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Terapia asistida con animales para la prevención del suicidio juvenil

La UPV/EHU diseña un programa pionero de prevención de la conducta suicida a través de las intervenciones asistidas por perros

  • Investigación

Fecha de primera publicación: 28/04/2022

Alexander Muela | Foto: Nagore Iraola. UPV/EHU

Diversos investigadores e investigadoras de la Facultad de Psicología y de la Facultad de Medicina y Enfermería de la UPV/EHU diseñan, implementan y evalúan por primera vez un tratamiento para prevenir y reducir la conducta suicida en la población juvenil mediante terapia asistida por animales. Tras someterse a la intervención, los jóvenes presentaron una reducción de la conducta suicida y de las autolesiones no suicidas, así como una mayor predisposición a buscar ayuda.

El suicidio juvenil es un problema de salud pública de carácter global. Según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), el suicidio es la cuarta causa de muerte en el grupo de edad de entre 15 y 29 años, después de las lesiones por accidentes de tráfico, la tuberculosis y la violencia interpersonal. Por ello, la reducción de la mortalidad por suicidio es uno de los objetivos prioritarios de la OMS.

Se han realizado diversos estudios que han aplicado la psicoterapia asistida por animales con jóvenes que presentan problemas de salud mental. Sin embargo, “en este trabajo hemos aplicado por primera vez la terapia asistida por animales, en nuestro caso perros, para tratar un fenómeno tan complejo como la conducta suicida en adolescentes y jóvenes”, indica Alexander Muela, uno de los investigadores de la UPV/EHU que ha realizado el estudio.

La población joven que presenta una conducta suicida no siempre es capaz de exteriorizar o compartir con sus familiares o amigos su malestar emocional, y en muchas ocasiones tampoco buscan ayuda o desconfían de los tratamientos tradicionales. “Lo que hemos observado es que el hecho de incluir animales en la intervención favorece la motivación y adherencia al tratamiento. Además, ayuda a establecer un clima de seguridad y confianza ya que el animal ejerce de lubricante social. Los perros que utilizamos están especialmente entrenados y preparados. Son animales dóciles, muy sociables y con gran flexibilidad ante estímulos estresantes. Son animales perfectos para ayudar a las personas que presentan una conducta suicida, ya que fomentan los lazos afectivos, reducen los sentimientos de rechazo y estigmatización, y promueven la comunicación espontanea, favoreciendo el efecto del tratamiento”, cuenta el investigador de la UPV/EHU.

“Después del tratamiento asistido con animales —continúa Muela— los jóvenes mostraron reducciones en la ideación suicida y en las autolesiones no suicidas, así como una mayor predisposición a buscar ayuda. Esta percepción de que podían pedir ayuda si la necesitaban puede reflejar un aumento de su confianza para recurrir a recursos de apoyo comunitarios en otros en momentos de gran sufrimiento emocional”.

“A través del tratamiento hemos observado que los jóvenes han aprendido a detectar las señalas de alarma de suicidio y han aprendido estrategias de regulación emocional más recomendables que las autolesiones no suicidas.”, dice Alexander Muela. “Aprender a manejar esas señales de alarma, a ser capaces de buscar y pedir ayuda, y conseguir un sentido vital más esperanzador son las claves de este tipo de intervenciones”, añade.

Según Alexander Muela, “Los resultados preliminares obtenidos en este estudio piloto permiten afirmar que el programa puede resultar efectivo para reducir la conducta suicida y las autolesiones no suicidas en jóvenes con altos factores de riesgo de suicidio”. “Una de las principales consecuencias de la presencia de animales es que facilitan las intervenciones de aprendizaje socioemocional y representan un factor añadido que maximiza su impacto”, añade el investigador de la UPV/EHU.

Referencia bibliográfica