetivo de nuestro estudio es conocer si este efecto también se produce en niños y niñas del espectro autista de entre, aproximadamente, 3 y 9 años. Los resultados apuntan a que se produce dicho efecto, y aunque no son tan robustos como en niños neurotípicos, quizá debido a las divergencias que podrían presentar algunos niños en mentalización y generalización, sí que existe una clara diferencia significativa entre la condición de mismo etiquetaje y la de distinto etiquetaje en cuanto a la generalización de la categoría y sus propiedades, pues en esta última condición no se produce.”
El tribunal que ha concedido el premio ha estado formado por Arantza Martínez Balmaseda, directora de Estudiantes; Joana Acha Morcillo, profesora de la Facultad de Psicología; Laura Vela Plo, profesora de la Facultad de Ciencias Sociales y de la Comunicación; y, Natalia Ortiz, técnica del Servicio de Atención a Personas con Discapacidades. “El contacto con la realidad del otro nos permite comprender como somos. La comprensión de lo normativo solo es posible desde la comprensión de la diferencia. Ese esfuerzo por acercarse y comprender cristaliza en la inclusión. Este premio es un paso hacia esa meta. Por un lado, supone una valoración de un trabajo riguroso que explora cómo interactúa una persona con autismo con el entorno, y cómo ese modo de interacción mediatiza sus posibilidades comunicativas y lingüísticas. Por otro lado, visibiliza una línea de investigación clave en la comprensión del lenguaje en el autismo, que se desarrolla en un laboratorio de la UPV/EHU”, comenta Joana Acha.
Así mismo, la profesora Laura Vela, menciona que “desde el grupo LindyLab (https://lindy-lab.eus/) investigamos las capacidades lingüísticas en trayectorias de desarrollo no típicas Aspiramos a identificar elementos clave en el desarrollo del lenguaje tanto típico como atípico que puedan ayudar en los diagnósticos. Nuestro grupo está formado por personas que proceden tanto de la investigación en el ámbito universitario y científico, como de la práctica en intervención y diagnóstico en entornos de atención y asistencia a usuarios con TEA y a sus familias. Así, investigamos con el doble objetivo de ampliar el conocimiento sobre las capacidades lingüísticas y cognitivas de la población con TEA, y de ofrecer un retorno a las personas y las familias con las que trabajamos. Esperamos que este premio motive al alumnado a desarrollar su investigación sobre la inclusión, y que estos avances puedan tener un retorno en la universidad y en la sociedad de la que parten.”