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Un estudio analiza la calidad ambiental en los suelos y sedimentos del Campus de Gipuzkoa

  • Investigación

Fecha de primera publicación: 23/12/2021

Maialen Del Río en la Facultad de Química. Foto: UPV/EHU

Cuando llueve, las gotas de agua inician un recorrido que puede tener varios destinos. Por un lado, pueden retornar a la atmósfera, ya que, durante la precipitación una parte de ellas no llega al suelo y se evapora; por otro lado, pueda quedar interrumpida en diversas superficies desde donde parte se evapora y regresa también a la atmósfera, y parte llega al suelo y se infiltra. Es, precisamente el agua que cae directamente al suelo la que recorre debidamente el ciclo hidrológico, es decir, el proceso mediante el cual se efectúa el abastecimiento de agua para los seres vivos. Y es, en este momento, cuando el ser humano altera el ciclo natural del agua y crea infraestructuras de tratamiento, canalización y distribución para usarla en su beneficio. Pero, en las zonas urbanas, pavimentadas, el agua de lluvia no puede infiltrase y se escurre por la red de drenaje (escorrentía) hasta alcanzar la red fluvial.

“Desde muchos ámbitos se reivindica la necesidad de un cambio en la construcción de las ciudades, y en concreto, en la gestión del agua. Hoy en día es indudable la necesidad de entender las aguas pluviales urbanas como un elemento clave para la distribución territorial y el diseño arquitectónico y urbano. Igualmente, es necesario asegurar que el agua esté integrada en la planificación y el diseño de las ciudades para ofrecer mayor resistencia al cambio climático, habitabilidad y eficiencia. En concreto, esa integración se consigue por medio de los Sistemas Urbanos de Drenaje Sostenible (SUDS), ya que son sistemas que permiten que el agua de lluvia se infiltre (al suelo y al acuífero) mediante la rehabilitación de los procesos hidrológicos previos al desarrollo urbanístico”, afirma Maialen Del Río Ugartemendia, cuyo Trabajo Fin de Grado destaca el valor de estos sistemas de drenaje sostenible.

Maialen Del Río ha analizado la calidad ambiental respecto a la contaminación por metales pesados de los suelos y sedimentos del Campus de Gipuzkoa de la Universidad del País Vasco. En concreto, se han determinado nueve metales pesados (Cobre, Níquel, Zinc, Cadmio, Cobalto, Plomo, Manganeso, Hierro y Cromo) ya que estos metales pueden contaminar el agua de escorrentía y pasar así a la cadena trófica. “El sedimento puede contribuir a alterar las condiciones de salud. Por ello, es importante valorar los efectos de los metales pesados en las partículas de sedimento durante un tiempo determinado, siendo imprescindible conocer el contenido total de los metales pesados en los suelos y sedimentos, lo cual nos permite conocer su abundancia y distribución”.

Así, en total, se tomaron 9 muestras de suelo y 8 de sedimento en 16 puntos distintos de las zonas cercanas a la Escuela Técnica Superior de Arquitectura, al Centro Carlos Santamaría y a la Facultad de Química, en 3 días distintos, en el periodo comprendido entre septiembre de 2020 a junio del 2021. Tras analizar estas muestras y, utilizando los Valores Indicativos de Evaluación definidos en la Ley 4/2015 para los suelos, “se ha podido identificar no solo posibles zonas contaminadas y alteradas sino también suelos y sedimentos que sobrepasan la concentración de metal que se encuentra en el suelo y sedimento de forma natural”, comenta Maialen Del Río. De hecho, según este estudio, la muestra 2, correspondiente a la zona de la Escuela Técnica Superior de Arquitectura, en la plaza Oñati, “es la zona claramente más alterada, pero ello podría ser quizás consecuencia de la existencia hace años de una fábrica en ese lugar y de la forma en la que se rellenó el suelo para ser edificado.” Sin embargo, esta alteración no afecta a la salud de las personas.”

Por otro lado, según este estudio, en todas las zonas analizadas se sobrepasa la concentración de Cobre, Zinc y Cromo que se encuentra de forma natural, tanto en los suelos como en los sedimentos; aunque es en la muestra 2 mencionada donde su concentración es mayor. Así mismo, en las zonas 9 y 11, correspondientes a la plaza Europa y Centro Joxe Mari Korta se constata una mayor concentración de Níquel, “causado probablemente por el tráfico existente en esta zona.” En cuanto al Plomo, se confirma una baja concentración en todas las muestras. En consecuencia, tras estudiar todas las muestras obtenidas, “se comprueba que el suelo en las mismas está alterado, pero no contaminado. No obstante, éste es un estudio preliminar y, para llegar a conclusiones concluyentes, habría que realizar más estudios en otras muchas zonas del campus”, subraya la autora del estudio.

Sobre la autora

Maialen Del Río obtuvo sobresaliente en su Trabajo Fin de Grado titulado ‘Caracterización de muestras del suelo y sedimento recogidas en el Campus de Ibaeta (UPV/EHU’ en la Facultad de Química de la UPV/EHU. El estudio se engloba dentro del programa Campus Bizia Lab (proyecto EHUsuds), programa impulsado por la Dirección de Sostenibilidad y del Servicio de Asesoramiento Educativo, ambos pertenecientes al Vicerrectorado de Innovación, Compromiso Social y Acción Social. El estudio ha sido dirigido por las Doctoras de la mencionada facultad, Ainara Gredilla y Maite Meaurio.