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La vida comunitaria alternativa reduce la huella energética

Calculan en la UPV/EHU la huella energética del barrio de Errakaleor y de la CAPV, utilizando por primera vez la metodología Input-Output

  • Investigación

Fecha de primera publicación: 21/12/2022

Estitxu Villamor y Ortzi Akizu
Estitxu Villamor y Ortzi Akizu | Foto: Nuria González. UPV/EHU.

Un estudio realizado por los grupos Ekopol y Life Cycle Thinking Group de la UPV/EHU concluye que la vida alternativa y comunitaria puede reducir el consumo energético, debido a la importancia de la energía usada en los bienes y servicios que consumimos. En concreto, han estimado que la huella energética por habitante del barrio de Errekaleor (en Vitoria-Gasteiz) es un 24 % inferior a la de la CAPV.

La transformación global hacia sistemas de energía renovables, justos y democráticos pasa por la identificación de las necesidades energéticas de la ciudadanía y la consideración de los diferentes modos de vida y patrones de consumo de la ciudadanía. “El modelo de consumo ilimitado de la sociedad actual ha generado ya una crisis de energía y recursos. Por tanto, es innegable la necesidad de reducir el consumo energético de los países del Norte Global”, señalan los miembros de los grupos de investigación Ekopol y Life Cycle Thinking de la UPV/EHU.

Conseguir esta reducción requiere utilizar los indicadores o medios adecuados para medir y comparar el consumo energético. Para cuantificar el consumo energético global y el consumo de un país, se calcula el suministro total de energía primaria, a partir de los datos proporcionados por la Agencia Internacional de la Energía: energía primaria total consumida en un país (incluyendo hogares, transporte, industria y servicios). “Pero este indicador no tiene en cuenta los flujos de energía ocultos, es decir, la energía importada de otros países como bienes y servicios”, subraya la doctora Estitxu Villamor.

La huella energética, en cambio, no sólo tiene en cuenta la energía primaria total que se debe asignar a cada país, sino también los flujos de energía ocultos, es decir, “la energía que se asigna a un país productor aunque el bien se consuma en otro país”. Según los investigadores, este indicador es clave para “hacer un diagnóstico real del consumo energético de un país y, por tanto, para diseñar políticas de transición energética”.

Una metodología innovadora

Los investigadores de la UPV/EHU han utilizado por primera vez la metodología Input-Output para calcular la huella energética a nivel regional (CAPV) y local (barrio de Errekaleor, en Vitoria-Gasteiz, que es la mayor comunidad eléctricamente independiente del País Vasco). Así, se ha demostrado, por un lado, que la metodología es adecuada para calcular las huellas energéticas a nivel de barrio, región, comunidad o incluso estatal; por otro lado, que la huella energética nos proporciona, en la era globalizada actual, una medición más precisa de los patrones de consumo de energía; y, por último, que la forma de vida comunitaria alternativa genera una menor huella energética.

Los resultados muestran que “aunque el consumo energético de los hogares de los habitantes de Errekaleor (4,46 MWh por habitante y año) es, por término medio, un 32 % y un 15 % superior al de la población de la CAPV y de España, respectivamente, la huella energética de los habitantes de Errekaleor (31,10 MWh por habitante y año) es inferior a la de los habitantes de la CAPV y de España, en un 14 % y un 24 % respectivamente por término medio”. Esta diferencia se debe al consumo indirecto de energía embebida en productos y servicios, que supone el 81 % de la huella total de energía primaria en el estado, el 75 % en la CAPV y el 66 % en Errekaleor.

Según los investigadores, “esto demuestra que los principales factores que condicionan la huella energética están relacionados con el consumo material de cada persona”. En este sentido, es de destacar que la energía eléctrica procedente de la instalación fotovoltaica aislada de Errekaleor produce solo un 0,6 % de la huella energética total del barrio. Por último, los investigadores han observado que en el propio barrio “los distintos tipos de vivienda provocan grandes diferencias en la huella energética: las personas agrupadas en familias producen una huella 33,5 % menor que los que viven solos (28,45 MWh por habitante y año frente a 42,79 MWh)”. La investigación concluye que las personas que viven solas en Errekaleor tienen, por término medio, una huella energética superior a los habitantes de la CAPV.

Referencia bibliográfica