‘COM’ es un proyecto liderado por el grupo de investigación KideOn y guiado por los investigadores Nahia Idoiaga Mondragon e Idoia Legorburu Fernández de la Facultad de Educación de Bilbao. Además, han participado diferente entidades de cinco países europeos: Innovation Hive e Incommon (Grecia), Asociatia Gru2.500 de Actiune Localanapoca Porolissum (Rumania), Miitr (Eslovenia), Exeo Lab SRL (Italia) e Innomate LDT (Turquía). El proyecto se ha podido llevar a cabo gracias al programa Erasmus +,  y en él se han integrados los  ODS 4 y 13 de la Agenda 2030.

Según los investigadores que han trabajado en el proyecto , los objetivos han sido los siguientes: extender entre el alumnado y el profesorado una cultura de gestión responsable de los residuos orgánicos, incorporando actitudes sostenibles; fomentar el aprendizaje de la reducción de los residuos alimentarios y las técnicas de reciclaje, utilizando recursos educativos y juegos interactivos; y, desarrollar la responsabilidad colectiva del medio ambiente y la integración de la circularidad en la comunidad escolar, trabajando con las instituciones y comunidades locales.

Aunque el grupo principal al que va dirigido el proyecto es el alumnado de entre 12 y 18 años, a través de métodos participativos, toda la comunidad escolar también ha sido partícipe: profesorado, personal de administración escolar, personal de comedor o cocina, padres y tutores, vecinos y autoridades municipales de las escuelas y barrios. Todos estos agentes ayudarán a elaborar un informe final sobre los problemas de gestión de los residuos orgánicos y las posibles soluciones planteadas.

Resultados y pasos de futuro

En la primera fase del proyecto, se ha desarrollado la formación del profesorado y, posteriormente, se ha creado un toolkit educativo para dotar a los alumnos de los recursos necesarios para desarrollar su responsabilidad medioambiental. Además, se ha construido un juego interactivo en torno a la reducción de residuos alimentarios y la circularidad para tratar estos temas de una manera dinámica y entretenida. Además, se ha elaborado un documento de política de educación ambiental para las entidades locales.

A lo largo de todo el proceso se han realizado contrastes con profesionales de la educación para medir la idoneidad de los productos desarrollados y en función de ello, realizar las adaptaciones necesarias. El resultado ha sido, por tanto, materiales de gran calidad, capaces de integrarse y trabajar de manera eficiente en nuestro sistema educativo. De cara al futuro, basándose en el éxito obtenido por el proyecto ‘COM’, se pretende extender este modelo de educación ambiental a otras regiones y aplicarlo a otros centros e instituciones.