Dentro de la asignatura «Artes Plásticas y Cultura Visual en la Educación Infantil II» se hace una reflexión en profundidad sobre el cuento. Hace tres años, en 2015, la profesora Miriam Peña y sus estudiantes (entre ellas Eneritz Sánchez e Irene Fernández, actualmente graduadas), abordaron el tema de la ilustración y el cuento desde una perspectiva interdisciplinar. Esta asignatura, que se imparte en tercer curso del Grado de Educacion Infantil, se dedica al estudio de propuestas didácticas innovadoras para la infancia.

El cuento se puede usar en todos los niveles de Educación Infantil

En ese contexto, las alumnas y los alumnos, tomando como eje las artes plásticas, trabajaron y reflexionaron sobre el cuento como materia de estudio. A lo largo de un cuatrimestre, investigaron las características de las artes plásticas y crearon sus propios álbumes ilustrados. Tomando como base aquel trabajo, Eneritz Sanchez e Irene Fernandez, alumnas por aquel entonces y ahora graduadas, han perfilado su trabajo hasta convertirlo en el libro que ha visto ahora la luz, junto con la profesora Miriam Peña y la ilustradora Eider Eibar, ambas tituladas en Bellas Artes por la UPV/EHU.

«El álbum se puede catalogar como cuento interactivo — explica Miriam Peña, profesora de la Facultad de Educación de Bilbao—. Se puede usar en todas las etapas de Educación Infantil. Con la ayuda de una persona adulta, incluso los niños y las niñas que aún no saben leer pueden entender y realizar las acciones que se proponen en el libro. Además, el uso de mayúsculas, textos breves y frases sencillas hacen de este libro un material idóneo para la iniciación a la lectura».

Y… ¿Dónde está Bolo?

El cuento está protagonizado por Bolo que, en una partida tradicional de bolos, se interna en el túnel por el que desaparecen cuando caen. ¿Qué ocurre en ese lapso entre jugadas, en el que los bolos se reorganizan? Al hilo de esta pregunta, los bolos emprenden un viaje en el que nuestro Bolo protagonista se pierde inesperadamente. Sin embargo, con la ayuda del lector o la lectora, quizá logre encontrar el camino de vuelta.

«El cuento nos sumerge en un mundo surrealista. Las formas van transformándose y posibilitando diversos planos de lectura, que dan lugar a modos diferentes de comprensión», añade Peña. Así explica la profesora las características plásticas de la obra: «El contraste cromático nos lleva en un viaje desde el blanco y negro hasta el estallido de color. Formas geométricas simples y espacios en silencio van trenzando una narración azarosa, hasta que al final, cuando menos lo esperamos, quizá demos con la respuesta a la pregunta formulada en el título».