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El ejercicio físico supervisado mejora el bienestar de los cuidadores de personas mayores

El equipo de investigación Ageing On ha demostrado que el dolor lumbar de estos profesionales mejora considerablemente gracias a un programa de 12 semanas de ejercicio físico

  • Investigación

Fecha de primera publicación: 30/05/2024

Ander Espin Elorza
De izquierda a derecha, Jon Irazusta, Ander Espin y Ana Rodríguez | Foto: Fernando Casabella, Komunikazio Bulegoa. UPV/EHU.

Un estudio realizado con profesionales del cuidado de personas mayores ha puesto de manifiesto la importancia de realizar ejercicio físico de forma continuada para las personas cuidadoras, tanto para reducir el dolor lumbar como por los beneficios psicoafectivos que puede generar. Varias empresas han iniciado la implantación del programa en línea elaborado por el equipo de investigación Ageing On.

Principalmente mujer mayor y de mediana edad, de clase trabajadora, con una prevalencia de dolor lumbar muy alta y por consiguiente posibles problemas psicoafectivos y una peor calidad de vida… Este es el perfil general de las personas cuidadoras de personas mayores. ¿Quién cuida al cuidador? Esta pregunta o reivindicación no es nueva en nuestra sociedad. Los miembros del equipo de investigación Ageing On de la UPV/EHU se han hecho esta pregunta: “¿Cómo podemos cuidar a las personas cuidadoras?”.

El grupo Ageing On desarrolla, entre otros, programas de ejercicio físico para mantener la funcionalidad de las personas mayores. “Pero nos dimos cuenta de que existía otro colectivo, el de los cuidadores de personas mayores, que podía beneficiarse de las ventajas del ejercicio físico individualizado, ya que la prevalencia del dolor lumbar entre las personas cuidadoras es muy alta y afecta directa y negativamente a su bienestar”, afirma la investigadora Ana Rodriguez Larrad. Así, durante varios años se han diseñado y evaluado intervenciones para identificar variables relacionadas con el bienestar de este colectivo e incidir en ellas: “Estudiamos a más de 200 personas cuidadoras para ver qué problema tenían, dónde podíamos influir, qué podía ser eficaz y qué no…”.

Ahora, “hemos probado un programa de alivio del dolor lumbar con personal de seis organizaciones —explica el investigador Ander Espin Elorza—. Durante doce semanas han trabajado en equipo y en el trabajo realizando ejercicios de fuerza sencillos con peso corporal y gomas elásticas, entrenando de forma progresiva y personalizada, con una intensidad moderada”. Al finalizar el programa han observado que el dolor lumbar del personal ha disminuido. “Además, las personas que han asistido a la mitad de las sesiones planificadas han experimentado mejoras también en el ámbito psicoafectivo, ya que se ha reducido el riesgo de depresión, ha disminuido el uso de medicamentos hipnóticos y ansiolíticos y se ha mejorado la calidad de vida», añade Espin. Sin embargo, en las pruebas realizadas 48 semanas después de la finalización del programa, parece que los beneficios sobre el dolor lumbar se han suavizado, lo que demostraría «la importancia de la práctica continuada de ejercicio físico”.

Sesiones de videollamada en empresas

En la investigación, además, se ha validado una herramienta para la valoración en línea del estado físico de los trabajadores y trabajadoras y se han realizado los programas de ejercicios mediante videoconferencia, ya que la investigación se realizó en el contexto de la pandemia de COVID. “La realización de sesiones virtuales y a distancia puede tener ventajas, como, por ejemplo, la ventaja económica o poder llevarlas a cabo en un estado de pandemia, etc.”, explica Espin. Además, “este tipo de programas también pueden extenderse a otros tipos de personas cuidadoras, como las que se ocupan de los cuidados informales, así como a otras zonas dolorosas tales como el hombro, las muñecas, etc.”, precisa Rodríguez.

El equipo investigador del grupo Ageing On continúan investigando. Los programas de ejercicio físico supervisados disponen de datos positivos sobre la reducción de los días de baja al año, aunque aún deben profundizar más en ello. “Además de los beneficios que puede reportar al bienestar de los trabajadores, la implementación del ejercicio físico permite ofrecer un mejor cuidado”, explica Rodríguez. Así, algunas empresas ya se han puesto en contacto con el grupo de investigación Ageing On para implementar el programa: “Da mucha libertad para implementar programas y da buenos resultados”, señalan.

Información complementaria

Esos son los resultados de la tesis realizada por Ander Espin Elorza bajo la dirección de Ana Rodríguez Larrad y Jon Irazusta Astiazaran. En el estudio han participado las siguientes entidades: Fundación Aspaldiko, Grupo SSI, Caser Residencial, IMQ Igurco y Colisée. En los trabajos previos para caracterizar la situación de las personas cuidadoras, han contado con el apoyo de un programa Elkartek y han colaborado con Tecnalia, Mondragon Unibertsitatea, Matia, Osalan y Vicomtech.

Los investigadores de Ageing On Ander Espin y Ana Rodríguez imparten clases en el Grado de Fisioterapia (Facultad de Medicina y Enfermería de Leioa) y en el Máster en Envejecimiento Saludable y Calidad de Vida de la Universidad del País Vasco.

Referencia bibliográfica