En el 25 N, Día Internacional para la eliminación de la violencia contra las mujeres, la Universidad del País Vasco/Euskal Herriko Unibertsitatea, siguiendo la estela de la resolución de la Asamblea General de Naciones Unidas de1993, quiere denunciar de nuevo la violencia que se ejerce contra las mujeres tanto en nuestra sociedad como en todo el mundo.

Esta violencia es una de las violaciones de los derechos humanos más devastadoras, por lo que su erradicación seguirá siendo un objetivo a alcanzar. Ese principio guiará todas las acciones y políticas que emprenda nuestra universidad para rechazar, condenar y eliminar las conductas inaceptables de algunos hombres, la violencia ejercida por un compañero sentimental; la violencia vicaria; los abusos y agresiones sexuales; el acoso y la ciberviolencia; la trata de seres humanos, la mutilación genital y el matrimonio infantil.

La apuesta por las acciones y políticas para erradicar la violencia contra las mujeres debe tender a la sensibilización y la prevención, la coordinación y cooperación interinstitucional, así como a la participación en programas y redes nacionales e internacionales para la detección y el tratamiento de todas las violencias contra la mujer. La investigación desde la institución universitaria deviene así un instrumento esencial para conocer las causas de las violencias y aportar las soluciones que permitan eliminarlas y reparar a las víctimas.

Uno de los instrumentos más importantes para luchar contra esta violencia en nuestra universidad es el Protocolo contra las Violencias de Género, aprobado en Consejo de Gobierno el 7 de junio de 2018. Su objetivo es mantener y promover un ambiente seguro en la universidad para todas las personas, sin violencias de género. La UPV/EHU no aceptará ninguna manifestación de violencia de género y adoptará todas las medidas que estén a su alcance para hacer frente y erradicar de una vez por todas estas actitudes y comportamientos. Es responsabilidad de todas las personas que integran la UPV/EHU asegurar el cumplimiento de este compromiso.

Pero el protocolo no sólo pretende castigar sino, sobre todo, prestar atención a las personas que viven situaciones de violencia, acompañarlas durante todo el procedimiento y animarlas a superar los efectos que estas conductas puedan dejar en sus vidas. El objetivo es que, si pasáis por una situación así, no os sintáis solas. No queremos que paséis por ese trance en soledad. Queremos estar con vosotras.