Una de las particularidades del colectivo de personas sordas es que es muy heterogéneo. Además de incluir a personas de edades y géneros diversos, no todas comparten el mismo tipo de sordera o forma de comunicación. Por un lado, el momento de aparición de la sordera y el grado de pérdida auditiva varían mucho. Y, por otro lado, no todas las personas emplean la lengua de signos y la oral de la misma manera. Todos esos aspectos influyen en el bienestar de las personas sordas. Sin embargo, no abundan los estudios que analizan cómo afectan cada uno de ellos concretamente.

La tesis doctoral que ha defendido Amaia Jauregi Orbe en la Facultad de Educación de Bilbao constituye una importante aportación a la literatura científica. Hasta la fecha no se tiene constancia de otra investigación de tal magnitud que analice todos esos factores y estudie su relación con tantas variables que permiten medir el bienestar psicosocial (autoconcepto, autoestima, percepción de apoyo social y soledad, etc.). “Mi intención era realizar un diagnóstico general con el objetivo de contribuir al acercamiento y visibilización de la realidad de las personas sordas. El trabajo provee de datos que pueden enriquecer el debate académico”, indica la autora.

Una de las evidencias que ha revelado el estudio es que las mujeres presentan niveles más altos de crecimiento personal que los hombres. Se trata de un dato que ha sorprendido a la propia investigadora, dado que su hipótesis inicial planteaba lo contrario. Jauregi cree que puede deberse a que “el tejido asociativo de la comunidad sorda ofrece a las mujeres herramientas de empoderamiento que permiten fortalecer sus capacidades y autonomía”.

Por otro lado, el estudio también ha identificado diferencias significativas vinculadas a la edad. Las personas menores de 30 años presentan mayor autoestima, mayor apoyo social percibido y mayor crecimiento personal que las personas de franjas de edad superiores. “Ahora lo que habría que investigar es cuáles son los motivos que se esconden detrás. Yo creo que una de las variables importantes puede ser el hecho de que han recibido una educación inclusiva”, explica la investigadora.

Con relación a esa hipótesis, los resultados de la tesis indican que las personas sordas prelocutivas (aquellas que perdieron la audición antes de adquirir el lenguaje oral) que estuvieron escolarizadas en centros ordinarios tienen mayor autoestima que las que estuvieron escolarizadas en centros especiales. Asimismo, otro resultado remarcable vinculado al contexto educativo es que, en función del nivel de estudios alcanzado, el bienestar varía. El grupo de personas con estudios universitarios presenta un mayor nivel de autoestima, de crecimiento personal y de bienestar social que el grupo con estudios primarios o inferior.

Según las conclusiones de la tesis, otros factores, como los lingüístico-culturales o los laborales, por ejemplo, no parecen tener una relación directa en el bienestar psicosocial de las personas sordas. Sin embargo, la investigadora considera que los datos podrían tener otra lectura si se analizase la interseccionalidad de las variables: “Para conocer mejor la realidad, en el futuro se deberían realizar estudios que indagasen sobre la correlación de los diferentes factores”.

Muestra amplia e instrumentos de evaluación adaptados

El diseño y el procedimiento de la investigación son dos de los puntos fuertes de la investigación, ya que ha hecho frente a todos los desafíos de que conlleva la investigación comprometida con las personas sordas. Los resultados de la tesis doctoral se han obtenido tras analizar las respuestas de 166 personas sordas adultas de sexos, edades, tipos de sordera y características lingüístico-culturales variadas. Se ha garantizado que el grupo de participantes fuese representativo de la diversidad del colectivo de personas sordas y que los instrumentos de evaluación estuviesen adaptados a las heterogéneas necesidades de quienes han participado.

Información complementaria

Amaia Jauregi Orbe ha llevado a cabo su tesis doctoral en el Departamento de Psicología Evolutiva y de la Educación, bajo la dirección de las doctoras de la UPV/EHU Elena Bernarás Iturrioz y Joana Jaureguizar Alboniga-Mayor. Actualmente Amaia Jauregi es profesora titular del Departamento de Psicopedagogía de la Escuela Universitaria de Magisterio Begoñako Andra Mari. Su línea de investigación está centrada en las temáticas sobre la respuesta educativa al alumnado con necesidades educativas especiales y con altas capacidades, así como sobre el Bienestar Psicosocial de las Personas Sordas.