Matita Naturae está compuesta por diez piezas de gran formato generadas a base de tintas oleosas, óleo, gouache, fotografía y retoques digitales. “Desde un principio, sabiendo que se realizarían impresiones digitales debido a las exigencias técnicas, tuve claro que quería concebir las obras basándome en la pintura, y posteriormente enriquecerlas valiéndome de otros procesos de lenguajes gráficos muy distintos; combinando lo analógico y digital en el proceso creativo”, afirma la autora.

El gran eje del proyecto ha radicado en la identidad Azurmendi, en la relación que existe entre el entorno natural que lo envuelve y la cocina que prepara. Para Eneko Atxa la conexión que existe entre el edificio y las materias primas del entorno es indisoluble; y Lucía Fermín ha querido reflejar esa filosofía. “Han sido obras concebidas para un sitio especial. Y quiero que estén conectadas con las sensaciones; la sensación de un sabor, la sensación de un paisaje nocturno en la naturaleza, donde se puede ver un techo de estrellas y percibir la luz de la luna; y, sobre todo, que las obras de paisaje inviten a querer recorrerlas por dentro, que las obras huelan a la naturaleza que rodea a Azurmendi”, explica la artista.

“Se trata de un lugar en el que la relación con la comida, los sabores y olores, lo sensorial está muy presente, por eso considero que el proceso de trabajo ha sido transversal en el área del arte y el diseño”, ha señalado Lucía Fermín en la presentación de la obra.  Al acto han acudido José Antonio Morlesín, vicedecano Extensión Universitaria de la Facultad de Bellas Artes de la UPV/EHU, Lorea Uribarri, directora de la Fundación Basque Know How y Txus Meléndez, director del Máster de Pintura de la UPV/EHU.