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In memoriam: Eduardo Angulo

  • Crónica

Fecha de primera publicación: 16/12/2024

Eduardo Angulo

Lector impenitente, explorador del conocimiento y coleccionista de ideas (y de sellos, conchas, discos, libros y películas, entre otras cosas), conversador, gran conversador, locuaz e inagotable, Eduardo disfrutaba compartiendo en tertulia todo lo “txirene” que encontraba como acicate para discutir fundamentos científicos en biología. Maestro generoso e inspirador de vocaciones hizo del “dejar hacer” su manual de estrategia, siempre al lado, por si acaso, dispuesto a dar un consejo “sensato” y a sustentar con valiosa información las iniciativas quienes nos iniciamos como sus discípulas y discípulos.

Comprometido con la gestión universitaria, asumió responsabilidades en el Departamento de Zoología y Biología Celular Animal, la Facultad de Ciencia y Tecnología y, sobre todo, el Colegio Mayor Miguel de Unamuno que dinamizó, durante doce fructíferos años como director, generando espacios de encuentro intelectual y cultural entre estudiantes. Siempre con una sonrisa, una palabra amable y una máxima “esto no acaba hoy; estamos obligados a entendernos por muchos años”, toda persona con la que trató guarda grato recuerdo de la experiencia y un gran aprecio y cariño hacia su persona.

Comunicador entrañable, supo utilizar sus pasiones por la gastronomía, los pájaros, la ciencia ficción y el cine (y, como buen bilbaíno de Rekalde, por supuesto, el Athletic) para, haciendo honor al lema eman ta zabal zazu, hacer comprensible e interesante ese conocimiento científico que muchos perciben como confuso y ajeno. Autor de libros insólitos como 'Julio Verne y la cocina', 'El animal que cocina - Gastronomía para homínidos' o el ensayo 'Monstruos' de criptozoología, bloguero pionero y colaborador habitual de Radio Euskadi, El Correo y el Círculo Escéptico, durante dos décadas disfrutó y nos hizo disfrutar acercando la ciencia en general, y la biología en particular, a la ciudadanía.

Ilustrado, Eduardo centró su interés académico e investigador en comprender la relación entre forma y función en células y tejidos animales, en lo que llamamos anatomía microscópica comparada o histología animal comparada. Se mantuvo siempre al día en lo que se refiere a ideas y conceptos emergentes, y a metodologías avanzadas de estudio en biología celular. Se especializó en los 70 en el Instituto Gulbenkian (Oeiras, Portugal) en el entonces emergente campo de la microscopía electrónica biológica. En los 80 y 90 realizó aportaciones relevantes en citoquímica y análisis de imagen, llegando a ser directivo de la Sociedad Española de Biología Celular, que le otorgó el reconocimiento de Miembro de Honor en 1995. Referencia académica e investigadora, Eduardo fue un pilar fundamental para la gestación y desarrollo de la investigación puntera sobre respuestas celulares a cambios ambientales por la que se conoce internacionalmente a nuestro Grupo Consolidado de Investigación Biología Celular en Toxicología Ambiental, cuyas dos primeras tesis doctorales dirigió entusiasta en los 80. En la madurez de su carrera académica, inclinado a potenciar su vocación de diseminador de la ciencia y, sin abandonar del todo su faceta investigadora, ha regalado a la sociedad dos décadas de descubrimiento de las maravillas de lo vivo. Ni siquiera su jubilación supuso un retiro porque siguió deleitándonos con sus tertulias, consejo, sensatez y amistad, y con excepcionales sesiones de cine-fórum sobre ciencia oceánica y ambiental que maravillaron a alumnas y alumnos de todo el mundo de los másteres Erasmus Mundus que se imparten en el PiE-UPV/EHU.

Ha dejado huella en la ciudadanía, en la universidad y en la ciencia, pero, sobre todo, en quienes nos iniciamos como sus discípulas y discípulos, ahora “veteranas” y “veteranos” de nuestro grupo de investigación.

 

Goian bego.

Ionan Marigómez, Miren P Cajaraville, Manu Soto, Ibon Cancio, Amaia Orbea…