La rectora de la Universitat Jaume I, Eva Alcón, ha sido la anfitriona de la I Cumbre de Rectoras de las Universidades Públicas Españolas que se ha celebrado en Castellón y que ha congregado a las siete rectoras de las universidades públicas: M. Vicenta Mestre, de la Universitat de València; Pilar Aranda, de la Universidad de Granada; Margarita Arboix, de la Universitat Autònoma de Barcelona; Nekane Balluerka, de la Universidad del País Vasco/Euskal Herriko Unibertsitatea; M. José Figueras, de la Universitat Rovira i Virgili; y M. Antonia Peña, de la Universidad de Huelva.
La I Cumbre de Rectoras apuesta por crear un área de conocimiento de estudios de género y la implantación de un grado específico
Destaca la importancia de llegar a los alumnos y a las alumnas de primaria y secundaria para acabar con los estereotipos sobre formación
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Fecha de primera publicación: 28/11/2018
Eva Alcón ha dado las gracias a la Fundación Isonomía de la UJI, por su iniciativa de celebrar esta primera cumbre, y a todas las personas asistentes “por acompañarnos en este acto tan importante, tan significativo, en el que vamos a abordar conjuntamente las políticas universitarias en materia de género”. “Esperamos que las conclusiones de esta cumbre tengan repercusiones en nuestras universidades pero que también tengan un impacto en las políticas autonómicas, nacionales, internacionales”, ha añadido.
Por su parte, la directora general de Universidades de la Generalitat Valenciana, Josefina Bueno, ha afirmado que “esta cumbre de rectoras es un hito para las universidades españolas y para toda la sociedad”. Teresa Lozano, secretaria general de CRUE-Universidades, ha afirmado que “si hay un objetivo prioritario en materia de género es la erradicación de cualquier tipo de violencia sobre las mujeres” y ha tenido unas palabras de recuerdo para las 45 mujeres asesinadas durante 2018 y para todas las víctimas. Lozano ha explicado que todos los estudios realizados indican que “el nivel de estudios se perfila como la mejor herramienta contra la discriminación en materia de género y que a medida que se incrementa el nivel académico de la mujer, las cifras sugieren que desciende la proporción de aquellas que han sufrido algún tipo de violencia por parte de su pareja”.
La secretaria general de CRUE ha aprovechado su intervención para dar algunos datos de la publicación La universidad española en cifras, que se presentará el próximo mes de diciembre, y en la que se pone de manifiesto el techo de cristal que existe en las universidades, ya que a pesar de que desde los años 90 la presencia de mujeres es mayoritaria, este hecho no se ve reflejado en el número de catedráticas ni de rectoras: “En el curso 2017-2018, las mujeres suponían el 55% del alumnado matriculado en grados, pero conforme subimos peldaños en las categorías profesionales, su presencia baja, de forma que sólo el 21% de los catedráticos son mujeres, y tan sólo 15 de las 84 universidades del sistema son dirigidas por rectoras. Esto supone que sólo una de cada cinco mujeres es catedrática o rectora”.
Conclusiones de la cumbre
La vicerrectora de Igualdad de la UJI, Pilar Safont, ha sido la encargada de leer las conclusiones de esta cumbre, un documento que servirá de base para redactar un manifiesto más extenso en los próximos días: la Declaración de Castellón. Safont ha explicado que los principales retos a los que se enfrentan las universidades para acabar con la desigualdad irían en tres líneas: formación, investigación, y liderazgo y gestión.
En cuanto la formación, se ha defendido la creación de un área de conocimiento de estudios de género y la implantación de un grado específico, a la vez que se hace un esfuerzo por llegar a los alumnos y a las alumnas en etapas previas, de primaria y secundaria, para acabar con los estereotipos y conseguir incorporar a hombres en grados feminizados y a mujeres en grados masculinizados (la llamada brecha STEM). También se ha apostado por incrementar la formación en materia de género en los equipos de gobierno, para conseguir una mayor implicación y más alianzas con los hombres que permitan llevar a cabo más medidas de conciliación y corresponsabilidad.
En el ámbito de la investigación, se ha indicado la necesidad de incorporar medidas de discriminación positiva en los planes propios de investigación, que la carrera investigadora contemple periodos maternidad y cuidado de dependientes, y que se haga un esfuerzo por visibilizar el nombre de las mujeres investigadoras a través de medidas como citar el nombre completo en las publicaciones científicas o apostar por más reconocimientos a mujeres investigadoras: honoris causa, medallas de oro, etc.
Por último, en cuanto a liderazgo y gestión, se han puesto sobre la mesa las siguientes medidas: que las universidades elaboren presupuestos con perspectiva de género; que se aumente el presupuesto para llevar a cabo políticas de género; se fortalezcan las estructuras de las unidades de igualdad; se potencie y normalice el uso de lenguaje no sexista e inclusivo; se trabaje para que haya equilibrio y paridad en todas las composiciones organizativas de la universidad; se fomente la realización de programas de formación en liderazgo entre las mujeres y que haya una política de tolerancia cero frente a violencias machistas.
Para finalizar esta cumbre, Eva Alcón ha manifestado su intención de que «estas conclusiones se conviertan en una hoja de ruta con las acciones que debemos realizar las universidades en los próximos años en materia de igualdad». Ha explicado que ha contactado con la Asociación Europea de Rectoras para que estas conclusiones sobrepasen las fronteras nacionales y ha indicado su deseo de que esta cumbre se vuelva a convocar de manera anual o bianual.