ETA inició en los años 80, en un momento en el que la heroína golpeaba con fuerza en el País Vasco, una dura campaña contra el mundo de la droga. Esa ofensiva ha recibido poca atención en las investigaciones académicas. El doctor en Historia Contemporánea por la UPV/EHU Pablo García Varela ha centrado en el tema su tesis, sobre la que acaba de publicar el libro ‘ETA y la conspiración de la droga’.
ETA-m contra la “mafia de la droga”
La tesis de Pablo García Varela, sobre la que acaba de publicar un libro, analiza la campaña que provocó el asesinato de más de cuarenta personas
- Investigación
Fecha de primera publicación: 20/01/2021
El objetivo de la tesis ‘El mundo de las drogas en el País Vasco y su relación con el Movimiento de Liberación Nacional Vasco (MLNV): ETA-m contra la “mafia de la droga” (1980-2000)’, realizada por Pablo García Varela en el Departamento de Historia Contemporánea de la Universidad del País Vasco/Euskal Herriko Unibertsitatea, fue analizar todos los aspectos relevantes de la relación entre ETA y el mundo de las drogas. “La cruzada contra la droga formó parte fundamental de la estrategia armada de la banda para construir nación y consolidar estructuras de contrapoder en oposición al Estado”, explica el autor. ETA asesinó a más de 40 personas bajo esa acusación, que en muchos casos se probó falsa.
Según explica la tesis, son varias las razones que impulsaron a ETA a emprender esa ofensiva terrorista. La primera, crear estructuras de contrapoder en el País Vasco a nivel local, espacios de control y de poder nacionalista dominados por el entorno del MLNV en oposición al Estado. La segunda fue presentarse como los adalides de la juventud vasca para abrir una nueva vía de apoyo social y militar para la organización entre las familias afectadas por el fenómeno de la heroína. La tercera, empeorar aún más la imagen del Estado y de las fuerzas de seguridad destinadas en la región, a quienes acusaba de estar detrás de la introducción de heroína para desmovilizar a los jóvenes más rebeldes y justificar la presencia de más policía para hacer frente a la inseguridad ciudadana.
“Buscaban consolidar esa imagen de un Gobierno central anclado en el franquismo y cuya única respuesta a la autodeterminación era la violencia –relata García Varela–. Además, y no menos importante, querían mandar un mensaje claro a sus militantes y simpatizantes sobre la posición que debía mantener el MLNV respecto a la heroína: un total rechazo, especialmente entre los miembros de la organización armada, puesto que un heroinómano entre sus filas era un riesgo por las implicaciones en seguridad para el comando y también por el peligro de perder dinero por culpa de su adicción”.
Desarrollo de la campaña
La campaña del MLNV contra la “mafia de la droga” comienza en 1980 con la publicación de la ‘Denuncia de Herri Batasuna al pueblo vasco’ en el diario Egin el 17 de abril de 1980. Los argumentos expuestos en el documento serán la base sobre la que se construyeron los futuros comunicados de los atentados. El 27 de abril, ETA-m inicia oficialmente la guerra contra la “mafia de la droga” con la voladura del pub El Huerto de San Sebastián, atentado que fue revindicado una semana más tarde en un largo comunicado con las mismas ideas defendidas por HB, pero en un lenguaje más crítico y amenazador. Desde ese primer atentado hasta el asesinato de José Antonio Díaz Losada en 1994, la organización terrorista asesinó a un total de 43 personas. En todos los comunicados fue utilizada la “excusa” de la droga: la víctima era un confidente y traficante de droga que trabajaba para las fuerzas de seguridad del Estado.
“La supuesta relación de las víctimas con la heroína les convirtió en un problema para los partidos políticos, quienes no supieron mostrar el respeto debido a las víctimas y sus familias, que fueron ignoradas por la sociedad vasca ante la falta de iniciativa de las autoridades”, destaca el investigador. Otra de las consecuencias directas de ese maltrato de las instituciones fue que cerca de la mitad de los atentados estudiados en este trabajo de investigación ha quedado sin condena judicial de los autores materiales de la acción. En cuanto a la política de memoria respecto a ese colectivo, se puede concluir que “han recibido muy poca atención” y no ha sido hasta estos últimos diez años cuando se han dado pasos para reparar el daño causado.
Información adicional
Pablo García Varela (Oviedo, Asturias, 1992) realizó su tesis dentro del Departamento de Historia Contemporánea de la Universidad del País Vasco/Euskal Herriko Unibertsitatea. Su investigación estuvo dirigida por el catedrático Antonio Rivera Blanco y codirigida por el doctor Gaizka Fernández Soldevilla. El libro ‘ETA y la conspiración de la droga’, fruto de esa tesis, ha sido publicado por la editorial Catarata. Actualmente está vinculado al Instituto de Historia Social Valentín de Foronda y desarrolla nuevas vías de investigación sobre terrorismo y género, violencia de género e historia social de las drogas.