In memoriam: Raúl Benjamín Pérez Sáez (BJ)
"Todas las personas mueren."
- Crónica
Fecha de primera publicación: 19/09/2016
Trabajador hasta la extenuación propia y ajena, investigador, profesor, compañero, colega, maestro...
Cabezón hasta la extenuación propia y ajena, y lo sabía, y lo usaba: para avanzar francamente y para quererte suave, noble, castellano, socarrón, de corazón...que vino del Frío (en el año europeo), de más allá del sur, al Valle, dejando a Madre, donde la Angelines, de corazón blanco Merengue, los sentidos de círculos morados... aitatxu
Lo mismo diseñaba y montaba un laboratorio. Empezando de cero, formándose a si mismo y formando, a su vez, a sus estudiantes, llevándolo a un (re)conocimiento a nivel mundial, siendo una referencia internacional real.
Que organizaba la fase local de las Olimpiadas de Física, desde el principio hasta el final: la página, el contacto con los centros, las pruebas, las correcciones de las pruebas, al acompañamiento a los alumnos clasificados para la fase nacional...
Que organizaba un campus de verano, durante un mes, para estudiantes ya motivados, pero ávidos, como él, de aprender dilatandi.
Que organizaba jornadas motivadoras para atraer alumnos de medias, desde el principio hasta el final: preparando las prácticas, haciendo y maquetando el libro de los guiones, yendo a la imprenta a por las copias, preparando los turnos...
Que gestionaba varios proyectos a la vez, solo, o en colaboración con alguna empresa, o con un gigante internacional.
Que dirigía trabajos de fin de grado, y prácticas en empresa, y trabajos de máster y tesis...
Que organizaba la parte de Física de la Semana de la Ciencia, desde el principio hasta el final: el diseño del stand, los experimentos a llevar (incluidos algunos viajes a donde el mago Merlin para comprar justo eso que haría que el experimento fuera mejor) y sus correspondientes explicaciones e inventario, los turnos, en los que no se incluía, a pesar de que siempre estaba allí. Porque era lo que le gustaba: ver el reflejo de su sorpresa y admiración por la física, sobre todo, en la cara de los niños y niñas. Su sonrisa franca y su discurso creciente en intensidad congregaba miradas crédulas y admiradoras de nuevos entusiastas de la física...
Conseguía el mismo efecto en los grupos de "biólogos" que llenaban sus clases, llenaban el pasillo del departamento, su despacho. Siempre con una sonrisa de ambos lados: disfrutando de enseñar y disfrutando aprendiendo. Aprender física es difícil. Enseñar física es algo más difícil. Que quien haya aprendido reconozca siempre con la misma terca insistencia: 10, que le han enseñado...es muy muy difícil. Conseguía el mismo efecto en los grupos de prácticas de laboratorio: lo mismo de estudiantes de física, que de ingeniería, que de ciencias ambientales y cualquiera que fuera su nivel.
Aun con todo, me quedo con la persona: esposo amante, aitatxu amante y amigo forzudo.
El miércoles llegué tarde, sobre la una del medio día. Atravesé la penumbra hasta la habitación del fondo, como durante los últimos días; no se levanta ya. La última vez que lo hizo, la debilidad lo tiró y el golpe lo advirtió a no levantarse más. En un silencio sereno y fresco me sonrió. Su fatiga contestó a mi "¿qué tal estás?". Su cansancio me invitó a salir. Sin embargo, su fuerza me susurró: no, no, quédate y dame un abrazo, no tenemos tiempo. Me acerqué desde el borde de la cama y, esta vez, fue él quien me acarició el antebrazo con una tibieza febril y una cadencia paternal. Nos abrazamos, nos besamos, le acaricié su incipiente pelo y la mejilla solo llena de menuda barba cerrada. Me retiré dolido por su suerte. Así nos despedimos mi debilidad y su fuerza.
Ah, esa misma fuerza que ya pasó a su otro amor.
"Todas las persona mueren." Dijo, mientras sus tíos enterraban la nube gris.
Su primo-sobrino le corrigió: "Todas no, solo las personas enfermas."
Su otro amor se giró y fueron sus manos abiertas derramando razón las que sentenciaron: "No, todas las personas mueren."
Su otro amor ya tiene a quien parecerse: precisión, razón y tozudez.
La vida no sabe de justicia.
Nosotros, ahora sí (sobre todo de injusticias).
No sería justo que la maleza del olvido tapara su ejemplo.
Dr. Josu M. Igartua Aldamiz
Fisika Aplikatua II Saila
Zientzia eta Teknologia Fakultatea