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La muerte súbita asociada al deporte es muy infrecuente y difícil de predecir

Investigadores de la UPV/EHU han participado en un estudio poblacional basado en 288 autopsias realizadas en 25 provincias entre 2010 y 2017

  • Investigación

Fecha de primera publicación: 19/04/2022

Benito Morentin, jefe del Servicio de Patología del Instituto Vasco de Medicina Legal y profesor asociado del Departamento de Especialidades Médico-Quirúrgicas de la UPV/EHU. Foto: UPV/EHU.

El estudio forense concluye que la muerte súbita asociada al deporte tiene una incidencia muy baja, afecta a varones de mediana edad que practican deporte recreativo, y es de origen cardiovascular. Los autores advierten que para desarrollar estrategias de prevención deben tenerse en cuenta los datos clínicos y los hábitos tóxicos, y que es necesario adaptar el deporte en base a la edad, al estado de salud y a las condiciones físicas de cada persona.

El Dr. Benito Morentin, jefe del Servicio de Patología del Instituto Vasco de Medicina Legal y profesor asociado del Departamento de Especialidades Médico-Quirúrgicas de la UPV/EHU, ha participado en un estudio colaborativo con el objetivo de conocer la incidencia, características clínico-patológicas, hábitos tóxicos y actividad deportiva relacionadas con la muerte súbita en la actividad deportiva en España. El Dr. Morentin insiste en destacar que “las actividades deportivas tienen claros beneficios para la salud cardiovascular, y el deporte no se puede considerar como una amenaza para la vida. La muerte súbita asociada al deporte es un acontecimiento infrecuente pero catastrófico, con importantes implicaciones clínicas y sociales. Por eso, las personas deportistas deben ser examinadas para detectar posibles cardiopatías silenciosas antes de participar en actividades deportivas”.

En este estudio multicéntrico, el mayor de estas características realizado en el estado y uno de los mayores de Europa, se investigaron 288 autopsias forenses realizadas en 25 provincias entre 2010 y 2017. El 98,6% de los casos eran varones. La incidencia fue de 0,38 casos por 100.000 habitantes y por año (0,82 entre deportistas habituales); la mayoría (54%) eran varones de entre 35 y 54 años. Los deportes más frecuentes (el 96% recreativos) fueron el ciclismo (28%), el fútbol (18%) y la carrera a pie (17%). La muerte fue de origen cardiovascular en el 99%: cardiopatía isquémica (63%), miocardiopatías (21%) y síndrome de muerte súbita arrítmica (6%). En los jóvenes, las miocardiopatías (38%) y la cardiopatía isquémica (30%), presente a partir de los 20 años, fueron las más prevalentes. La enfermedad se había diagnosticado en vida en 23 de los casos; se observaron antecedentes clínicos relevantes en 30 casos y factores de riesgo cardiovascular, principalmente obesidad, en 95. El análisis toxicológico detectó sustancias cardiotóxicas (alcohol, drogas ilícitas y psicofármacos) en el 7%, y destaca la relación entre cannabis y cardiopatía isquémica aguda.

Medidas de prevención y de educación

Este estudio puede servir para ayudar a establecer estrategias de prevención, y también como un elemento para educar a la población. En opinión del Dr. Morentin, “la finalidad de los reconocimientos médicos de personas que van a participar en algún evento deportivo debería de ser intentar reducir los casos de muerte súbita, pero también servirían para educar a la población: el tipo de alimentación que puede llevar, desaconsejar el consumo drogas, advertir de que si se tiene algún síntoma se debe consultar a un cardiólogo, adecuar la actividad deportiva...”. Morentin remarca la importancia de practicar deporte “de la manera más segura posible y recomienda adaptar la intensidad con la que se puede practicar deporte en función de la edad, del estado de salud y de las condiciones físicas de cada cual”.

El investigador señala, asimismo, que “es muy difícil predecir quién puede tener una muerte súbita cardiovascular”, pero afirma que la prevención de la muerte súbita asociada al deporte podría mejorar si se dispusiera de una mayor cantidad de datos fiables sobre su incidencia, los factores clínicos y toxicológicos precipitantes y las causas de la muerte mediante autopsias forenses, ya que podrían ayudar a establecer estrategias de prevención. “Es necesario hacer estudios epidemiológicos relacionados con los hábitos tóxicos y dietéticos o la exposición a tóxicos ambientales, junto con el estudio de los factores genéticos”, apunta. En ese sentido, los autores del estudio hacen “un llamamiento urgente para que se cree un registro nacional obligatorio de la muerte súbita asociada al deporte con la participación de médicos forenses y patólogos, médicos deportivos, cardiólogos y todas las demás partes interesadas”.

Información complementaria

En el estudio ha participado, asimismo, el Dr. Javier Ballesteros, profesor del Departamento de Neurociencias de la UPV/EHU. Se trata de un estudio en el que han colaborado las siguientes entidades: el Servicio de Patología Forense del Instituto Vasco de Medicina Legal y Ciencias Forenses; el Instituto de Investigación Biosanitaria Biocruces; el Departamento de Especialidades Médico-Quirúrgicas de la UPV/EHU; el Servicio de Histopatología del Instituto Nacional de Toxicología y Ciencias Forenses de Las Rozas (Madrid); el Servicio de Patología Forense del Instituto de Medicina Legal y Ciencias Forenses de Valencia; el Departamento de Neurociencias de la UPV/EHU; el Centro de Investigación Biomédica en Red de Salud Mental, CIBERSAM; el Servicio de Patología Forense del Instituto de Medicina Legal y Ciencias Forenses de Sevilla.

Referencia bibliográfica