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Miden los desajustes entre la oferta y la demanda de los servicios de los ecosistemas en Bilbao

Un estudio de la UPV/EHU propone un índice para priorizar las zonas y las actuaciones de mejora de las infraestructuras verdes urbanas

  • Investigación

Fecha de primera publicación: 01/06/2021

Lorena Peña López, Beatriz Fernández de Manuel, Ibone Ametzaga Arregi (de izquierda a derecha). Foto: Egoi Markaida. UPV/EHU.

Un estudio realizado en la UPV/EHU ha definido un índice con el que evaluar los desajustes entre la oferta y la demanda de tres servicios de los ecosistemas (retención de escorrentías, purificación del aire y enfriamiento) proporcionados por diferentes espacios verdes y azules urbanos, para definir objetivos específicos en futuros procesos de planificación. Los resultados de la metodología aplicada en Bilbao indican que hay que dar prioridad a los barrios de Abando y San Francisco.

Los ecosistemas urbanos contribuyen a reducir los impactos y las presiones asociados al desarrollo urbano. Dado que las sociedades urbanas se están alejando de los ecosistemas naturales de los que dependen, los ecosistemas urbanos están adquiriendo más importancia que nunca para el bienestar de las personas, así como la infraestructura verde —compuesta de espacios verdes y azules urbanos— está adquiriendo importantes implicaciones para el futuro de las ciudades porque es un puente de gran relevancia entre la naturaleza y las personas. La infraestructura verde se define como una red estratégicamente planificada de zonas naturales y seminaturales con características ambientales diseñadas y gestionadas para ofrecer una amplia gama de servicios de los ecosistemas (beneficios que las personas obtienen de la naturaleza).

“Más allá de proporcionarnos espacios para el ocio y el recreo, debido a esa sensación de bienestar que genera estar cerca de una zona verde, las infraestructuras verdes urbanas también proporcionan servicios ecosistémicos relevantes, como la purificación del aire, la regulación de la temperatura urbana o la retención de la escorrentía —afirma Beatriz Fernández de Manuel, investigadora del Departamento de Biología Vegetal y Ecología de la UPV/EHU y de la Cátedra UNESCO sobre Desarrollo Sostenible y Educación Ambiental—. Gestionando mejor los espacios verdes, los parques y las zonas ‘más naturales’ en las zonas urbanas, se puede mejorar la calidad de vida y el bienestar de las personas que viven en esas ciudades”.

Por lo general, las superficies urbanas impermeables favorecen la escorrentía superficial provocada por las precipitaciones; sin embargo, los espacios verdes urbanos con una densa cubierta vegetal tienen una mayor capacidad de intercepción e infiltración, y proporcionan una prevención natural de las inundaciones. Además, estas zonas también aumentan la capacidad de depuración del aire, ya que la cubierta vegetal influye en la absorción, dispersión y/o deposición de contaminantes. La vegetación también puede reducir la temperatura del aire en el entorno circundante al proporcionar sombra bajo las copas de los árboles y mediante el proceso de evapotranspiración durante el día.

Un índice válido para todo tipo de ciudades

Un estudio realizado por la investigadora Beatriz Fernández de Manuel propone un nuevo indicador de la eficacia de la infraestructura verde urbana basado en la evaluación de los servicios de los ecosistemas: “Se trata de un índice que permite evaluar la calidad de la infraestructura verde que ya tienen hoy en día los municipios, o planificar nuevos elementos de infraestructura verde en su urbanismo”. La investigadora remarca la importancia de priorizar los lugares donde incidir en ese sentido: “¿Dónde hay que intervenir primero, en qué zona de la ciudad? ¿Qué barrios son los que están más desfavorecidos? ¿Por qué hay más desajustes entre la oferta y demanda de servicios? Este índice es una herramienta de priorización de actuaciones en relación al urbanismo”.

Las investigadoras han analizado los desajustes entre la oferta y la demanda de los citados tres servicios ecosistemicos en Bilbao, en el ámbito de los barrios urbanos, y “los resultados indican que existe un claro desajuste entre la oferta y la demanda de servicios ecosistémicos en la zona de estudio”, afirma Fernández de Manuel. Las propuestas de las zonas en las que intervenir y el tipo de intervención están ya en manos del consistorio bilbaíno, pero la investigadora remarca especialmente los desajustes que existen en los barrios de Abando y San Francisco.

No obstante, “el índice puede ser aplicado a cualquier barrio de cualquier municipio europeo o vasco, porque está ajustado a escala de barrio. Dentro de una ciudad las características de cada barrio pueden ser diferentes, y, además, es preciso tener en cuenta la población de cada barrio”. Las investigadoras tienen previsto “seguir estudiando más servicios, porque los espacios verdes y azules de los municipios proporcionan más de tres servicios como, por ejemplo, el servicio de almacenamiento de carbono, que ayuda en la mitigación del cambio climático; el servicio de recreo, que favorece el ocio de las personas que viven allí, etc. Continuaremos desarrollando metodologías para llevar a cabo las evaluaciones de todos ellos”, concluye.