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Maitane Alonso, de un txoko de Sodupe a la principal feria de ciencia y tecnología del mundo

La alumna de segundo de Medicina de la UPV/EHU ha inventado una máquina que prolonga la conservación de los alimentos, premiada en Estados Unidos

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Fecha de primera publicación: 11/09/2019

Maitane Alonso Monasterio, en la feria de Ciencia y Tecnología de Phoenix.

Maitane Alonso Monasterio, que acaba de comenzar segundo de Medicina en la UPV/EHU, comenzó en un txoko junto a su casa, en Sodupe, los trabajos para desarrollar una máquina que prolongase la vida útil de los alimentos. El invento ha sido reconocido, recientemente, con el primer premio de sostenibilidad y el segundo premio de microbiología en el mayor campeonato de ciencia y tecnología del mundo celebrado en Phoenix, Estados Unidos (EE.UU.)

Desde pequeña, Maitane ha participado en campamentos de Elhuyar y ferias científicas, de ahí nació su interés por la investigación. Y la idea del invento surgió de la afición de su padre por las barbacoas: siempre sobraba mucha comida, pero no siempre se aprovechaba. “Me dije a mí misma, esto no puede ser. Me puse a investigar y me di cuenta de que un tercio de la comida de la población mundial se desechaba por problemas de conservación. Es un problema a nivel global, por ello decidí intentar hacer algo al respecto”, cuenta la estudiante de Medicina.

Además, “hoy en día un gran porcentaje de las enfermedades que contraemos son debidas a una mala conservación de los alimentos, a muchos de ellos se les echa químicos que a la larga pueden llegar a originar cáncer. Aunque el ecofriendly se está poniendo de moda y está bien, creo que la sociedad no está preparada para dejar de lado todos los métodos de conservación. Habría que encontrar un equilibrio”, añade Alonso.

Así que ella se puso a buscar una alternativa a los métodos actuales de conservación, y poder alargar la vida útil de la comida sin añadir estos productos químicos que pudieran ser nocivos para la salud, creando un método más económico, sostenible y saludable.

«La única forma de avanzar y cambiar el mundo es apoyar y fomentar ideas»

A la manera Steve Jobs cuando desarrolló el primer mac en un garaje, Maitane se instaló en el txoko de al lado de su casa, en un pequeño espacio y sin muchos recursos. Compró un generador que emite descargas eléctricas y un ventilador. “Mediante estas descargas logro disociar las moléculas que están en el aire y las impulso con el ventilador por encima del producto, haciendo que estas moléculas maten los microorganismos, y después creo un circuito cerrado reutilizando el mismo aire y así se consume menos energía”, explica Alonso. El nombre de la máquina, ‘Envasado con aire tratado’ alude al proceso

Manos a la obra

Sin embargo, construir un prototipo del invento fue complicado, ya que sus medios eran muy limitados. Para poder llevarla a cabo, tuvo que ir a diversos cursos e informarse y finalmente gracias a un grupo de empresas como Kilse SL, MAGMA, J-Pack, Eurozon, Harakintza, Luis Thate y Ameztoi Anaiak, que le apoyaron y que le dejaron sus instalaciones, pudo hacer pruebas y terminar de construir una versión doméstica de su idea.

Una vez conseguido, no podía detenerse. Creo el blog IAM para difundir el proyecto. Este nombre viene del diminutivo de su nombre al revés y también, al coincidir con el inglés I am, “representa la idea de que cada uno puede ser uno mismo, escoger su propio camino y decidir quién quiere ser”, sostiene Alonso.

Con todos los avances, la familia de Maitane le animó a proseguir en su andadura y con su apoyo se presentó con tan solo 16 años a la feria de Zientzia Azoka, que organiza Elhuyar en la edición de 2016-2017. “Al final lo vi como una oportunidad de compartir con la gente mi idea”, afirma Alonso. Recibió el primer premio, para Maitane fue una experiencia “increíble” el poder compartirlo con tantas personas.

Gracias a ese galardón, puedo acudir a una feria de Barcelona, Exporecerca Jove, promovida por el grupo MAGMA. Era otro nivel, una feria estatal de varios días de duración, otro paso en búsqueda del éxito. Se presentó con la máquina, unos informes y unos trípticos.  De nuevo obtuvo el primer premio. “Fue toda una sorpresa”, afirma Alonso.

Comienza el recorrido en América

El siguiente paso fue, con 17 años, ir a una feria internacional, en Chile, llamada ESI AMLAT. Allí cada país mandaba a su representante; en este caso no se trataba de una feria competitiva, sino de exposición. Estaba formada por más de mil participantes y tuvo la oportunidad de mostrar su máquina a representantes de la NASA. “La experiencia fue súper enriquecedora, conocí a mucha gente de diferentes países y todos tenían muy buenas ideas”, cuenta Alonso.

El MIT pondrá el nombre de Maitane a un asteroide

Todo esto dio un impulso a su proyecto. Maitane cayó en la cuenta de que el problema no radicaba solo en los hogares, sino también en las multinacionales. Así que decidió comprar una máquina de sellado industrial y adherirla a su máquina inicial, siendo de esta manera un proyecto destinado a las empresas.

“Para ello conté con la ayuda de las empresas anteriores y del laboratorio de la UPV/EHU que me dejó Elena Sevillano, profesora de la Facultad de Medicina y Enfermería. Demostramos de una manera más científica todo lo que había descubierto antes. El hecho de que la universidad me dejara sus instalaciones fue un aspecto importante, ya que no tengo un laboratorio secreto en casa”, asegura Alonso.

Y a EEUU

Con estas mejoras, Maitane decidió presentarse por cuenta propia a la feria de Barcelona de la edición 2018-2019. Para ello, en esta ocasión tuvo que pasar una seria de cortes, puesto que no iba invitada por Elhuyar. La aceptaron y acabó logrando el primer premio de la Sociedad Catalana de Biología y el primer premio general, que es el que otorga Intel, que incluye el billete para ir a Intel ISEF, el mayor campeonato de ciencia y tecnología del mundo, en Phoenix (EE.UU.).

A esta feria llegó con 18 años, habían pasado más de dos años desde que el proyecto naciera en un pequeño txoko. Ahora estaba en la cumbre de las ferias, donde cada país lleva a sus representantes. Había más de 1.800 participantes de más de 80 países de los cinco continentes.

«Aunque fuese un negocio millonario, yo continuaría con los estudios, es algo vocacional»

Allí, la Universidad de Arizona le dio el primer premio a la sostenibilidad, con una bonificación económica de 1.000 dólares. Y después en los gran Awards compitió por la categoría de microbiología y logró el segundo premio. Por todo esto, el Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT) le va poner su nombre a un asteroide.

“El hecho de poder seguir presentando tu proyecto, llegar cada vez a un nivel más alto, a más público, a más gente, ver que puedes llegar a ayudarles, no tiene palabras. Es un sueño hecho realidad”, manifiesta Alonso. Y concluye, “la única forma de avanzar y cambiar el mundo, es apoyar y fomentar ideas. Vivimos en un mundo de cambio urgente hacia algo más sostenible”.

Además, gracias a las experiencias vividas este mismo verano, ha impartido charlas en el planetario de Pamplona, dentro de la iniciativa Planeta STEM. En las que ha contado de primera mano cómo una idea puede llegar a convertirse en un proyecto, y cómo también es posible que chicos y chicas jóvenes puedan llegar a desarrollar sus proyectos.

En cuanto al futuro, Maitane confía en poder comercializar su máquina lo antes posible y espera que sus dos pasiones, la investigación y la medicina, sigan ligadas y confía con este invento en poder ayudar a mucha gente que se está muriendo de hambre. “Aunque fuese un negocio millonario, yo continuaría con los estudios, es algo vocacional”, afirma Alonso.