Nos ha dejado Vicky, de forma inesperada y repentina. Demasiado pronto, en la plenitud de la vida y del rendimiento intelectual, y con tantos proyectos por culminar. Quienes la hemos conocido durante tantos años como amiga y colega valoramos su legado, su lealtad, su habitual sonrisa, el buen gusto, la grata conversación y su manera de trabajar. En lo profesional, fue voz autorizada en el campo de la Microeconomía Aplicada y de la Economía de la Cultura a nivel internacional, especialmente en el ámbito de la participación cultural, los hábitos de consumo, el capital cultural y las transformaciones de la tecnología. Con estas sencillas palabras queremos recordar todo lo que nos dio, y que tanto echaremos de menos, y enviar nuestras más sinceras condolencias a su familia, en especial a su marido Francisco, a su hijo Iñigo y a su hermana Sol.

Aunque su etapa formativa llevó a Vicky a vivir y disfrutar de ciudades como Pamplona, Barcelona o Málaga, Bilbao era su sitio de referencia, ciudad donde nació y desarrolló sus vínculos vitales. Vicky fue una gran persona, excelente investigadora y magnífica docente, capaz de abarcar muchas facetas  con una energía difícil de igualar, valedora siempre de las gentes de las artes y de la cultura, y en especial de la Economía de la Cultura, campo en el que es un referente y en el que ha recibido reconocimiento internacional. Fue también una investigadora dispuesta a asumir riesgos y adentrarse en líneas de investigación novedosas, como la Economía del Espacio. La originalidad, profundidad y el rigor caracterizaron todos sus estudios y son un ejemplo a seguir. Su magna obra perdurará en nuestra memoria, y servirá de guía para futuros investigadores.

Como compañera fue excepcional. Tras completar su doctorado en la Universidad de Málaga, se incorporó como becaria postdoctoral al extinto Departamento de Fundamentos del Análisis Económico II, donde desarrolló su vida académica y dejó su impronta. En la actualidad era profesora titular del Departamento de Análisis Económico y seguramente, si la vida se lo hubiera permitido, habría alcanzado sin dificultad sus metas más ambiciosas. Los que hemos compartido con ella docencia e investigación podemos dar fe de su buen hacer y de su extraordinaria contribución.

Fue una gran docente, atreviéndose a incorporar la docencia de Cultural Economics como asignatura optativa del Master in Economics: Empirical Applications and Policies, permitiendo enriquecer el programa y dando a los estudiantes una visión amplia y aplicada de los fundamentos microeconómicos. Como investigadora contribuyó también a que muchos compañeros participaran en proyectos internacionales que lideraba y ofreció su ayuda inestimable a todos aquellos que se acercaban a ella porque necesitaban abordar las cuestiones económicas propias del sector cultural.

En definitiva, Vicky fue siempre una profesora universitaria dispuesta al trabajo, generosa donde las haya. Siempre fiel al lema que guía nuestra universidad: Eman Ta Zabal Zazu, su presencia y contribuciones engrandecen nuestra universidad y enriquecen la vida de cuantos la hemos conocido.

Mari Paz Espinosa, María José Gutiérrez, Amaia Iza y Beatriz Plaza