Laura Rojas-Marcos (Nueva York, 1970) es doctora en Psicología Clínica y de la Salud, psicoterapeuta, investigadora, escritora y conferenciante. Licenciada en Psicología Clínica por la Universidad de Nueva York, posee un Máster en Psicología por la Universidad Yeshiva de Albert Einstein de Nueva York. En 2001, tras el 11-S, fue voluntaria de la Cruz Roja, ofreciendo asistencia psicológica a las víctimas. Laura Rojas-Marcos fue la encargada de impartir el martes pasado la ponencia inaugural de la nueva edición de los Cursos de Verano.

En su ponencia habla de la gestión saludable a los cambios. ¿Cuáles son las estrategias o los métodos que nos pueden ayudar a sobrellevar esos cambios? ¿Cómo aprendemos a gestionarlos?

La vida es cambio y el cambio es vida. Aprender a adaptarnos a los cambios implica conocer nuestras fortalezas y limitaciones, habilidades y saber utilizarlas correctamente. Aprender estrategias de afrontamiento es uno de los aprendizajes más importantes para poder superar la adversidad. Pero para ello necesitamos igualmente dejarnos aprender, descubrir nuestro estilo de aprendizaje, conocernos, comprometernos, tener una actitud proactiva y desarrollar hábitos saludables.

«Aprender estrategias de afrontamiento es uno de los aprendizajes más importantes para poder superar la adversidad»

La pandemia ha sido un período difícil que ha causado muchas heridas. Mucho dolor.

Sí, todos hemos sufrido, perdido algo o alguien en mayor o menor grado. Hemos tenido que convivir con el dolor, nuestros miedos, los miedos ajenos, inseguridades, pero sobre todo hemos tenido que aprender a gestionar el sentimiento de incertidumbre.

Tras el COVID, se ha abierto el debate sobre la salud mental. ¿Por qué nos cuesta tanto hablar de las emociones? ¿Por qué las instituciones no le prestan atención?

A partir del Covid se ha identificado un mayor interés por la salud mental. No sólo hay una mayor concienciación sobre la importancia de cuidar la propia salud emocional, sino también la de nuestros compañeros de convivencia ya sea nuestra familia, amigos, vecinos y compañeros de trabajo. Es tan importante cuidar nuestra salud física como la mental; ambas se necesitan y complementan.

Hija del prestigioso psiquiatra Luis Rojas-Marcos, ¿su padre es un referente o una sombra alargada?

Para mí mi padre es un referente y un mentor que me ha enseñado muchas cosas, y a quien siempre le estaré agradecida. Pero él es sobre todo mi padre, una persona muy importante con quien tengo una buena relación, disfruto conversando y con quien comparto intereses como la música, el estudio, el deporte (él corre y yo hago senderismo) e ir a tapear.

¿El terapeuta acude al terapeuta?

Por supuesto, siempre que lo necesite y le ayude a mejorar o gestionar alguna dificultad. Todos pasamos por momentos difíciles en la vida y cuando trabajas con el sufrimiento, el dolor y la pérdida a diario también necesitas aprender a cuidarte. No olvidemos el cuidador también necesita ser cuidado.

«No olvidemos que el cuidador también necesita ser cuidado»

Realizó labores de atención y apoyo a víctimas del ataque terrorista del 11-S en Nueva York. Tardó 15 años en volver a la Zona 0…

Fue una de las experiencias más duras y difíciles de mi vida. Hay un antes y un después para mí. Fue un momento que, como muchos, también necesité apoyo y ayuda para afrontar el dolor y la pérdida.

¿Se puede hacer las paces con el pasado?

Sí se puede y es bueno hacerlas. Hacer las paces con el pasado no significa olvidar ni hacer como si nada hubiera pasado. Es más, un proceso de aceptación desde la amabilidad. Es soltar el dolor con delicadeza y respeto.

En su último libro, ‘Convivir y compartir’ (Grijalbo, 2021), destaca la importancia de la disciplina, de la fuerza de voluntad, del compromiso, de salir de nuestra zona de confort…

Son algunos de los pilares esenciales para una buena convivencia con uno mismo y con los demás. Aprender a confiar en uno mismo requiere aprender a afrontar las dificultades desde la práctica. Para ello debemos aprender a comprometernos con un objetivo o un propósito y ejercer la fuerza de voluntad y aprender a tolerar la frustración. Aprender a ser valiente es un proceso difícil ya que supone salir de la zona de comodidad. Si bien a menudo puede producir ansiedad, no debemos olvidar que tampoco tenemos que hacerlo solos. Podemos pedir ayuda.

Ensalzar de forma excesiva la cultura del esfuerzo ¿no conduce a pensar que a quien no le va bien es porque no se ha esforzado lo suficiente?

Como todo en la vida podemos afrontar las dificultades con dureza y rigidez o desde la amabilidad y siguiendo nuestro ritmo. Aprender a gestionar los éxitos y fracasos es para la mayoría un proceso difícil. Aunque el esfuerzo y la energía que aplicamos para conseguir nuestros objetivos es una forma de crecer y desarrollar la autonomía y la confianza en uno mismo, también necesitamos aprender de nuestros errores e incluso aceptar lo que no podemos hacer. Creo que es importante y positivo tener un propósito e ilusiones, pero también necesitamos tener una actitud objetiva y realista.

También afirma que los conflictos, a menudo, sirven de crecimiento personal. ¿No cree que la sociedad parece estar en permanente estado de enfado? Vivimos inmersos en el conflicto…

Algunas personas son más conflictivas que otras, pero quizá todos somos algo conflictivos tanto a nivel interno como externo. Aprender a convivir y gestionar los sentimientos encontrados, las dudas, la incertidumbre y el miedo suele ser el gran desafío y lo que a menudo nos lleva a entrar en conflicto con nosotros mismos u otras personas.

¿Alguna vez la mente, el corazón y el cuerpo llegarán a entenderse?

Por supuesto que sí. Cuando nuestra mente y nuestro corazón se entienden sentimos paz interior y serenidad. Sentir coherencia entre lo que sentimos, pensamos y hacemos es fuente de felicidad para todos; es el mayor deseo. Si bien no siempre es fácil, sí es posible.

Debemos escucharnos más…

El diálogo interno tiene un papel muy importante en la forma en la que afrontamos las dificultades y a la hora de convivir con nosotros mismos. Dependiendo de cómo nos explicamos las cosas que nos pasan, lo denominado estilos explicativos, tendremos una actitud más proactiva, pasiva, agresiva o resistente. Aprender a confiar en uno mismo implica también tener una comunicación saludable con uno mismo y evitar caer en las tiranías de los deberías. Aprender a hablarse bien favorece no sólo la relación con uno mismo, sino también la relación con la familia, los amigos y los compañeros de trabajo.