El pasado año 2018 ha sido, desde 1996, el año con mortalidad más alta. Para Sendoa Ballesteros, profesor de la Facultad de Medicina y Enfermería de la UPV/EHU, es necesario dotar de asistencia sanitaria inmediata a las unidades de rescates. “Si conseguimos atender in situ a la persona, antes de iniciar la evacuación, se puede reducir sensiblemente el índice de mortalidad”, precisa el docente. Las intervenciones en las que participe personal sanitario también contribuirían a disminuir los costes directos e indirectos derivados de esos accidentes.

La investigación ha sido llevada a cabo por el grupo de trabajo integrado por Sendoa Ballesteros, docente de la Facultad de Medicina y Enfermería de la UPV/EHU y enfermero en el Hospital Universitario de Basurto; Manuel Arriba, enfermero de la Unidad de Vigilancia y Rescate de la Ertzaintza; Paz Sanda Javares y Asier Alonso, médica y enfermero, respectivamente, de Emergencias de Osakidetza, e Iñaki Ituarte, médico de la Organización Sanitaria Integrada de Ezkerraldea-Enkarterri-Cruces.

El grupo de trabajo ha analizado la evolución de los accidentes e incidentes en montaña en el País Vasco desde 1996 hasta 2018 recogidos en las memorias anuales de la actividad de la Unidad de Rescate de la Ertzaintza. En 1996 apenas se registraron 78 rescates; en 2006, 115 y en 2018, 267. El equipo de investigación también ha constatado que febrero es el mes con menos rescates y julio el mes con más. Y curiosamente, el lunes es el día de la semana con más operaciones de salvamento.

El aumento de la incidencia de los accidentes se debe al atractivo turístico y lúdico de la montaña, a lo que en el País Vasco hay que unir la cultura y tradición montañera. En Euskadi hay 34.000 personas federadas en los clubes, pero hasta 66.000 personas se acercan cada fin de semana a la montaña, un espacio donde conviven personas con aficiones muy diversas: las setas, la caza, el ciclismo, el senderismo, la espeleología… Sendoa Ballesteros recuerda que ya se habla de un “problema de salud pública” al referirse a los rescates y búsquedas que se realizan en el monte

“Los efectos ‘Decathlon y ‘Calleja’ –afirma Ballesteros-- han favorecido que muchas personas acudan al monte muy bien equipadas, pero escasamente formadas, y sin ser verdaderamente conscientes del riesgo. Se ha contribuido a banalizar ese riesgo y se olvida que la montaña es un medio hostil”. El docente de la UPV/EHU asegura que es necesario formar y sensibilizar a la sociedad, pero, también, dotar a las unidades de rescate de personal sanitario competente en urgencias, emergencias y cuidados críticos y con un perfil de montaña.

La incorporación de personal sanitario a las unidades de rescate es otra de las estrategias que comunidades autónomas como Aragón, Asturias, Castilla y León, Cantabria o Cataluña han sumado a las campañas de sensibilización y concienciación para inculcar hábitos seguros o medidas disuasorias ante negligencias o imprudencias.

Referencia bibliográfica

Sendoa Ballesteros Peña, Manuel Arriba Herrero, Paz Sanda Javares Artigues, Asier Alonso Pinillos, Iñaki Ituarte Azpiazu

Evolución de los accidentes e incidentes en montaña en el País Vasco: 1996-2016 / Changes in mountain accidents and incidents in the Basque Country: 1996–2016

Emergencias 2019, 31