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Quince años identificando personas desaparecidas mediante el ADN

El grupo BIOMICs de la UPV/EHU ha participado en los trabajos llevados a cabo en la Mina Terría de Cáceres

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Fecha de primera publicación: 12/12/2024

Miriam Baeta y Caterina Raffone | Foto: UPV/EHU.

Una de las múltiples líneas de investigación del grupo de investigación BIOMICs se centra en la arqueogenética, donde estudian, entre otros, el ADN de restos humanos con el objetivo de contribuir en la recuperación de la memoria histórica. Uno de sus últimos trabajos les ha llevado a identificar siete de los 49 cuerpos exhumados de la Mina Terría (Cáceres).

La actividad del grupo de investigación BIOMICs de la Universidad del País Vasco se ha vuelto a reflejar en los medios de comunicación por su participación en la identificación de los cuerpos exhumados de la Mina Terría (Cáceres). Siete de los 49 cuerpos han podido ser ya identificados tras las pruebas de ADN. Una de las personas encontradas en esa fosa común era Diego Vital, padre de quien ha inspirado la película 'El 47', Manuel Vital.

“Ha sido un proceso complejo debido a las dificultades que conlleva trabajar con restos esqueléticos -comentan desde el grupo BIOMICs-. Hay que tener en cuenta que en esos casos es habitual encontrarse con ADN escaso y degradado, dificultando así la obtención de perfiles genéticos. No obstante, en Mina Terria se lograron obtener perfiles genéticos de un gran número de los restos, por lo que se pudo realizar el cotejo con los familiares disponibles y lograr identificaciones”.

BIOMICs lleva quince años identificando personas desaparecidas mediante el estudio genético y, a lo largo de esos años, se han producido importantes avances en los análisis genéticos que han permitido aumentar el rendimiento a la hora de obtener resultados en ese tipo de estudios.

No obstante, la identificación de restos humanos como los encontrados en Mina Terría resulta complicada porque “los restos esqueléticos recuperados de las fosas de la Guerra Civil española han estado expuestos a factores tafonómicos tanto intrínsecos (características del hueso) como extrínsecos (ambientales), que han afectado a la conservación y a la consecuente obtención de ADN en cantidad y calidad suficiente para realizar los análisis. Por lo tanto, no siempre es posible obtener perfiles genéticos de todos los restos exhumados”.

Otra limitación con la que se encuentran en esos trabajos de identificación es la disponibilidad de familiares adecuados para el cotejo genético con los restos. “En muchos casos ya no hay familiares para donar muestras, bien porque han fallecido, bien porque los desaparecidos fallecieron sin descendencia. En otros casos solo quedan familiares lejanos, lo que dificulta la identificación”, inciden las investigadoras.

De ahí la importancia de mantener al día el banco de ADN, que “permite tener disponibles los perfiles genéticos de familiares de desaparecidos para el cotejo tanto con restos que ya se han exhumado, como con restos que se van a exhumar en el futuro”.

A comienzos de este año se rubricó un acuerdo para el uso del Laboratorio de la Unidad Genética Forense del Instituto Vasco de Medicina Legal en Donostia–San Sebastián para identificar restos post-mortem de la Guerra Civil y la postguerra. Ese acuerdo ha permitido al personal investigador del grupo BIOMICs “seguir avanzando en las tareas de identificación genética de los desaparecidos de la Guerra Civil y período post-guerra, contribuyendo, por lo tanto, a la recuperación de la Memoria Histórica”. En ese contexto, están analizando muestras procedentes de fosas de Euskadi, principalmente, pero también de otras regiones del territorio español.

Pero el trabajo de este grupo de investigación de la UPV/EHU no se queda ahí, “BIOMICs está compuesto por un equipo multidisciplinar con varias líneas de investigación, entre las que destacan la Arqueogenética, genética forense y de poblaciones humanas o genética del cáncer, entre otras.